domingo, 25 de abril de 2021

GREEN ARROW: MORIR EN SEATTLE.


GREEN ARROW: MORIR EN SEATTLE.

Esta historia fue publicada originalmente en Green Arrow # 15 y 16 USA (Febrero – Marzo de 1989), siendo desarrollada por Mike Grell (guión), Ed Hannigan (arte), Dick Giordano y Frank Mc Laughlin (tintas) y Julia Lacquement (color).

Oliver y Dinah disfrutaban de un espectáculo de jazz en un centro nocturno, cuando ingresaron 3 matones armados y amenazaron al cantinero. La pareja se dio cuenta y mientras Oliver lanzaba un pesado cenicero que impactó en la boca de uno de los bandidos, Dinah se lanzó sobre otro. El tercero reaccionó sacando su arma para disparar a Dinah; pero, un golpe de Oliver hizo que el tiro se desviara, eliminando al bandido con el que ella peleaba.

El segundo bandido reaccionó apartando a Oliver y le apuntó con su arma; pero, fue abatido por un disparo de un hombre que bebía junto al mostrador. El tercero corrió la misma suerte. Oliver le reclamó, diciendo que había otras opciones antes que matarlos y el desconocido contestó que con la multitud que había en el lugar, podía haber habido muchos muertos y para eso, mejor que mueran los bandidos. Luego de eso, se fue.

El teniente Cameron estaba molesto porque cada vez que había incidentes con muertos, el Alcalde lo hacía responsable a él, más aún cuando estaban envueltos Oliver, Dinah y alguno de sus amigos. Oliver aclaró que el desconocido no era amigo de ellos.

Dado que de los testimonios tomados a las personas que estaban en el lugar en el momento del incidente había como 50 versiones diferentes, Cameron pidió que Oliver y Dinah vayan a la comisaría a testificar y den los rasgos al dibujante para armar el identikit respectivo. Dinah colaboró e incluso dijo que el hombre hablaba inglés con acento y lo describió a cabalidad; Oliver, en cambio, estaba algo reacio y para molestia de Cameron, por la descripción que dio al dibujante, el sospechoso… ¡era Richard Nixon!

Tras salir de la comisaría, Oliver reveló a Dinah que había preferido ser prudente, pues había visto algo familiar en el desconocido, además que tenía como pista una cajita de fósforos del Hotel Triangle que tomó del lugar del crimen, que prefería seguir él, en vez de que lo haga la policía, hasta saber qué era lo que realmente pasaba.

Se presentó entonces en el hotel como si fuese a hacer una entrega de un ramo de flores y tocó puerta a puerta hasta encontrar una voz familiar. El desconocido, que no esperaba ninguna entrega, salió por la ventana hacia la escalera de incendios. Arriba lo esperaba Green Arrow, quien lo invitó a hablar y le hizo ver su error de haber dejado una pista por descuido.

El arquero le dijo al hombre que se había registrado como Archie Leech (un pequeño guiño al nombre real de Cary Grant, que era Archie Leach), que la policía lo buscaba y lo cuestionó acerca de las razones para portar un arma. Le dijo que lo hacía porque podía, porque era el mejor en lo que hacía, porque siempre había quien pudiese pagar sus servicios y porque odiaba a la muerte, con la que tenía una especie de juego, que hasta ahora iba ganando. ¿De dónde venía? No quiso decirlo. ¿Hacia dónde iba? Al infierno.

Para Oliver era evidente que el hombre buscaba la muerte, Fue entonces que se fijó en una foto en la que estaba “Archie Leech” con una mujer, que el arquero supuso era la esposa de este y que ella había muerto, por lo que le dijo que si quería morir, tenía el arma en sus manos; pero, que de seguro, a ella no le agradaría. Esto hizo que el hombre enfurezca y que pida que el arquero se vaya. Cuando Oliver salió, el hombre se derrumbó.

Luego que Oliver salió del edificio, entraron dos hombres más y al rato, se escuchó una explosión en el piso donde estaba el pistolero. Oliver no se había alejado lo suficiente y aún vestía como Green Arrow, así que regresó y enfrentó a los dos hombres, mientras el pistolero realizaba un arriesgado salto hasta un paso elevado cercano.

Cercados por Green Arrow, quien tenía tensado su arco para dispararles sus flechas al menor movimiento, dijeron ser agentes del servicio de inteligencia australiano, que usaron una granada de concusión para aturdir al hombre que era buscado por asesinato. Amenazaron con arrestar al arquero esmeralda; pero, este les recordó que no tenían jurisdicción en USA y que con el ruido que habían causado, sin duda atraerían a la policía o al FBI, así que tenían la opción de quedarse y mostrar sus credenciales o seguirlo y charlar.

El pistolero era en realidad Jake Moses, un atleta americano que había participado en los Juegos Panamericanos una década atrás. Se casó con una modelo y la llevó de luna de miel a un safari, con tan mala suerte, que se toparon con unos cazadores furtivos, quienes al verse descubiertos y por temor a que los apresen, mataron a todos, con excepción de Moses a quien dieron por muerto.

A duras penas, alcanzó a llegar al campamento, justo para ver cómo los guardaparques eran coimados. Enfurecido, tomó un arma y mató a todos. Luego, empezó a trabajar como mercenario, en ambos bandos en la guerra en Rodesia y posteriormente en Mozambique,  Sudáfrica y Angola, haciendo trabajo sucio, hasta convertirse no solo en una leyenda, sino en un nombre no grato en toda África y esto porque cayó en la bebida, empezó a volverse descuidado y llegó a lo más bajo, aceptando cualquier encargo por más descabellado o peligroso que fuera.

La pregunta de Oliver en este punto era, ¿qué tenía que ver la inteligencia australiana en todo esto? La respuesta fue que en 1987, un barco iraní recogió un cargamento de armas americanas en una base naval ubicada al este de Tasmania. Moses y sus hombres lo volaron. Hasta allí, no había problema; el problema fue el daño colateral, pues la explosión alcanzó al Rainbow Guardian, un barco de investigación científica, con 37 personas a bordo, la mayoría estudiantes y todos murieron.

Oliver los condicionó a trabajar bajo sus reglas, aunque los agentes no querían que él interviniese. El arquero alegó que a pesar de todo, el hombre había salvado su vida, que además Seattle era su ciudad ahora y que un hombre como Moses que anhelaba morir, era obvio que esperaba que lo atrapen y que por ello, dejaba huellas.

Y así, los 3 empezaron su búsqueda, hasta que por fin, el administrador de un edificio al ver la foto de Moses, confirmó que estaba hospedado allí; pero, que no quería problemas. Cuando los dos agentes subieron, telefoneó a la habitación de Moses y este salió por la ventana hacia la escalera de emergencia, por la que subió a la azotea. Allí lo esperaba Arrow, quien trató de razonar con él.

Hablaron de lo que hacía y Green Arrow le dijo que sabía que se sentía culpable. Moses le dijo que lo del barco iraní no era culpa suya, pues él creía que la nave estaba vacía, pues su misión era detener el embarque y que lo del Rainbow Guardian fue una mala coincidencia. Arrow le dijo que no hablaba de eso, sino de que él estaba seguro que Moses se sentía culpable por su esposa, porque ella haya muerto y él esté vivo y que lo cierto, es que ahora no era mejor que aquellos que la habían matado, que había aniquilado a inocentes y debía pagar por ello.

Moses le contestó que sabía que debía pagar por sus actos; pero, que no sería ante Arrow. Entonces, le apuntó con su arma. En eso, aparecieron los agentes y Arrow le dijo que si Moses lo mataba, ellos acabarían con él. Pero claro, eso era lo que buscaba, que lo mataran y el salto desde el edificio hacia otro no era posible por la distancia. No lo lograría.

Moses contestó que se la jugaba al todo o nada. Y saltó… al vacío.

Esta historia fue publicada en español en DC Premiere # 12 de Editora Zinco de España, en Junio de 1990. Imagen cortesía de colección privada.

¡EL COMIC ES CULTURA Y EDUCACIÓN!

Comic Club de Guayaquil… ¡de Guayaquil para el mundo entero!

email: ecuadorcomics@gmail.com
http://comicclubguayaquil.blogspot.com/

Facebook: Comic Club de Guayaquil

Twitter: @COMICCLUBGYE

No hay comentarios: