martes, 3 de noviembre de 2020

PAPO CUENTACUENTOS, NOS HABLA DE ALGUNAS DE LAS LEYENDAS DE GUAYAQUIL.


 

PAPO CUENTACUENTOS, NOS HABLA DE ALGUNAS DE LAS LEYENDAS DE GUAYAQUIL.

Hic Nova Vitae Porta Est (Esta es la puerta hacia una nueva vida). Papo Cuentacuentos (Perú) nos habla de algunas leyendas guayaquileñas que conoció durante su viaje a Guayaquil años atrás.

LA MONJA.

En la puerta 3 del Cementerio Patrimonial de Guayaquil hay muchos gatos, dicen que llegaba una monja a alimentarlos. Hasta que un día no llegó más. La noche que murió la religiosa los gatos maullaron hasta el amanecer. Y apenas salió el sol, estos desaparecieron. “Días después que la monja fue enterrada, cada vez un gato distinto arañaba la lápida y así terminaron borrando los datos y hasta el dibujo de su ascensión a los cielos”.

VICTOR EMILIO ESTRADA.

El ex presidente Víctor Emilio Estrada. Hay quienes aseguran haberlo visto salir en las noches y tomar un taxi.

William Merelo, quien pinta tumbas y vende flores, contó que su padre, trabajó en el cementerio y que una vez vio a Estrada. “Dijo que lo vio entrar a las 2 de la mañana por la puerta 7”.

Cuenta la leyenda que Estrada hizo un pactó con el diablo y para evitar que este se llevara su alma, mandó a hacer una tumba de cobre. Desde entonces se dice que su alma no descansa en paz y que suele subir a taxis en traje de gala y sombrero de copa.

LA DAMA TAPADA.

Quizás, una de las historias más antiguas es la de la Dama Tapada, cuya creencia surgió por 1700. Cuenta que una mujer aparecía a la medianoche por el antiguo cementerio, por la iglesia Santo Domingo. Era el alma en pena de una bella que en vida había abusado del comercio de la carne sin ser carnicera. “Se dice que se la veía con un velo negro cubriendo su rostro y que su movimiento hipnotizaba a los trasnochadores que la seguían hasta el cementerio. Y que cuando se sacaba el velo aparecía una pestilente calavera”, cuenta Luis, quien hace 40 años es pintor de tumbas.

LA MUJER VESTIDA DE BLANCO.

Es posible que se refiera al mito de una mujer vestida de blanco que tomaba un taxi en las noches, pedía que la llevaran al norte y que la esperaran a que saliera para pagar la carrera. Pero al indagar los taxistas ante su demora, una señora les contaba que a lo mejor es el ánima de su hija muerta años atrás en un accidente de tránsito.


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