TRAS LA MUERTE DE
LUTHOR.
Esta
historia fue publicada originalmente en Action Comics # 668 USA (Agosto de
1991) y fue realizada por Roger Stern (guión), Bob McCleod (arte) y Denir
Rodier (tintas).
Tras
las Crisis en las Tierras Infinitas y con la revitalización del mito de
Superman que hiciera John Byrne, Lex Luthor dejó de ser el científico loco
obsesionado con el Hombre de Acero porque lo culpaba de haber perdido el
cabello cuando el héroe lo salvó de joven en un accidente de laboratorio, para
convertirse en un multimillonario frío, ambicioso, calculador y manipulador,
para el que no existían límites en lo que podía hacer con el dinero, manejando
las vidas de los demás a su antojo y que no había dudado incluso en causar la muerte
de sus padres para cobrar el seguro e iniciar su fortuna, llegando a ser uno de
los hombres más ricos del mundo, con intereses en todo el planeta y siendo
dueño directa o indirectamente de la mayor parte de los negocios e industrias
de Metropolis.
Y
sin embargo, mantenía la imagen de filántropo y benefactor, que daba empleo a
miles en la ciudad, siendo considerado el hijo predilecto y el hombre más
poderoso de Metrópolis, pues todo lo ilícito lo hacía por debajo de la mesa y
por intermedio de terceros. Pero un día llegó Superman, que de inmediato se
ganó el favor y fervor del público, aunque Luthor no se encontraba esos días en
la ciudad, pues estaba recorriendo varios de sus intereses en Sudamérica.
Cuando
regresó, planificó el secuestro de los pasajeros de uno de sus barcos de lujo,
todo con el fin de probar a Superman e invitarlo a ser parte de su nómina de
empleados, lo que el Hombre de Acero no aceptó y no solo eso, sino que al
descubrir su implicación en el hecho, el Alcalde de Metrópolis Frank Berkowitz,
hizo que el héroe detuviera al magnate. Con todo, sus abogados consiguieron su
liberación en pocas horas y en las escalinatas de salida de la corte, Luthor
amenazaba a Superman con acabar con él dejándole en claro que por más que lo
intentase y aún cuando estuviera seguro de su culpabilidad, jamás podría
probarlo, ni volver a detenerlo. Además, Luthor no toleraba haber sido
desplazado a un simple segundo plano por Superman y no entendía porqué alguien
con tanto poder, no lo usaba para beneficio propio.
“Tengo
un mensaje para ti, Superman. Yo domino Mettrópolis… la ciudad me pertenece. Su
gente es mía… yo la alimento, o la destruyo, a mi conveniencia. Pero ellos lo
han olvidado. Te miran a ti, con tu traje y tus poderes… ¡y se olvidan quién es
su verdadero amo! Yo se los recordaré, Superman, que tú no eres nada. Un día,
muy pronto, vas a morir, Superman. Y tú sabrás con certeza quién fue el
responsable. De hecho, todos en Metrópolis lo sabrán, pero nadie será capaz de
demostrarlo. Y no me arrestarán por tu muerte, Superman.”
Pero
ahora, Luthor había muerto. Poco tiempo atrás y luego de sufrir serios dolores
en su mano derecha, le fue diagnosticado un cáncer surgido por la exposición
continua a la kryptonita que llevaba en un anillo en su mano como una forma de
alejar a Superman, que luego se extendió al resto de su cuerpo, a pesar que le
había sido amputada como medio de prevención. Antes de dejarse llevar por la
enfermedad, Luthor planificó un vuelo orbital en una de sus naves
experimentales, el Lexwing, que terminó estrellándose en Los Andes, dejando
solo un cadáver carbonizado que fue recuperado por Superman e identificado en
base a sus registros médicos.
Y
ahora, con el líder de los negocios de Metrópolis muerto, la ciudad entraba en
una grave crisis, con gran pérdida de empleos y el desplome de las acciones de
Lexcorp, mientras la mesa directiva de dicha empresa debatía qué medidas tomar.
Y de esa crisis, no se escapaba el Daily Planet, donde ya se habían dado
despidos, incluyendo a Jimmy Olsen y el sindicato de trabajadores preparaba
medidas de protesta, que tendría que enfrentarlas Sam Foswell, quien estaba a
cargo de la dirección del diario, en ausencia de Perry White, quien se hallaba
en un crucero junto a su esposa Alice.
Y
aunque Luthor había muerto, Superman sentía en su subconsciente que aún seguía
siendo una amenaza y eso se reflejaba en sueños recurrentes, en los que incluso
evocaba la primera vez que el villano lo había amenazado.
De
hecho, ya había conflictos en las calles antes los despidos y en más de una
ocasión, Superman había tenido que intervenir para que las cosas no pasaran a
mayores, como cuando una turba de trabajadores del Planet atacaba a uno que no
había plegado al acuerdo de huelga.
Y
en todos los medios, se hablaba de la crisis en la ciudad y de cómo sus
autoridades, encabezadas por el Alcalde Berkowitz, no podían hacer nada para
resolver la situación. En los medios de comunicación, la gente clamaba y se
lamentaba por la pérdida de su benefactor y en algunos, se daba paso a
especulaciones sobre el “verdadero” destino del magnate, como que había sido
revivido en otro planeta, donde era ahora el “Superman” para sus habitantes; o,
que había sobrevivido y era ahora esclavo de una tribu inca oculta en Los
Andes; o, que había usado un doble para fingir su muerte y ahora vivía
tranquilo con una nueva identidad en un barrio en los suburbios de Metrópolis;
o, que lo habían visto comprando una Big Belly Burguer en otra ciudad. Incluso,
un medio llegó a aseverar que Superman había ayudado a encubrir la muerte del
magnate.
Indignado,
Superman decidió hacer algo para acabar con los rumores y acudió como Clark
Kent ante su amiga Cat Grant de la GBS, a quien ofreció los documentos
necesarios para un reportaje con fuentes fidedignas. En el reportaje, se
narraba que Superman había sido el primero en llegar al lugar del accidente,
donde los restos estaban esparcidos a lo ancho de una superficie amplia. Lo
único reconocible que encontró el héroe, fue la mano artificial de Luthor. Poco
después, llegaron dos helicópteros de la Fuerza Aérea Peruana, cuyos
rescatistas se dedicaron por horas a reunir los restos del magnate, que le
fueron entregados al Hombre de Acero, que los llevó a una instalación militar
en USA para analizarlos. Paralelamente y a petición de Superman, la Capitana
Maggie Sawyer de la Unidad de Crimenes Mayores de Metrópolis, con orden
judicial en mano, consiguió los archivos médicos de Luthor, de manos de la Dra.
Gretchen Kelley, con los cuales se pudo comparar el ADN y verificar que los
restos eran del magnate. Cat Grant y Clark Kent esperaban que el reportaje
acabara con las especulaciones acerca de la muerte de Luthor.
Mientras
tanto, la Dra. Kelley partía en un crucero de Lexcorp, en un viaje junto al Dr.
Happersen, científico de confianza del magnate, en busca del hijo de Gretchen,
que también era… ¡el hijo de Luthor!
Este
comic fue publicado en español en formato comic grapa por Editorial Vid en el #
221 de la serie abierta de Superman formato media carta, el 18 de Junio de
1995. Imagen cortesía de colección privada.
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