FANTASMA: UNA DIOSA EN
LA SELVA.
The
Phantom (El Fantasma en latinoamerica o El Hombre Enmascarado en España),
apareció por primera vez en un comic strip (o tira de prensa), el 17 de Febrero
de 1936, siendo el precursor de lo que luego sería la temática de superhéroes y
el primero de los héroes enmascarados. Se cuenta que tras el éxito del comic
strip de Mandrake el Mago, King Features le encargó a Lee Falk que crease una
nueva tira y así surgió The Phantom, un misterioso luchador contra el crimen,
alrededor del cual existe la leyenda de que nunca muere, pues su hijo adopta su
traje e identidad, siendo así ya por 21 generaciones.
El
llamado “Duende que camina” o “El hombre que nunca muere”, tiene su base en el
país ficticio de Bangalla, siendo su base la Cueva de la Calavera, donde se
guarda el registro de las aventuras de sus antepasados. En su lucha contra el
crimen, se apoya en sus amigos los Bandar, sus fieles Devil (un lobo) y Héroe
(su caballo blanco) y dos pistolas que no usa para matar. También porta dos
anillos, el uno es un símbolo de paz, con el que marca los sitios protegidos
por él; y, el otro, con una calavera con la que marca la mandíbula de los
villanos a los que golpea. Novaro publicó en español las aventuras del
personaje, por acuerdo con King Features Syndicate Inc.
Aquí
la reseña de una de las revistas publicadas por Novaro, que contaba con tres
historias cortas:
En
“Una diosa en la selva”, el Fantasma y los Bandar habían habilitado una ciudad
perdida para el rodaje de una película protagonizada por la actriz Iris Benton,
considerada una de las mujeres más bellas del mundo.
La
actriz se acercó insinuante al llamado Duende que Camina, que halagó su belleza
y su calidad como actriz; pero, optó por irse en su caballo para cumplir con
sus obligaciones en la selva. Sin embargo, el Fantasma no podía quitar a la
bella mujer de su mente y eso casi le cuesta la vida cuando se dejó sorprender
por un león, al que consiguió dormir disparándole un sedante, para luego
dejarlo en un lugar a salvo.
El
Fantasma decidió volver al lugar del rodaje, donde el director de la película
le ofreció el papel protagónico y fue allí donde Iris Benton le contó que el
filme era sobre él, una leyenda viviente que debía rescatarla de las manos de
un tirano. El Fantasma no aceptó y dejó su papel lo hiciera otro, aunque se
quedó a ver la filmación. Al ver cómo el Fantasma rechazaba por segunda vez a
la bella actriz, el director de la película pensó que quizás era verdad lo que
decían las leyendas y que no era humano.
Sin
embargo, no era así y más tarde, al ver a su doble sucumbir a los encantos de
la actriz, se sintió incómodo y salió hacia la selva; pero, Iris lo siguió a
caballo y por su inexperiencia en el lugar, una rama la tumbó de su
cabalgadura, quedando inconsciente, siendo entonces recogida por un gorila, que
la llevó a su hábitat en unas cuevas cercanas.
Cuando
Iris despertó, gritó al verse rodeada de gorilas. Su grito fue escuchado por el
Fantasma, que acudió al rescate y con una bengala cegó a los simios,
aprovechando para llevársela. Luego, una vez que Iris estuvo a salvo, el
Fantasma reflexionaba que a pesar de lo que se dijera de él, no dejaba de ser
un humano.
En
“Pago al contado”, Eduardo Cooper se presentaba ante el Fantasma en la Cueva de
la Calavera, alegando que 317 años atrás, uno de los antepasados del Duende que
Camina había defraudado a uno de los suyos con la cantidad de diez mil pesos
(en la versión Novaro), por lo que el héroe le debía al cambio actual un millón
de pesos.
Revisando
los registros, vieron que en 1660, Elías Cooper había sido asaltado en la selva
cuando transportaba cien mil pesos en oro. El Fantasma de entonces lo rescató y
recuperó el oro, que le fue devuelto a Cooper. Sin embargo, su descendiente
alegaba que Elías se había dado cuenta después del faltante, por lo que Eduardo
exigía el pago de un millón por los intereses.
El
Fantasma estaba en un apuro, pues si no pagaba, se arruinaría la reputación
ganada durante siglos. El Fantasma pidió entonces a Cooper que lo acompañara
hasta el lugar donde habían ocurrido los hechos siglos atrás; pero, advirtiendo
que el sitio era de difícil acceso, al que solo se podía llegar a pie. Cooper
aceptó.
En
el camino, el Fantasma salvó a Cooper del ataque de una serpiente, disparándole
un sedante. Luego, llegaron a orillas de un río de aguas contaminadas, justo
donde el antepasado de Cooper había acampado con su gente y muchos habían
muerto envenenados. Cooper acusó al Fantasma de ser un pésimo administrador,
pues en el lugar debería haber un hospital para atender a la gente que lo
necesitara. El Duende que Camina contestó que hacía lo que estaba su alcance.
Pero
ahora, no habiendo puente para cruzar, tenían que aventurarse en el río que
tenía una anchura de 30 metros para seguir, a pesar que el sitio estaba
infestado de serpientes y cccodrilos Cooper desapareció de pronto bajo el agua
y el Fantasma lo encontró forcejeando con un cocodrilo, consiguió liberarlo y
se enfrascó en una lucha a muerte hasta que acabó con el saurio aunque salió
herido.
Poco
después, ambos hombres yacían inconscientes en las orillas del río y fueron
trasladados al hospital de la selva por nativos que pasaban por el lugar. Al
despertar, Cooper se sorprendió por las magníficas instalaciones y atenciones
del hospital. El Fantasma le contó que su antepasado había enfermado gravemente
y que había sido curado por los nativos y con el oro que había entregado su
antecesor, se había construido el hospital. Eduardo Cooper admitió con una
sonrisa que el dinero había sido bien empleado y que por lo tanto, la deuda
estaba saldada.
En
“Ladrón de lluvias”, el Fantasma echa de la aldea a Medugli, curandero de los
Bandar, por su extraño comportamiento; aunque, como justo se produjo una sequía
que trajo hambre y sed al lugar, los nativos afirmaban que era cosa del brujo.
El Fantasma aseguraba que Medugli se había ido; pero, estos le indicaban que el
brujo estaba ahora en las montañas cercanas desde y allí enviaba “mala
medicina”.
En
lo alto de la montaña, Medugli estaba junto a varios hombres que manipulaban un
cañón. El líder del grupo, Ignatz Harrch, le dijo a Medugli que invocara a la
lluvia y mientras el brujo lo hacía, el hombre disparó una carga de yoduro de
plata, que al explotar cerca de las nubes, hizo que la lluvia cayera en el
lugar. El brujo estaba convencido que era cosa de su magia y que había
conseguido robar la lluvia; mientras que, Harrch consideraba que mainpulando al
curandero, se convertiría en el amo de la región.
Mientras
se acercaba, el Fantasma había visto la acumulación normal de nubes en el
sector y alcanzó a ver el estallido y cómo caía la lluvia, por lo que avanzó a
ver lo que ocurría, encontrándose con un área cercada y avistando el cañón que
estaba más adelante. Vio que el área era vigilada por un hombre armado, ingresó
sigilosamente y lo noqueó, tras lo cual
llenó con piedras el cañón.
Cuando
Harrch quiso usar nuevamente el cañón, el artefacto explotó, acabando así con
la amenaza del misterioso hombre y de Midugli, mientras las lluvias empezaban a
caer normalmente en la región, terminando así con la sequía.
Estas
historias fueron publicadas en español en formato grapa en el # 4/157 de la
colección de El Fantasma de EPUCOL de Colombia por acuerdo con Editorial Novaro
el 15 de Noviembre de 1979. Imagen cortesía de colección privada.
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