martes, 4 de octubre de 2016

ATOM: EL PILLO DE LA DIMENSIÓN SUPERESPACIAL.


ATOM: EL PILLO DE LA DIMENSIÓN SUPERESPACIAL.

Esta historia fu publicada originalmente en Atom # 15 USA (Noviembre de 1964) y fue realizada por Gardner Fox, Gil Kane y Sid Greene. El comic contenía dos historias cortas: “El creador de ilusiones” y “El pillo de la dimensión Superespacial”.

En “El creador de ilusiones”, un amigo de Ray Palmer lo había llamado para que lo visitara y constatase las cosas raras que pasaban en su casa. Ray fue acompañado de su novia Jean Loring (Juana Loring en la versión Novaro) y al llegar, notó que la casa de su amigo era horrible; pero, para ella, la edificación era hermosa. Al entrar al jardín anterior, Ray notó que todo era un desastre; pero, nuevamente, para Jean, todo se veía bien. El científico recordó entonces la referencia de su amigo y pensó que quizás uno de sus experimentos era el causante de que las cosas se vieran diferentes a cómo eran realmente.

Tras llamar a la puerta, la pareja fue atendida por un hombre que indicó ser el asistente del amigo de Ray. Ya adentro, le ofreció algo de beber y Ray notó que su vaso se rompía; pero, para Jean todo estaba normal. Eso bastó para que el hombre sacara un arma, advirtiendo que era una clara prueba de que el “ilusómetro” había hecho efecto en ellos y los llevó al sótano de la casa, donde los encerró en compartimentos separados.

Ray redujo su tamaño y se transformó en Atom, salió de su encierro y se dirigió hacia el laboratorio de su amigo, donde vio al supuesto “asistente”, con un cómplice, con el que hablaba acerca de cómo habían robado unos planos del amigo de Ray y con ello, habían podido crear el dispositivo; pero, que al tratar de usarlo en otra ciudad, no había funcionado y que finalmente, habían descubierto que el aparato se potenciaba con una lámpara de litio.

Atom se lanzó a atacarlos y modificó su peso y tamaño para golpearlos y casi los había vencido, cuando accidentalmente, el arma de uno de los malhechores cayó sobre él, noqueándolo en el momento exacto en que accionaba su cinturón para disminuir más su tamaño, por lo que los delincuentes no pudieron hacerle nada.

Cuando Atom reaccionó, los pillos ya se iban en un auto. El pequeño titán modificó su peso y tamaño y se introdujo al motor del vehículo, causando un daño que lo detuvo. Los pillos salieron del auto y levantaron el capó; pero, al asomarse para ver el daño, el capó cayó sobre ellos impulsado por el peso aumentado del héroe, quien rebotó sobre una de las bandas del vehículo y usó su impulso para noquear a los maleantes.

Poco después, ya como Ray Palmer, acudió a la policía junto a Jean para poner la denuncia sobre lo ocurrido con los pillos y la desaparición de su amigo. El capitán de policía les dijo que llevaban tiempo tras los pillos que en realidad eran espías y que gracias a Atom, ya estaban en la cárcel. Luego, la policía pudo rescatar al científico amigo de Ray.

En la segunda historia, “El pillo de la dimensión superespacial”, la policía había recibido la advertencia de un delincuente que afirmaba haber inventado una máquina que le permitía ingresar a la dimensión superespacial y así podía llegar a donde quisiera sin ser advertido, estando en sus planes el vaciar la caja fuerte del Banco Central de la ciudad.

La policía pidió la asesoría de Ray Palmer y se acordó mantener vigilancia especial en el banco; pero, al abrir la caja fuerte, constataron que el robo se había producido. Ray propuso entonces contactar con Atom, para ponerle una trampa al delincuente.

Para el siguiente robo, Ato esperaba dentro de la caja fuerte y cuando vio que se abría, saltó sobre el delincuente; pero, la reacción de este, le hizo ver que probablemente no era a quien esperaba, lo cual constató una vez que lo hubo vencido, pues en el lapso que peleaba con el malhechor, el nuevo robo se había producido.

Más tarde, en su laboratorio, Ray Palmer conversaba con una colega que estaba fascinada con las posibilidades de un descubrimiento que permitiera viajar por el superespacio, pues eso sería de gran utilidad para la humanidad, sobre todo para viajes al espacio de larga duración, que se acortarían a apenas unos pocos segundos de recorrido. La científica había hecho investigaciones al respecto; pero, no había tenido éxito, por lo que le interesaba saber cómo lo había conseguido el pillo.

En su investigación siguiendo lo que hacía el pillo, la científica había elaborado unas gráficas, que le permitieron a Ray Palmer llegar a la conclusión que cada vez que el maleante usaba su tecnología, emitía una señal de alta frecuencia, lo que les permitiría ubicarlo la próxima vez que atacara.

Luego, Atom se presentó en la Comisaría de Policía y les explicó su plan. Posteriormente, fue a ver a la científica amiga de Ray Palmer y se prepararon para actuar. Cuando vieron la señal de alta frecuencia, Atom redujo su tamaño y siguió la frecuencia, que lo condujo primero hacia un satélite en el espacio y luego llegó al laboratorio del pillo, al que atacó.

Sin embargo, en un mal movimiento, Atom quedó atrapado dentro del campo magnético de uno de los aparatos del laboratorio del pillo, que se aprestó a matar al héroe; pero, por suerte, en un mal movimiento, desconectó el aparato y el pequeño titán se liberó y venció al maleante.

Atom se dio cuenta que el pillo no tenía ningún dispositivo para viajar por el superespacio. Atom descubrió que el pillo había tenido acceso a la fábrica donde se armaban las cajas fuertes y las había modificado, creando un fondo falso que activaba apretando un botón a distancia y con eso, el contenido de las mismas desaparecía.

La científica amiga de Ray se sintió decepcionada al saber que todo había sido un truco. Mientras tanto, Ray Palmer se sentía preocupado por cuanto los robos no se habían producido realmente y quizás ello impediría acusar al pillo; pero, su novia Jean Loring que era abogada, le dijo que el solo hecho de ocultar los valores para luego apropiarse de ellos, ya era una causal para culparlo.

Este comic fue publicado en español en formato comic grapa por Editorial Novaro en el # 91 de Relatos Fabulosos, el 1 de Marzo de 1967. Imagen cortesía de colección privada.

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