CAZA DE BRUJAS PARA UN
EXTRATERRESTRE.
Dicen
que “el hombre destruye todo aquello que no comprende”. Bajo esta premisa, se
desarrolló la historia de este comic.
Steve
Austin había acudido a una reunión con los mandos militares y se aprestaba a
regresar a casa. Subió al jet que pilotaba y empezó el viaje de regreso; pero,
a medio camino, se topó con una tormenta eléctrica y uno de los rayos golpeó la
nave, descontrolándola y haciendo que cayera en picada. Steve luchaba por
enderezar la nave, tratando al menos de conseguir aterrizar de panzaso.
Era
de noche y el bólido llameante fue visto mientras caía por Lem Tucker, un
campesino que creyó que era una nave extraterrestre, que iniciaría una invasión
a la Tierra. Al ver el fogonazo del impacto, Lem salió en dirección al sitio y
al llegar, vio a alguien en la cabina de una nave, tratando de salir. Era Steve
que usaba sus miembros biónicos para liberarse. De pronto, a los ojos de Lem,
parte de la nave pareció explotar y un humanoide con partes mecánicas (pues
parte de la piel artificial de los miembros biónicos de Steve se había roto),
salió de la misma, dirigiéndose a él, por lo que el asustado campesino trató de
huir.
El
sitio donde la nave de Steve había caído, era uno de los tantos en las zonas
rurales de USA, donde no había teléfonos, ni radios, ni autos, por lo cual
cualquier cosa fuera de lugar, causaba alarma entre los habitantes.
Un
pequeño llamado Rusty y su perro Blue, jugaban a rastrear a un puma, cuando el
olfato del can detectó algo raro y se dirigió al lugar, donde ambos enconrraron
a Steve que se había desmayado. El chico ayudó a levantarse a Steve y lo llevó
hasta su casa, donde la madre de Rusty, la viuda Crane, lo atendió. Steve
quería dar el aviso de lo que había ocurrido; pero, como en el lugar no había
teléfonos, habría que esperar hasta el día siguiente para ir al pueblo más
cercano.
Mientras
tanto, Lem había traído a varios habitantes y al sheriff del lugar, mostrándoles
la nave siniestrada. A pesar de las dudas del sheriff que pensaba que era un
jet y su ocupante un piloto de la Fuerza Aérea, Lem insistió que era un ser con
partes mecánicas y fuerza demoníaca. Uno de los hombres vio las huellas de
Rusty, Steve y el perro y todos las siguieron, hasta la cabaña de los Crane.
Allí,
a pesar del pedido de prudencia del sheriff, Lem amenazó con que si Austin no
salía, empezarían a disparar. Para no ocasionar un daño a los Crane, Steve
salió y ante la acusación de Lem de ser un extraterrestre, dijo que era un
Coronel de la Fuerza Aérea y que eso podían comprobarlo fácilmente, llamando a
sus superiores. El sheriff dijo que para eso, debería viajar hasta el pueblo de
Huxleyville, a un día a caballo.
Lem
insistió y apuntó a Steve con su rostro, quien con increíble velocidad le quitó
el arma y la lanzó tan lejos, que asustó a todos. El sheriff no vio más opción
entonces que llevarlo consigo y encerrarlo en la cárcel del pueblo, hasta que
todo se aclarase; luego, partió a caballo dejando la advertencia a Lem y los
suyos de no hacer una tontería.
Sin
embargo, ni bien había partido el sheriff, Lem incitó a los demás para que
llevaran antorchas para quemar la pequeña cárcel construída en madera.
Consciente del peligro, Steve arrancó la reja de la parte posterior del lugar,
escapando mientras la pequeña edificicación era consumida por las llamas.
Empezó a trepar una colina, esperando no ser visto; pero, uno de los hombres de
Lem lo vio y empezaron a seguirlo.
Steve
corrió a toda velocidad e incluso superó de un salto un precipicio de 15 metros
de ancho, para alejarse lo más posible de Lem y sus hombres. En eso, escuchó
unos ladridos y el disparo de un arma pequeña y se dirigió a ver qué ocurría.
Al llegar, vio a Blue luchando con un puma, mientras el pequeño Rusty observaba
la escena.
Steve
tomó un pedazo de madera con forma de estaca y una piedra que usó para atraer
la atención del felino, que se lanzó sobre él. Ambos rodaron por el suelo por
el impacto del peso del puma, hasta que Steve consiguió clavarle la estaca y lo
mató. El chico corrió y abrazó a Steve.
En
eso, llegaron Lem y sus hombres, quienes apuntaron a Steve y pidieron a Rusty
que se apartara; pero, justo en se momento, apareció la viuda Crane, quien les
pidió que comprendieran que Austin era solo un hombre y se interpuso entre
ellos. Al tocar a Steve, sintió húmeda su mano y notó que era sangre que
brotaba de las heridas de Steve tras luchar por el puma y la mostró a Lem y sus
hombres.
Al
darse cuenta que solo era un humano, los hombres de Lem se alejaron, molestos
por haber seguido las locuras de su vecino. Steve acompañó a los Crane para
cenar en su casa. Al día siguiente, partiría para su regreso.
Este
comic contó con una historia complementaria titulada “El muñeco”. C.P. Land
había robado algunos planos secretos, incluyendo los de la reconstrucción de
Steve Austin y había conseguido que el Dr. Donald Dreyfuss construyera una
versión en miniatura del Hombre Nuclear, con todas sus funciones. Tras matar a
Dreyfuss, Land se dispuso a vender la miniatura el mejor postor, sin sospechar
que una extraña conexión se había creado entre la figura y Austin, quien empezó
a actuar de manera extraña, reaccionando a lo que le ocurriera a su “doble”.
Este
comic fue publicado en español de manera quincenal, en formato comic grapa por
GRECO Grupo Editor Colombiano, en el # 4 de su colección El Hombre Nuclear.
Imagen cortesía de colección privada.
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