domingo, 14 de agosto de 2016

HAWKWORLD.


HAWKWORLD.

Esta historia fue publicada originalmente por DC Comics en 1989 como la miniserie de 3 partes Hawkworld, que fue realizada Timothy Truman, Quique Alcatena y Sam Parsons. La miniserie narraba la historia del mundo natal de Hawkman, Thanagar, actualizada tras los hechos de las Crisis en las Tierras Infinitas.

Hasta antes de las Crisis, existían dos Hawkman: el original, que apareció por primera vez en Flash Comics # 1 USA (Enero de 1940), era de origen terrestre y se integró a la JSA; el segundo, apareció en The Brave and The Bold # 34 USA (Marzo de 1961), era de origen thanagariano y se integró a la JLA.

Sin embargo, tras las Crisis, no quedó del todo clara la nueva continuidad de Hawkman, más aún comparando los hechos de la colección del personaje, donde se mostraba una invasión thanagariana, con los hechos presentados en esta miniserie, por lo que llegó a asumirse que quien había compartido aventuras con la JLA, no era otro que el héroe de la JSA.

Thanagar era un mundo donde convivían dos realidades opuestas. Arriba, el mundo perfecto de las torres altas, donde la aristocracia vivía un nivel de vida sin igual en el universo conocido, en base al sudor y la sangre de los oprimidos y de los planetas conquistados. Abajo, el mundo de los excluidos, los olvidados, los oprimidos, los habitantes de distintos mundos conquistados, que fueron traídos para convertirse en sirvientes.

Sin embargo, no siempre fue así. Hubo un tiempo casi olvidado, casi una leyenda, cuando el planeta Thanagar estaba esclavizado por los polarianos. En esa época, nació un hombre llamado Kalmorán, que había pasado toda su vida como esclavo, hasta que se rebeló, mató a su guardia y escapó, para volver luego al frente de un ejército, con el que atacó los cuarteles polarianos y luego se lanzó a liberar mundo tras mundo esclavizado, acabando con el imperio polariano. Kalmorán no tenía ansias de esclavizar ni gobernar y regresó a Thanagar, a construir una nueva ciudad y luego, se retiró a su lugar natal a morir.

Muchos años después, Paran Katar, uno de los más grandes hombres que haya dado Thanagar, desarrolló sus investigaciones sobre el metal antigravitatorio Nth y creó las alas artificiales, inventos que cambiaron la vida en el planeta, pues el uso del metal permitió construir torres de altura tal, que en otras circunstancias habría sido imposible y las alas se convirtieron en el símbolo de la aristocracia y de la fuerza policial alada.

De eso, ya algunas década atrás. Una patrulla de la fuerza policial de los hombres alados, bajaba en misión al mundo de abajo. La patrulla estaba al mando del Comandante Byth y en ella iba un novato, el Alférez Katar Hol, hijo de Paran Katar y gran estudioso de los tiempos heroicos, lo que le permitió identificar el lugar, al ver la gigantesca estatua de Kalmorán, al que su comandante veía solo como un mito. Katar Hol, que llevaba en su pecho una imagen del héroe thanagariano, sabía que era real.

Una vez sobre el sitio de la misión, Byth dio la orden de desembarcar de la nave de combate, ante cuya presencia, los habitantes de la parte baja corrieron en busca de refugio. Byth dispuso que el oficial Kragger acompañe al novato Katar Hol, que lucía nervioso. Kragger ofreció a Katar una cápsula que lo haría sentir mejor; pero, el joven no aceptó. Tan pronto como se ubicaron en posiciones seguras, Byth alcanzó a ver en la ventana de un edificio, a un hombre armado junto a una niña pelirroja. El hombre reconoció a Byth y este le disparó, dando luego la orden de ingresar al edificio.

Ya en el interior, Kragger mató al hombre armado, que estaba junto a varios niños y que clamaba por ser llevado ante Byth. Los niños, la mayoría alienígenas, salvo la pequeña pelirroja, fueron retirados del lugar, mientras Katar inspeccionaba el lugar y encontraba armas ocultas. Cuando Byth entró, Katar cuestionó la necesidad de matar al hombre, que parecía conocer al comandante; pero, el este le contestó que era un psicópata armado, nada más y que la mayoría de los habitantes de la parte baja lo conocía, pues en sus operativos, probablemente había matado a algún allegado. Byth le hizo ver al novato que la parte baja  no era el mundo perfecto de los aristócratas, donde todo era fiesta y prosperidad.

Cuando Katar volvió a subir a la nave para retornar a la base, vio por la ventanilla los rostros de desesperación de los habitantes del lugar, la mayoría alienígenas que habían sido sacados de sus mundos para servir en Thanagar, “padre de planetas y amo de mundos”. Aunque estaban en el mismo planeta, tan solo varios cientos de metros más abajo, la realidad era totalmente distinta. Decidió aceptar una de las cápsulas de Kragger.

Tras llegar a su casa y cambiarse, Katar alcanzó a su padre en una reunión en la que también se hallaban el Comisionado Andar Pul, quien se congratuló porque el joven era parte ya de la fuerza policial alada; y, el Administrador Thal Purvis y su hija Shayera. Katar no se sentía a gusto porque en la reunión se consumían productos que no eran originarios de Thanagar, que aunque dominara a otros mundos, ahora dependía de lo que producían otros: tan solo en la reunión, el vino, las copas, los trajes de baile, la música, los músicos y los instrumentos musicales, eran originarios de otros planetas.

Shayera pidió a Katar que la acompañara a bailar. Mientras bailaban, discutían sobre la cultura thanagariana, hasta que un sirviente alienígena tropezó con Shayera y ella reaccionó de manera violenta, dejando preocpuado al joven. Tanto Andar Pul como Thal Purvis le aseguraron a la chica que el sirviente sería csatigado de manera severa; pero, Paran Katar alegó que sería bueno buscar mejorar los niveles de vida de los habitantes de la parte baja de la ciudad y ellos le pidieron que recordara que se trataba de pueblos conquistados, que no aceptaron cooperar ni aceptar el gobierno imperial y por ello, fueron convertidos en sirvientes.

Al día siguiente, Kragger y Katar Hol realizaban un patrullaje de rutina, buscando nuevas pistas acerca del cargamento de armas que encontraron en la misión anterior. Ya en el lugar, siguieron a un reptil humanoide llamado Kutchie, que fue asesinado por Kragger, a pesar de que el ser insistió en que siempre había colaborado con el oficial. En ese momento, fueron atacados por habitantes del lugar fuertemente armados, cuyos disparos mataron al oficial de la policía alada. Todo esto era observado desde un lugar cercano por Byth, quien pagaba a una hembra alienígena por sus servicios.

Poco después, Katar acompañana a Thal Purvis y su hija Shayera a una jornada de cacería de Illorianos en una isla (los Illorianos eran raza de humanos primitivos cuyo planeta fue conquistado por Thanagar). Thal llevaba un rifle fabricado en Cygnus 4, mientras que Katar prefería uno de la época imperial thanagariana. Katar y Shayera prefirieron caminar y ambos consumieron las cápsulas que ya eran una moda en las altas esferas para “sentirse bien”. El joven siguió el rastro de un Illoriano herido hasta una cueva, donde encontró muerto al individuo y junto a él, una hembra horrorizada con un bebé en brazos. Fue entonces que Katar pudo ver unos rústicos dibujos en las paredes de la cueva, que mostraban el modo en que los Illorianos estaban siendo cazados por los alados y salió avergonzado del lugar, dejando su medallón de Kalmorán colgado de una estatua conmemorativa del mítico héroe thanagariano. ¿Hasta qué extremos estaba llegando su gente? Mientras tanto, Paran Katar preparaba su discurso para aceptar el nombramiento como Jefe Científico de Thanagar.

Katar volvió a su rutina de entrenamiento, en la que usaba tácticas de antaño que había concluido. Byth lo vio y lo retó a un combate y al concluir, compartió con Katar los últimos descubrimientos sobre el cargamento de armas y que sabía que había un traidor, alguien muy importante, ubicado en las altas esferas, pidiéndole ayuda para atraparlo.

Esa noche, Katar acudió a una fiesta donde se encontró con Paran, Thal Purvis y Shayera. Ella le brindó una cápsula, un nuevo producto muy bueno y producido en Thanagar, que el joven aceptó. Decidieron irse a otra parte y ella fue a decírselo a su padre; pero, un mesero alienígena se acercó a la mesa donde estaban Paran Katar, Thal Purvis y Shayera, portando una bomba camuflada, que explotó, matando a varios, entre ellos a la chica y dejando varios heridos, siendo uno de los de más gravedad Thal Purvis, quien perdió sus piernas. Paran Katar salió relativamente ileso.

No mucho después, Byth y Katar emprendían la misión previamente acordada en la parte baja de la ciudad. Por medio de un tragaluz, pudieron ver cómo un misterioso hombre encapuchado, negociaba con una delegación de halcones humanoides (literalmente hombres halcón). Los oficiales irrumpieron en el lugar y mientras Byth luchaba con los halcones, Katar seguía al encapuchado, que no obedeció la orden de detenerse y el joven disparó, matándolo de contado. Al acercarse y quitarle la capucha, vio horrorizado que se trataba de su padre y comprendió que había sido engañado, golpeó a Byth y se fue, mientras este reía a carcajadas.

No pudiendo creer que su padre esté muerto, se dirigió a su casa a buscarlo y encontró un archivo de video, donde Paran Katar revelaba lo que había sido su misión secreta durante muchos años y los terribles secretos que había descubierto: atender las necesidades de medicinas y alimentos de los habitantes de la parte baja de la ciudad, aunque había podido darse cuenta de que no toda la ayuda llegaba abajo y los habitantes, en su mayoría provenientes de mundos conquistados, a los que se trataba poco menos que como basura, habían empezado a cansarse y lo que querían eran armas; y, había alguien que las estaba proveyendo. Paran Katar había programado una reunión con los llamados Hombres Halcón, buscando llegar a un acuerdo que beneficiara a todos, aunque no tenía esperanzas de conseguirlo y mucho menos de salir vivo de allí.

Katar destruyó la grabación y justo en ese momento, llegó la fuerza policial alada, que lo detuvo. Una vez capturado, fue juzgado y condenado al exilio en la Isla de la Oportunidad, lugar de donde no había forma de escapar. Mientras era juzgado, Katar fue testigo de cómo Byth era ascendido y obtenía su casco alado (todos los integrantes de la fuerza policial tenían su casco con forma de cabeza de halcón; pero, solo aquellos que se habían distinguido en el servicio, tenían uno adornado con alas).

Ya en la isla y con el paso del tiempo, Katar empezó a sentir el síndrome de abstinencia, al no consumir las cápsulas que Kragger y Shayera le daban y llegó a matar a otro de los habitantes del lugar, un alienígena de la raza de los Aladors, seres sabios y muy hábiles. El Alador estaba fabricando unas alas y Katar, en su desesperación por salir del lugar, lo mató para robárselas.  Lo que el joven no sabía, era que las alas las fabricaba para obsequiárselas, lo cuál le fue revelado por R’d Nar T’so, un Alador no solo sabio, sino también santo, que le hizo ver la realidad y lo entrenó. R’d Nar T’so hizo que Katar comprendiera que los delitos por los que habían sido exiliados, solo existían en la mente de aquellos que los habían condenado y que, si bien todos tenían pecados, el delito más grande en Thanagar era el que se cometía contra la vida de los demás.

Pasaron diez años y Katar fue recogido por una nave pilotada por un agente novato de la policía alada. El Alador había muerto ya tiempo atrás y Katar le había dado sepultura. Katar fue dejado en la parte baja de la ciudad, donde ahora sería uno más y tendría que buscar la forma de sobrevivir. En cambio, durante los pasados años, Byth se había dado la buena vida, aunque el consumo de las drogas sintéticas, sobre todo la droga krotana,  había causado en él una mutación, que hacía emerger de su abdomen a un ser monstruoso, que consumía a quien el comandante deseaba.

En la parte baja de la ciudad, aumentaban las protestas de sus habitantes, que eran contenidas por la fuerza policial alada. Entre ellos, se escurría Hommy, un reptil humanoide, que realizaba una transacción con un negociador que venía de arriba, llamado Jarl y luego se dirigía a su refugio, un lugar liderado nada menos que por Katar Hol, quien dio la orden de llevar la mercancía al laboratorio y asegurarse que el maletín no tenga rastreadores. En eso, entró una joven agente de la fuerza policial alada, que había venido siguiendo a Hommy.

La joven le dijo a Katar que les venía siguiendo el rastro de cerca y preguntó a qué se dedicaban, si era a drogas o armas, lo que hizo evidente para el ex – agente de la policía alada que no era de tan cerca y le hizo ver que los suyos la habían dejado allí, lejos de la compañía de las patrullas. La invitó a recorrer el lugar y la llevó a un pequeño hospital que habían creado en el lugar. Allí, en una de las camas, estaba una joven alienígena llamada Treska, con su bebé a la que había llamado Sombra Nocturna y Katar le prometió con lágrimas en los ojos, que ambos estarían bien. Él sabía que no era verdad.

Katar salió con la agente y le explicó que Treska era una princesa en su mundo y cuando Thanagar los invadió, murieron 3 de sus hijos; luego, vio morir decapitado a su padre y a ella la llevaron como sirvienta a la parte alta de la ciudad capital del imperio. Como no sabía trabajar, la abandonaron en la parte baja de la ciudad, donde vivía malnutrida entre la basura, y allí pescó un grave proceso infeccioso. La joven se dio cuenta que Katar no era de la zona baja, que él había venido de la zona alta. Katar le explicó que hay desesperación abajo, porque la buena comida y medicinas terminaban en el mercado negro y los habitantes del sector tenían que arreglarse como pudiesen y lo que él intentaba con los suyos, era ayudar en algo.

Katar preguntó a la agente si acaso los denunciaría con el que se hacía llamar “Administrador de protección”. La joven se molestó por la alusión a su comandante Byth y se alejó, advirtiendo a Katar que no intentase hacer más que proveer medicinas y no meterse en el comercio de armas.

Mientras tanto, Jarl reportaba el resultado de su transacción en la parte baja y aseguraba que quien fuera que estuviese dirigiendo todo, estaba ganando mucho prestigio allí y les podía causar problemas.  Byth estaba en ese momento en éxtasis por la droga krotana y dejó salir su monstruoso ser, que consumió a Jarl.

Paralelamente, Katar acudía en ayuda de Hommy, que era asaltado por habitantes de la parte baja en busca de algo con lo que sobrevivir. En eso, llegó una nave pilotada por la joven agente, que ordenó a Katar subiera de inmediato. Ella le reveló a Katar que había descubierto todo lo que pasaba y que ya sabía quienes eran Katar y su padre y cómo habían sido falsamente acusados. Al aterrizar fuera de la ciudad, ella le contó que era nada menos que la pequeña pelirroja que había sido “rescatada” en la primera misión de Katar en la parte baja; y, que había sido llevada a la parte alta, donde Thal Purvis la había adoptado y le había dado el nombre de su hija fallecida en un atentado: Shayera Thal. Luego de eso, dejó solo a Katar, que para su sorpresa, vio junto a él un par de alas artificiales.

Poco después, Katar irrumpía en los aposentos de Byth vestido como Hombre Halcón. Byth dejó salir su ser monstruoso y se enfrentaron; pero, Katar consiguió superarlo y estaba a punto de decapitarlo con su espada, cuando llegó Shayera y le pidió que no lo hiciera, pues tenían las pruebas suficientes para condenar a su antiguo comandante. Byth aprovechó la distracción y escapó.

Katar y Shayera consiguieron capturar a los secuaces de Byth y que los nombres tanto del joven como de su padre fueran rehabilitados. Ambos habían recibido como recompensa sus cascos alados. Ahora, solo les faltaba capturar a Byth, del que se decía había huido hacia un planeta verde, mucho más allá de las fronteras del imperio.

Este comic fue publicado en español en formato de 3 tomos Prestige por Editora Zinco en 1990. Imagen cortesía de colección privada.

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