SPIDERMAN: BRAZOS ARMADOS.
Esta
historia fue publicada originalmente en The Amazing Spiderman # 296 y 297 USA
(Enero – Febrero de 1988), realizada por David Michelinie (guión), Alex Saviuk
(arte), Vince Colletta (tinta) y Bob Sharen (color).
Otto
Octavius, el Dr. Octopus, no había sido visto desde la batalla de bandas contra
el Búho en Peter Parker The Spectacular Spiderman # 75 y 76 USA (Febrero –
Marzo de 1983), cuando Black Cat resulta herida de gravedad y el héroe arácnido
le arranca los brazos metálicos al villano, causándole inmenso dolor, debido a
su vínculo mental con los apéndices metálicos. Octopus fue en busca de venganza
contra Black Cat en Peter Parker The Spectacular Spiderman # 80 USA (Junio de
1983); pero, fue vencido y humillado por el arácnido en tal forma, que le hizo
ver que el villano jamás sería capaz de vencerlo.
Esto
generó un trauma sicológico en Octavius, que ahora recibía tratamiento en un
Instituto Siquiátrico al Sur de Brooklyn, estando a cargo del Dr. Jefferson,
quien lo sometía a una terapia de sueño. Jefferson pensaba que en esencia,
Octavius no tenía la culpa de que el accidente que sufrió y creó un lazo
psiónico con los brazos metálicos, lo haya trastornado y convertido en villano,
teniendo esperanzas de que su tratamiento resultara y pudiera recuperarlo
totalmente. Tras lo ocurrido con Spiderman, Octavius entraba en estado
catatónico cada vez que recordaba su peor temor: el héroe arácnido.
Bajo
el tratamiento de Jefferson, Octavius entraba en fase R.E.M y empezaba a soñar.
De pronto, se veía triunfante ante Spiderman; pero, al poco rato, el arácnido
aparecía amenazante y lo humillaba. El sueño, pasaba a ser pesadilla y Octavius
se agitaba; mientras que, sus brazos metálicos, que se encontraban en un
contenedor de adamantium y con fuerte resguardo, empezaban a agitarse. Cuando
la pesadilla arreciaba, Octavius se despertó gritando y el Dr. Jefferson corrió
hacia él, que lo abrazó llorando como un niño pequeño, mientras confesaba que
se sentía dividido, pues por un lado, deseaba volver a ser el buen hombre que
siempre fue; pero, por el otro, solo deseaba acabar con Spiderman.
Al
día siguiente, usando drogas experimentales, Octavius fue sedado, esperando el
Dr. Jefferson obtener lecturas que le permitan encontrar la clave para la
siguiente sesión y hallar una cura para Octopus. Sin embargo, el sueño fue
peor, pues ahora veía hombres y mujeres araña por todas partes, lo que lo hizo
huir, hasta que cayó en una red formada por una amenazadora araña gigante, que
lo atrapó. Octavius empezó a agitarse en su sueño que ya era pesadilla, al
igual que sus brazos mecánicos en el sitio donde eran contenidos, aunque esta
vez lograron soltarse y salieron del lugar oculto bajo tierra, rompiendo
paredes, losas y pavimento y empezando a causar destrozos en las calles.
Spiderman
pasaba por el lugar justo en ese momento, mientras buscaba algo que
fotografiar, para poder venderle imágenes al Daily Bugle, cuando vio el caos y
destrozos causados por los brazos metálicos, que al no tener inteligencia
artificial, arrasaban con todo a su paso, sin distinción, siguiendo solo la
orden de ir en busca de su amo, así que el héroe se dedicó a salvar a los
transeúntes.
Cuando
los brazos llegaron a su destino, Octavius gritó desesperado, pues no quería volver
a su vida criminal, aunque estos tenían la orden de protegerlo y de inmediato
establecieron conexión física con él, al ajustarse el arnés. Octavius seguía
con miedo, hasta que los guardias entraron disparando y entonces reaccionó,
volviendo a ser Octopus y acusó a todos de haberlo estado engañando, tras lo
cual escapó, rompiendo la pared con sus brazos metálicos. Cuando Spiderman
llegó, el villano ya tenía varios minutos de haberse ido.
Octopus
fue en busca de su antigua banda; pero, cuando lo vieron, se burlaron de él,
pues no querían trabajar con alguien que se desmayaba al ver a Spiderman.
Furioso, destrozó un vehículo que estaba en el lugar ante sus antiguos
secuaces, quienes temerosos, aceptaron unirse nuevamente a él. Mientras tanto,
Spiderman trataba de seguirle la pista a Octopus, aunque no encontrana nada,
así que fue a hablar con Kathryn Cushing del Daily Bugle, para convencerla de
ayudarlo a publicar una nota que atraiga al villano y aunque a la editora no le
convencía la idea al principio, al recordar que ella misma fue raptada por
Octavius tiempo atrás, aceptó.
Luego,
Spiderman habló con el Dr. Jefferson, quien confiaba en poder ayudar a
rehabilitarse a Octavius e hizo todo lo posible, por lo cual, el plan del
arácnido de engañar al villano para capturarlo, no lo convencía, aunque al fnal
aceptó, pues nada se podría hacer por él, mientras anduviese suelto.
Y
así, salió una nota en el Daily Bugle, que decía que Jefferson contaría todo
acerca de Octopus, lo que enfureció al villano, que fue a buscarlo al Instituto
Siquiátrico; pero, la policía y Spiderman aparecieron en ese momento. Al ver al
arácnido, Octopus se quedó congelado, no así sus brazos metálicos, que
reaccionaron destrozando todo alrededor para proteger a su amo y empezaron a
seguir a Spiderman, hasta que el héroe rompió una tubería que conducía vapor
muy caliente, y lo lanzó contra el villano, reaccionando entonces los
tentáculos y escapando para que Octavius no sufriera daño alguno.
De
regreso en su guarida, Octopus meditaba y se daba cuenta que mientras Spiderman
rondara por New York, a él le sería imposible retomar su carrera criminal, así
que debía buscar una forma diferente de eliminar al arácnido y definitivamente,
esa forma era… ¡acabando con la ciudad! Para ello, tras matar al piloto que no
accedió a trabajar para él, Octopus robó un helicóptero, se dirigió a una
instalación militar, de donde se llevó un contenedor con bacterias que se usan
para la fabricación de armas biológicas.
Al
enterarse por un boletín de prensa, Spiderman se dedicó a recorrer los bajos
fondos de la ciudad, atemorizando a todos los soplones hasta conseguir
averiguar el paradero de Octopus, quien para ese momento, disponía que partiera
el helicóptero hacia Manhattan, donde la nave soltaría el contenido del contenedor
tan pronto como él diera la orden, acabando con al menos ocho millones de
personas, entre ellos el héroe arácnido. El villano se encontraba en un lugar
totalmente sellado y asegurado, donde no les afectaría la bacteria.
Spiderman
irrumpió en el lugar rompiendo la ventana y Octopus volvió a quedarse congelado,
mientras el arácnido iba tras los secuaces del villano, a uno de los cuales
exigió que diera la orden de interrumpir el ataque; pero, este contestó que no
podía, pues la operación se manejaba por códigos y el único que los conocía era
Octavius, que seguía en trance.
Spiderman
necesitaba sacar a Octopus del trance, aunque para ello, debía pasar por entre
los brazos metálicos, que no dejaban de lanzar golpes a diestra y siniestra
para protegerlo. El arácnido comprendió finalmente que posiblemente la mejor
forma de despertar al villano, sería dejándose golpear por los tentáculos, lo
cual no le causaba mucha gracia. Tras dejarse golpear la primera vez, los
brazos consiguieron asestar otro golpe a Spiderman y uno de los secuaces de
Octopus gritó que este estaba venciendo al arácnido, lo que hizo que el villano
saliera del trance y al estar consciente, sus golpes fueron más certeros, lo
que obligó al héroe a intentar huir.
Octopus
siguió a Spiderman hasta el techo del edificio y siguió golpeándolo, pues el
héroe estaba aturdido y no podía eludir los golpes, hasta que el villano lo
cogió entre sus brazos metálicos, dispuesto a lanzar a su enemigo al vacío. Fue
entonces que Spiderman le dijo que si iba a acabar con él, ya no tenía sentido
que hiciera daño a la ciudad, lo que llevó a que el villano reflexionara y
abortara el ataque. Luego, le dijo a Spiderman que no tenía sentido rematarlo,
pues así como él había vivido su humillación, ahora le tocaba al héroe vivir
sabiendo que Octopus lo había humillado, tras lo cual lo dejó y se fue.
Spiderman
no tenía fuerzas para seguir a Octopus, así que optó por volver a casa a
descansar. Para muchos, probablemente Spiderman simplemente había perdido en su
combate con el villano; pero, para él, tan solo había hecho lo que pudo para
salvar a su ciudad y con eso, se conformaba.
Este
comic ha sido publicado en español en el Coleccionable Spiderman Vol. 2 # 6 y 7
de Editora Forum de España, cuyas portadas adjuntamos. Imagen cortesía de
colección privada.
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