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lunes, 5 de diciembre de 2016

KORAK: LA BÚSQUEDA.



KORAK: LA BÚSQUEDA.

Esta historia fue publicada originalmente en Korak Son of Tarzan # 49 USA (Diciembre de 1972) y fue realizada por Joe Kubert y Robert Kanigher (guión) y Frank Thorne (arte).

Debido a las restricciones propias de la época en que se publicaron las novelas y comics de Tarzán, Korak no podía ser hijo biológico del Hombre Mono, puesto que este no estaba casado con Jane, por lo que terminaron adoptando a un niño.

Korak no siempre había sido Jack Clayton, hijo de Lord Greystoke (John Clayton, Tarzán). Años atrás, había ido a un circo y vio cómo maltrataban al mono Akut. El chico liberó al mono y huyó con él, embarcándose luego como polizones en un barco que llegó hasta las costas de África, donde bajaron sigilosamente y llegaron a la playa. Tiempo después, Akut había enseñado a Korak el idioma de los simios y a cazar, adaptándose a la vida en la jungla. Akut le decía que le recordaba a Tarzán, su rey. Esto lo recordaba mientras se hallaba prisionero de los hombres lagarto, en las tierras prohibidas más allá del valle perdido de Pal-Ul-Don y era acechado por varias bestias que amenazaban devorarlo.

Y a su mente vino también el recuerdo reciente del motivo por el que se hallaba en una difícil situación. Un año atrás, una chiquilla llamada María, hija de un oficial que combatía a los traficantes de esclavos, había sido secuestrada por estos, en venganza del encarcelamiento de su líder. Por casualidad, Korak pasó cerca del campamento y vio como maltrataban a la chica y la rescató.

Ambos se internaron en la selva y pasaron juntos varios días, llegando a encariñarse el uno con el otro. Pero los esclavistas los habían estado siguiendo y una noche en la que Korak salió en busca de algo de comer, ellos aprovecharon y se la llevaron. Cuando llegó, el refugio que habían construido para estar seguros en la noche, estaba vacío.

Korak decidió seguir el rastro en busca de la chica; pero, le dijo a su amigo Akut que iría solo. El rastro lo llevó hasta Pal-Ul-Don, donde un anciano vidente afirmó haberlos visto por medio de las señales en la arena y le indicó que por huir de él, se habían internado en el territorio de los hombres lagarto. Los Ho-Dons le advirtieron que no fuera; pero, Korak debía rescatar a la niña.

Guíado por los Ho-Dons que lo llevaron hasta el camino que conducía al territorio de los hombres lagarto, Korak empezó a descender y al poco rato, fue emboscado por los extraños seres, que lo dejaron atado como una ofrenda más para los grandes lagartos, del mismo modo que habían hecho con los hombres que acompañaban a la niña, a la cual, en cambio, la habían enviado al mundo que existía aún más abajo.

Cuando los hombres lagarto se fueron, Korak consiguió dar una patada a una estalactita que estaba a su alcance, la cual se desprendió y cayó sobre uno de los saurios y al verlo herido, los demás se le abalanzaron para comérselo, lo que fue aprovechado por el joven de la jungla para liberarse.

Siguiendo su camino, Korak se encontró en medio de un “bosque” de piedras reflectantes como espejos, en las que había quedado reflejada la imagen de María. Desesperado, quiso liberarla, lanzando una piedra contra una de esas raras formaciones; pero, esto solo hizo que todas estallaran, dejándolo sepultado entre los escombros. Poco después, fue rescatado por una extraña mujer sin ojos, llamada Ágora, quien dijo haber “visto” a María y sus secuestradores, mientras cruzaban el lago que estaba más adelante.

Korak y Ágora caminaban hacia el lago, cuando fueron atacados por un grupo de hombres sin ojos, con los cuales luchó el joven con fiereza y al darse cuenta que el agua del lago parecía debilitarlos, llevó la pelea hacia el agua, consiguiendo vencerlos y luego, subió con la extraña mujer a una especie de concha que les sirvió de barca.

Cuando estaban cerca de la otra orilla, fueron atacados por una bestia marina con tentáculos, que los atrapó e hirió a Korak, aunque este consiguió liquidarla hundiendo su cuchillo en los ojos del animal. Korak llevó a Ágora hasta la orilla, donde se encontraron con el Profesor Dood, un explorador que había bajado en busca de una planta y se había perdido. Dood usó una de las plantas que había recogido, para curar mágicamente a Korak y le pidió que lo ayudara a salir; pero, el joven estaba obsesionado con rescatar a María.

En eso, un grito familiar alertó al joven y vio cómo María era conducida por varios hombres sin ojos, por entre las dunas que estaban más allá del lago. Korak corrió y se enfrentó a los hombres; pero, cuando estaba a punto de alcanzar a la chica, la tierra tembló y se abrió de improviso, tragándose a dos de los secuestradores y a María, ante la mirada impotente de Korak, que no pudo hacer nada.

Para empeorar las cosas, una especie de mantarraya voladora, se llevó a Ágora, dejando solos a Korak y al Profesor Dood, quien insistía en salir del lugar, pues la planta milagrosa sería de gran beneficio para la humanidad. Sin embargo, Korak tenía una sola meta… ¡seguiría buscando a María hasta encontrarla!

Este comic fue publicado en español en formato comic grapa por Editorial Novaro, en el # 4 de la colección de Korak El hijo de Tarzán, el 3 de Julio de 1975. Imagen cortesía de colección privada.

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KORAK: EL SEÑOR DE PAL-UL-DON.


KORAK: EL SEÑOR DE PAL-UL-DON.

Esta historia fue publicada originalmente en Korak Son of Tarzan # 48 USA (Octubre de 1972) y fue realizada por Len Wein (guión) y Frank Thorne (arte).

Era de noche y el habitual bullicio nocturno de la selva se había apagado. Los animales habían huido ante la presencia de unos hombres con cola, algunos de piel cobriza y otros de piel azul, que acechaban el campamento de unos mercaderes de oro y de pronto, se abalanzaron sobre los sorprendidos comerciantes, que poco pudieron hacer ante ellos.

Los extraños seres aprovecharon para robar cuanto pudieron de la valiosa mercadería y huyeron de inmediato, con excepción de una hembra, que quiso llevar lo más posible y fue atrapada. La mujer hablaba un extraño idioma y los mercaderes no entendían lo que decía y la amenazaban con sus armas.

La mujer gritó y su grito fue escuchado por Korak, quien viajó entre las ramas de los árboles hasta llegar al lugar y se interpuso entre ellos, luchando con los mercaderes y liberándola, para luego llevársela por entre las ramas.

Ya en lugar seguro y reconociendo que la mujer era de la raza de los Ho-Don del valle perdido de Pal-Ul-Don, Korak le habló en su idioma y ella, que se llamaba Lon-A-Lo, le contó que el Gran Señor de ese mítico lugar los obligaba a conseguir oro. En eso, fueron sorprendidos por el resto de su grupo, liderado por Po-Den, quien amenazó a Korak, pensando que era uno de los captores de la chica.

Lon-A-Lo les dijo que Korak la había salvado. Korak les pidió que le contaran más acerca del Gran Señor de Pal-Ul-Don y así, Po-Den comentó que había llegado en una enorme ave de fuego, que su mano despedía rayos y que tenía cautivos a sus hijos, para obligarlos a obedecer.y conseguir oro para fundir una enorme efigie en su honor. Korak se ofreció a acompañarlos y ayudarlos a resolver su problema.

Mientras tanto, Jad-Ben-Oto, el Gran Señor de Pal-Ul-Don, recorría sus dominios montando en un Gryf domesticado (dinosaurio similar al triceratops) y guiado por un Tor-O-Don, homínido cuya raza había jurado lealtad al tirano y le informaba que los esclavos estaban empezando a rebelarse, por lo que darían grandes problemas.

Jad-Ben-Oto no estaba de acuerdo y se bajó de la enorme bestia, caminando hacia la estructura donde se vertía el oro fundido en un crisol que se hallaba en el cráter del volcán cercano. Al acercarse, un obrero Ho-Don se lanzó sobre el tirano con un cuchillo en mano buscando matarlo; pero, este sacó una ametralladora y lo mató de contado. A los demás Ho-Dons, no les quedó más que vitorear al Gran Señor de Pal-Ul-Don, atemorizados por la prueba de su poder.

Korak y el grupo de Ho-Dons continuaba su viaje hacia Pal- Ul-Don y luego de pasar el Desierto de las Espinas, se internaron en el Mar Brumoso, donde fueron atacados por una enorme bestia marina, que destruyó la frágil embarcación y habría acabado con todos, de no ser por la reacción del joven de la jungla, que clavó una lanza en uno de los ojos del animal, que huyó cegado y gritando de dolor. Tras llegar a la orilla, siguieron su camino hacia las montañas que ocultaban el valle.

Al llegar, los Ho-Dons mostraron a Korak las cuevas donde los Tor-O-Dons mantenían encerrados a las mujeres, niños y ancianos. Continuaron su camino y entraron al cráter del volcán, por donde se podía acceder a las cuevas. Korak preguntó porque entonces la gente no salía por el mismo cráter, Lo que ocurría es que si bien la ceniza que había en el cráter permitía bajar deslizándose; pero, no ofrecía una superficie firme para subir.

Todos se alegraron al ver regresar a Po-Den y su grupo y más cuando supieron que Korak había venido a ayudarlos. Korak gritó llamando a los guardias y estos lo llevaron ante Jad-Ben-Oto, quien se sorprendió a conocer al hijo de Tarzán, de quien creía era un mito. Jad-Ben-Oto dijo ser el Doctor Oliver Kent, conocido como “El horror de Londres” por su rostro deforme, el cual cubría con una máscara dorada. Había decidido vivir como un ermitaño lejos de la civilización, cuando el motor de su avión falló y cayó en el valle, donde sus habitantes lo tomaron por un dios y como tal, ahora se hacía construir su efigie.

Pero Korak no vería la obra acabada, pues Jad-Ben-Oto dio la orden que el joven sea traslalado a una gigantesca arena, donde Korak debió enfrentarse a un Gryf, al que sin embargo pudo vencer dislocándole las facuces. Luego, Korak incitó al pueblo Ho-Don a revelarse, pues Jad-Ben-Oto no era un dios, sino un hombre común.

Los Ho-Dons se pusieron en pie de lucha y enfrentaron a Jad-Ben-Oto y a los Tor-O-Dons; pero, tenían las de perder ante la ametralladora del Dr. Kent. Korak se lanzó sobre él para desarmarlo y en el forcejeo le quitó la máscara, quedando horrorizado por el rostro deforme del tirano, quien aprovechó el momento para intentar huir.

Jad-Ben-Oto corrió hacia el molde de su efigie y lo hizo ceder, viéndose su rostro ya formado; pero, como aún caía oro líquido ardiente, este se derramó sobre Kent, matándolo de contado. Como mudo testigo, quedaba el monumento a la locura de Kent, mientras el pueblo Ho-Don recuperaba su libertad.

Este comic fue publicado en español en formato comic grapa por Editorial Novaro, en el # 3 de la colección de Korak El hijo de Tarzán, el 18 de Abril de 1975. Imagen cortesía de colección privada.

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KORAK: LA MÁQUINA DE GUERRA.


KORAK: LA MÁQUINA DE GUERRA.

Esta historia fue publicada originalmente en Korak Son of Tarzan # 47 USA (Agosto de 1972) y fue realizada por Len Wein (guión) y Frank Thorne (arte).

Un pequeño bote a vapor avanzaba lentamente por un río de África. Una de sus ocupantes, una joven llamada Ana, se lanzó al agua buscando refrescarse y eludir a los mosquitos. Mientras nadaba, la chica vio una mariposa y quiso seguirla, acercándose a la orilla.

En eso, escuchó algo detrás de ella y al alzar su mirada, vio a un joven hombre que acechaba amenazador desde la rama de un árbol. La chica gritó y el hombre se lanzó al agua junto a ella, emergiendo al poco rato mientras peleaba a muerte con un enorme cocodrilo. Al poco rato, el joven, que no era otro que Korak, mató a Gimla, el cocodrilo, y alcanzó a la chica que se había refugiado en la seguridad del barco de vapor.

Korak fue recibido por el dueño del barco, Wally Potter, el padre de Ana, quien en esos momentos era consolada por su novio Kurt Von Stryker. Potter se sorprendió al saber que Korak era el hijo de Tarzán, de quien creía que era tan solo una leyenda. Ana quiso agradecer a Korak; pero, Kurt se interpuso actuando rudamente, lo que hizo que el joven de la jungla decidiera irse.

Korak siguió su camino llevado por las lianas, hasta que el grito de una mujer lo alertó y se encontró con una joven nativa que era amenazada por un leopardo. Korak bajó y se interpuso entre los dos, hablando al felino en el idioma de los simios, pidiéndole que se fuera, para no matarlo. Finalmente, el animal se fue.

La joven contó a Korak que había salido en busca de su prometido Boko, luego que unos hombres irrumpieran en la aldea y se llevaran a todos los jóvenes. Korak se comprometió a ir en rescate de Boko, a cambio de que la joven regresara a su aldea.

Korak empezó la búsqueda y pronto encontró el rastro de los jóvenes. Más tarde, al salir Goro, la Luna, pudo ver tres soldados alemanes que castigaban a los nativos por no seguir sus órdenes. Korak bajó y venció a los soldados, haciendo luego que uno de ellos confesara lo que estaban haciendo. Poco después, liberó a los nativos y les dio instrucciones de regeresar a su aldea, llevándose como prisioneros a los alemanes.

Con la información obtenida, Korak siguió su camino hasta llegar al río, donde pudo ver el barco de Potter y comprendió que estaba con los alemanes. Sigilosamente, lo siguió por entre el follaje, hasta llegar a un campamento junto a una mina; pero, el joven fue capturado y llevado hasta el comandante del campamento, Kurt Von Stryker, que era realmente un oficial del Tercer Reich y cuya misión era explotar la mina de Martensita, un mineral muy duro, aunque también muy liviano, con el que planeaban construir una flota de dirigibles para conquistar al mundo.

Korak fue llevado hasta la mina, como un esclavo más. Allí, se encontró con Boko y planeó su escape. Esa noche, un derrumbe alertó al guardia de la mina, quien al llegar encontró a Korak en el piso. Al acercarse, Korak golpeó con una piedra al guardia, dejándolo inconsciente. El joven liberó a los nativos y luego entregó el arma del guardia a Boko, mientras él se dirigía a rescatar a Ana y Wally; pero, resultó que la chica estaba de acuerdo con los nazis y sus gritos alertaron a los soldados, que salieron de sus tiendas de campaña y se enfrentaron a los nativos.

Korak se dirigió entonces hacia una gran estructura, donde se hallaba un enorme dirigible, con el fin de destruirlo e impedir que los nazis escapen o se lleven el mineral de la mina. Kurt lo vio y lo siguió hasta la nave, atacando a traición al joven, antes de que este pudiera destruirla. El oficial nazi arrancó los motores de la nave, que se elevó por los aires.

Korak alcanzó a asirse a uno de los cabos que sostenía la nave en el hangar y consiguió subir hasta la cabina, donde tuvo un enfrentamiento mano a mano con Kurt, hasta que un mal movimiento de este lo hizo caer a su muerte. Luego, korak enrrumbó la nave para que se estrellara y saltó al río en el momento oportuno.

Mientras tanto, los nativos habían capturado a los nazis y Ana reprochaba a Korak por haber dejado morir a su amado.

Este comic fue publicado en español en formato comic grapa por Editorial Novaro, en el # 2 de la colección de Korak El hijo de Tarzán, el 2 de Abril de 1975. Imagen cortesía de colección privada.

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lunes, 28 de noviembre de 2016

KORAK: LAS BÓVEDAS DEL TESORO DE OPAR.


KORAK: LAS BÓVEDAS DEL TESORO DE OPAR.

Esta historia fue publicada originalmente en Korak Son of Tarzan # 46 USA (Junio de 1972) y fue realizada por Len Wein (guión) y Frank Thorne (arte).

Gold Key había venido publicando las aventuras de Korak, el hijo de Tarzán, personaje basado en la obra de Edgar Rice Burroughs, hasta que perdieron los derechos, llegando hasta el # 45 USA y tras largas y tensas negociaciones, DC se hizo con los derechos de publicación, dando inicio a la publicación de nuevas aventuras, aunque manteniendo la numeración original. Algunas de las historias parecían estar ambientadas en la década del 40.

Entre los números 46 al 51, la realización de los comics fue supervisada por Joe Kubert, quien para la época se encargaba del título dedicado a Tarzán, aunque por razones de tiempo no pudo encargarse de dibujar las historias de Korak, realizando solo las portadas y para el interior, se escogió a Frank Thorne, quien siguió el estilo de Kubert. Estos comics contaban como complemento, con una historia de Carson de Venus (basado en la obra “Piratas de Venus” de Edgar Rice Burroughs, con guión de Len Wein y arte de Mike Kaluta). Curiosamente, en la edición mexicana de Novaro, las portadas fueron redibujadas y pintadas por artistas mexicanos, aunque se basaban en la original (de hecho, algunas historias del personaje parecen haber sido hechas enteramente en México).

Buscando atraer a nuevos lectores, el comic cambió de nombre a Tarzán Family en el # 60; pero, el resultado no fue bueno y el último número publicado fue el 66 (Diciembre de 1976). A partir de 1977, Marvel se encargaría del comic de Korak, asignando a John Buscema para que se hiciera cargo de la parte artística.

Korak enfrentaba a Gorgo, el búfalo, cuando vio que una extraña aeronave tenía problemas y bajaba a gran velocidad. Con gran agilidad, eludió al animal, que terminó dándose un fuerte golpe en el cráneo contra un árbol.

Usando las lianas como medio de transporte, Korak llegó al lugar en el momento justo en que la aeronave se estrellaba contra el suelo y rescató a sus ocupantes, tres hombres y una mujer, uno de los cuales recibió severas lesiones con el impacto. Ellos eran Nat Vale, Joyce King, Clay Wendell y el piloto Roy Smith, quien había recibido la peor parte en el accidente.

El grupo se dirigía a Opar, en busca del padre de Joyce, quien había partido en una expedición hacia la misteriosa ciudad; pero, que había desaparecido. Ahora, debían continuar; pero, Nat sugirió dejar a Roy, pues sería un estorbo por sus heridas. Korak se ofreció a guiarlos si llevaban a Roy y todos aceptaron, aunque Joyce pensó para sí que a pesar de haberlos salvado, Korak moriría si se convertía en una molestia.

En el camino, Korak les iba contando quién era él, cuando fueron interceptados por Gorgo el búfalo, que estaba furioso tras su frustrado encuentro con el hijo de Tarzán. Korak se dio cuenta que esta vez la lucha era a muerte y que el animal tenía fracturado el cráneo, tras el fuerte golpe que se había dado contra el árbol. De un ágil saltó, Korak subió al lomo del búfalo y asestó un golpe con todas sus fuerzas en el cráneo del animal, que cayó muerto.

Se acercaba la noche y Korak dispuso acampar en el lugar y las tareas que cada uno debía cumplir para armar el campamento, lo que no agradó a Nat, quien consideraba que el joven no tenía porqué darles órdenes, a lo que este respondió que si no les gustaba, los dejaría solos. Roy soñana con las riquezas que encontrarían y Nat le dijo que esperara a que encontraran la ciudad. Más tarde, mientras todos dormían, fueron sorprendidos por los habitantes de Opar y aún cuando quisieron reaccionar, fueron golpeados y quedaron inconscientes.

Cuando despertaron, vieron que Joyce había desaparecido y Roy había muerto, pues los golpes recibidos habían agravado sus lesiones. Luego de enterrar a Roy, siguieron su camnio, hasta que llegaron a Opar, la ciudad perdida en medio de la selva, de la que se decía pudo ser una colonia de la Atlántida. Al entrar, los 3 hombres vieron a Joyce sentada en un trono, rodeada de los primitivos habitantes de la ciudad.

Korak, Nat y Clay se lanzaron al rescate, peleando con los hombres de Opar y aparentemente, iban a conseguir su objetivo, cuando Korak fue golpeado por la espalda por Joyce y los demás cayeron también. Ninguno vio lo que Joyce había hecho. Al despertar, los tres estaban encerrados en una celda. Se sorprendieron al ver llegar a Joyce, cubierta con un manto, quien se había escabullido de los hombres de Opar, cuando estos se quedaron dormidos.

Ella les contó que se la habían llevado, pues por su cabello rubio, la habían confundido con una enviada del sol. Los 4 empezaron a recorrer el lugar en busca del padre de Joyce, hasta que bajando por unas escaleras, llegaron a una gran habitación donde estaban los restos del explorador y más allá, un gran tesoro que deslumbró.a Nat y Joyce. Clay se molestó porque parecía que a la chica nunca le había interesado el destino de su padre, sino solo el tesoro, pues no paraba de hablar de las riquezas que ahora tenía.

Nat los interrumpió, apuntándoles con una pistola y afirmando que el tesoro sería para él, hasta que una cuchillada por la espalda, acabó con la vida del hombre. Los hombres de Opar habían llegado y había que buscar la forma de salir. Korak señaló una salida que conocía, pues Tarzán la hbía mencionado y pidió a Clay que se llevara a Joyce, mientras él distraía a los hombres primitivos.

Antes de salir, Joyce tomó algunos de los tesoros y los envolvió con el manto, mientras Korak lanzaba una ruma de lingotes de oro sobre los habitantes de Opar. Ya estaban a salvo los tres, cuando Joyce notó que su manto se había roto y decidió regresar, pues no podía irse con las manos vacías, a pesar de que Clay le pedía que no lo hiciera. Ni bien Joyce salió de su escondite, varias rumas de oro cayeron y cerraron el paso, dejando atrapada a la chica en el interior de la ciudad.

Ya afuera, Clay quiso quedarse para tratar de rescatar a Joyce a quien amaba; pero, Korak no quería cargar con una muerte más y golpeó al hombre, dejándolo inconsciente y llevándolo a un lugar seguro. Clay debía continuar con su vida.

Este comic fue publicado en español en formato comic grapa por Editorial Novaro, en el # 1 de la colección de Korak El hijo de Tarzán, el 1 de Marzo de 1975. Imagen cortesía de colección privada.

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