NAVIDADES CON LOS
SUPERHÉROES.
La
Navidad es un tiempo de alegría, esperanza y hermosas historias y tradiciones.
Y en el comic, también es posible ver reflejado este hecho, por lo cual es muy
común, que para la temporada navideña, se desarrollen historias especiales
ambientadas o especialmente preparadas para dar un mensaje de unión, paz y
esperanza.
Uno
de estos comics es Christmas with the superhéroes # 2 (Navidad de 1989), un
conjunto de cinco relatos cortos realizados por distintos equipos artísticos y
protagonizados por distintos personajes: Superman, Batman, el As Enemigo, Green
Lantern y Flash y Deadman con una invitada muy especial.
La
primera historia, fue realizada por Paul Chadwick (guión y dibujo), John Nyber
(tintas) y Tom McCraw (color). Desesperado por encontrarse abandonado en una
carretera en medio de una tormenta de nieve, con su vehículo averiado, sin
nadie que se detenga a socorrerlo y muerto de frío, un hombre decide
suicidarse.
En
el momento en que apunta su revólver contra su cuerpo, un golpeteo en una de
las ventanas del auto llama su atención. Se trata de Superman quien abre la
puerta del vehículo y se sienta en el asiento del copiloto y procede a usar su
visión calorífica para aliviar al hombre y luego, para descongelar el auto. El
Hombre de Acero le pregunta porqué estaba dispuesto a suicidarse y este le
comenta que está solo, pues su mujer vivirá en otra ciudad y su hija no quiere
saber nada acerca de él, además de que padece de una enfermedad degenerativa.
Superman
le aconseja que busque acercarse a su hija, pues su vida por su enfermadad no
será fácil y le da la dirección de una casa cercana donde podrá pasar la
nochebuena en grata compañía, con dos personas que siempre han estado para
apoyarlo cuando él lo ha necesitado y luego de energizar la batería del auto y
destruir el revólver, mientras el hombre avanza por la carretera y se alcanza a
ver un letrero que dice Smallville.
La
segunda historia fue realizada por Dave Gibbons (guión) y Gray Morrow (arte y
color). La oscuridad existe desde hace mucho, como también la luz. Pero aún la
oscuridad (Batman), necesita de la luz (Robin) y es entonces que la venganza va
más allá y se transforma en aventura. Y las risas y la esperanza lo iluminan
todo.
Mas,
quien trajo la luz consigo, ha de tomar su propio camino, opción que la
oscuridad no tiene. Sin embargo, mientras haya luz, siempre hay esperanza de
que la cueva bajo Wayne Manor no siempre esté oscura.
La
tercera historia fue realizada por John Byrne (guión y dibujo), Andy Kubert
(tintas) y Glen Withmore (color) y fue dedicada a Joe Kubert y Bob Kanigher. El
sonido del motor de un avión alemán, sorprende a quienes están en un hospital
tras las línea enemigas.
El
As Enemigo baja de su nave y para sorpresa de todos, entrega un paquete con
comestibles, con lo cual, pueden pasar una agradable Nochebuena. En
reciprocidad, una de las enfermeras lo invita a quedarse con ellos.
El
As Enemigo baila con la enfermera y luego, se dirige hacia un tablero, donde
están los nombres de los aviadores caídos en combate y hace un saludo militar
en su honor. En ese momento, nota que uno de los soldados convalecientes, le
apunta con un arma; pero, antes de que sea disparada, otro de los pacientes lo
evita y le pide al As Enemigo que se vaya. Este, besa la mano y se retira.
Esta
historia, refleja la costumbre que había de mantener una tregua entre ejércitos
combatientes, por Navidad.
La
cuarta historia fue realizada por Bill Loebs (guión), C. Doran (dibujo), Ty
Templeton (tintas) y Tom McCraw (color). Para esta época, Barry Allen había
muerto en las Crisis en las Tierras Infinitas, así que para los lectores fue
grato verlo de nuevo, en una historia ambientada tiempo atrás. Flash (Barry
Allen) y Green Lantern (Hal Jordan), se encuentran aburridos mientras cumplen
con la ronda de vigilancia en el satélite orbital de la JLA, en Nochebuena.
Una
vez terminado su turno, GL invita a Flash a ir a alguna población donde todavía
celebren la Navidad a la antigua. Aunque no es precisamente eso lo primero que
encuentran, pues Hal y Barry se topan con un Santa Claus gruñón que afirma que
las fiestas son solo puro dinero y al momento, oyen el pedido de auxilio de un
anciano al que están asaltando. Ambos cambian sus ropas y acuden al rescate.
GL
y Flash se sorprenden al ver que la víctima del asalto se trata de C.B.
Fenster, uno de los hombres más ricos del mundo; pero, que se encuentra
decepcionado de la vida, pues ya nadie cree en la Navidad y en su mensaje de
amor y paz y por ello, no le habría importado morir en el asalto. Fenster había
ofrecido entregar 5 millones de dólares a la persona que pudiera demostrarle la
existencia de Santa Claus; pero, nadie quiso aceptar el reto.
Para
sorpresa de GL, Flash decide aceptar el reto y mientras corre a conseguir
juguetes (“Tendrás que darte prisa”, le dice GL, a lo que Flash contesta “Muy
gracioso”), GL le pone a Fenster un traje de Santa Claus. Al regresar Flash, GL
crea un trineo con su anillo, que es halado por el corredor escarlata,
empezando su recorrido por la ciudad, guiados por los datos de la guía
telefónica.
En
su primera parada, un par de niños reciben directamente su regalo de manos de
Santa Claus (Fenster), aunque no les pareció nada del otro mundo. En otra
parada, en un lujoso barrio, Fenster ayuda a una viuda, que aún resiente la
perdida de su marido, a armar las bicicletas para sus hijos. En un departamento
en el centro, se encuentra con un hombre que vive solo y que lo único que
quiere es algo de compañía.
Al
finalizar la noche, los héroes se sienten desilusionados pues no han completado
su reto, ya que no se pudo encontrar a la familia Harper, de cuya casa solo
encontraron las cenizas, así que se van, dejando a Fenster decepcionado. El
millonario anciano camina hacia un auto que está cerca, y se da cuenta que allí
están los Harper, viviendo en el vehículo, al no tener donde más vivir luego de
que su casa se quemara.
El
señor Harper rechaza los regalos de Fenster, pues piensa que es mejor que se
los entregue a alguien que los necesite más. Fenster le dice a Harper que
quisiera ayudarlo y es entonces que reaparecen Flash y GL, que habían estado
observando ocultos el accionar del anciano. Flash hace que Fenster mire el
reflejo de su rostro en el espejo y le dice que la mejor forma de demostrar que
Santa Claus existe, es él mismo, con su espíritu de ayudar a la gente.
Fenster
decide dar a los héroes la recompensa; pero, estos la rechazan y más bien
apoyan a Fenster para que varias de las personas a las que visitaron y que
estaban solos o tenían problemas, tengan una buena Navidad entre amigos.
La
quinta historia Alan Brennert (guión), Dick Giordano (dibujo y tinta) y Tom
McCraw (color). Esta historia fue dedicada a la obra de Otto Binder y Jim
Mooney. Boston Brand (Deadman), lleva ya algunos años deambulando como fantasma
y llevando justicia al servicio de los Señores del Orden, sin poder hallar el
descanso eterno que tanto anhela y envidiando a los vivos, pues sienten, ríen,
aman; algo que le está negado por su condición fantasmal y que apenas puede
evocar, cuando toma posesión momentánea de un cuerpo.
Como
era Nochebuena, quiso llevar algo de alivio a las víctimas de John Arthur
Danforth, el rey de la compra-venta, que se especializa en comprar empresas a
la baja y luego venderlas a buen precio, no sin antes despedir a sus empleados,
así que, tomando posesión de su cuerpo, Deadman se encargó de hacer varias
compras y de ordenar una generosa indemnización para todos los despedidos,
luego de lo cual lo dejó.
De
allí, pasó a ocupar el cuerpo de varias personas que disfrutaban de patinar
sobre hielo, entre ellos, el de un joven que disfrutaba patinando con su novia
y que luego fue con ella a una reunión por Navidad y donde recordó lo que era
estar entre familia y amigos. De pronto, recordó que este momento era también
especial para el joven y que él lo estaba usurpando al poseer su cuerpo, así
que lo dejó.
Todo
esto, solo lo hizo sentir más mal, pues ya no era suyo el disfrute de la vida y
que la gente supiera sobre lo que él hacía para ayudar a los demás. Fue
entonces, que apareció una joven rubia junto a él, que empezó a hablarle y a
cuestionarlo acerca de lo que Deadman decía, quien no atinaba a comprender cómo
es que ella podía verlo, a menos que tuviera algún poder mágico, a lo que ella
respondió que jamás se llevó bien con la magia.
Ella,
reflexionó que lo importante era lo que hacían, sin importar cuánta gente lo
sabía o si acaso alguna vez alguien llegaba a saberlo y que por mucho que fuera
un héroe, no dejaba de ser un humano, Boston Brand, y con ello, quizás un poco
egoísta; pero, que lo importante era la diferencia que podían hacer al ayudar a
los demás.
Deadman
se sintió aliviado y le pidió disculpas; pero, ella tenía que irse y él ni
siquiera sabía su nombre. “Me llamo Kara. Aunque dudo que eso te diga nada”,
dijo ella y desapareció.
“Feliz
Navidad, Kara. Seas quien seas”, respondió Deadman.
Deadman
no lo sabía, o al menos no la reconoció, que quien había estado con él, era
nada menos que Kara Zor-El, Supergirl, fallecida en las Crisis en las Tierras
Infinitas, que dio su vida por salvar al mundo y cuyo poder no era inmune a la
magia.
Esta
historia fue publicada en español por Editora Zinco. Imagen cortesía de
colección privada.
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