TARZÁN: LAS HORDAS DE
MOMAZAR.
Tarzán
fue creado por Edgar Rice Burroughs y apareció por primera vez en la revista
pulp All Story Magazine en Octubre de 1912, siendo adaptado posteriormente a
una serie de novelas, siendo posteriormente adaptado a los comics, cine y
televisión.
La
primera tira de prensa de Tarzán la hizo Harold Foster para United Features
Syndicate y apareció el 7 de Enero de 1929, con la adaptación de la primera
novela de Edgar Rice Burroughs.
Las
primeras historietas de Tarzán aparecieron en 1948, siendo editadas por Dell
Comics (# 1 a 131 entre 1948 y 1962), pasando luego a Gold Key Comics, con la
que llegarían al # 206 USA, pasando luego a DC(que llegaría hasta el # 258) y
posteriormente a Marvel Comics (que editaría 29 números), en la década del 70.
Dark Horse retomaría al personaje a partir de 1996.
Los
créditos de esta historia no constan y no fue posible corroborar su
equivalencia con las ediciones USA, por lo que es probable que se trate de una
edición creada en México, situación que era muy común cuando escaseaban las
historias originales USA (probablemente por el cambio de editoras: Dell – Gold
Key – DC – Marvel).
Varias
aldeas estaban siendo arrasadas por hordas de guerreros seguidores de Momazar,
que mataban a buena parte de sus habitantes, incluidos mujeres y niños,
llevándose a unos pocos hombres para aplacar la sed de sangre de este.
Tarzán
recorría la selva y vió una humareda a lo lejos, decidiendo investigar lo que
ocurría. Al llegar a la aldea, uno de los pobladores que ya agonizaba, le contó
lo que había ocurrido a manos de las hordas de Momazar y que varios pobladores
habían sido secuestrados.
El
Hombre Mono ofreció liberar a los cautivos y empezó a seguir el rastro; pero,
llegado a un punto determinado, lo perdió. Llegó entonces a una aldea cercana,
donde fue recibido por el jefe, que le dijo que estaban en pie de guerra ante
el ataque de las hordas de Momazar. Tarzán le dijo que sería bueno que se
unieran con otras tribus; pero, el jefe contestó que las hordas habían dejado
pocas aldeas en pie. Luego, le comentó que las hordas parecían venir del oeste.
Tarzán
siguió su búsqueda hacia el oeste y al poco rato, se encontró con un par de
guerreros armados, que le impidieron el paso y él les dijo que estaba buscando
a Momazar. Los guerreros lo condujeron hacia un poblado cercano hasta la casa
del jefe Momazar, ubicada en un nivel más alto que las demás y lo llamaron.
Al
poco rato, salió un hombre enorme y de aspecto amenazante, que dijo que
destrozaría a Tarzán y este le contestó retándolo a un duelo sin armas. Ambos
lucharon por un rato y los golpes de Tarzán parecían no hacer mella en el
gigante, hasta que con un certero golpe con ambas manos en los costados de la
cabeza de este, Momazar se rindió. Al rendirse, sin embargo, confesó que no era
Momazar, sino que se llamaba Mokni y que usaba ese nombre para causar terror en
las aldeas. Luego, Mokni y los demás aceptaron ayudar al Hombre Mono a vencer a
Momazar.
El
grupo liderado por Tarzán avanzó por la selva y pronto encontraron a otra
horda, a la que vencieron y luego de liberar a los cautivos, usaron a uno de
los integrantes de la horda para que los llevara hasta donde estaba Momazar.
Poco después, fueron emboscados y tuvieron que rendirse.
La
aldea de Momazar era como cualquier otra, salvo que estaba junto a una
hondonada que precedía la entrada a una cueva y que estaba cercada como si de
una arena o coliseo se tratase. El jefe de la aldea dijo que Momazar vivía
dentro de la cueva y que si muriera, podrían apoderarse del tesoro que hay en
el interior; pero, como estaba vivo debían de alimentarlo y por eso, traían a
gente de otros pueblos para saciarlo. Luego, hicieron bajar a uno de los
hombres capturados y al poco rato, salió de la cueva un tiranosaurio, ¡Momazar!
Arriba,
en la plataforma desde la que se veía el “espectáculo”, Tarzán y Mokni se
lanzaron sobre sus captores y los desarmaron. El Hombre Mono bajó a la arena y
ayudó a huir al hombre al que Momazar perseguía. Tarzán eludió ágilmente los
movimientos de la bestia, sobre todo los de su cola, que terminó destrozando
parte de la cerca de troncos y usó uno para matar al monstruo, que se lo
terminó clavando en el pecho, al arremeter contra el Hombre Mono.
Muerta
la bestia, los nativos bajaron y corrieron hacia la cueva, a pesar de los
esfuerzos de Tarzán y Mokni por impedirlo; pero, fácilmente los superaron en
número. Lo que el Hombre Mono no esperaba, es que el propio Mokni lo
traicionara, golpéandolo mientras estaba distraído y corriendo luego con su
gente a la cueva, donde se inició una lucha entre bandos, que terminó en
tragedia, cuando Mokni lanzó una gran piedra con tan mala suerte, que golpeó otras
que desestabilizaron la cueva y hubo un derrumbe que sepultó a todos.
Finalmente,
Tarzán ayudó a que los cautivos regresaran a sus aldeas.
Este
comic contó con una historia de complemento llamada “Un plan siniestro”, en el
que Tarzán es capturado y lo mantienen cautivo por varios días si alimentarlo,
para debilitarlo y que se vuelva susceptible a ser hipnotizado, luego de lo
cual es obligado a cometer una serie de fechorías, hasta que reacciona cuando
le dan la orden de matar a una mujer y su hijo en una aldea y luego de ver
morir a la persona a la que consideraba su amigo, volviéndose en contra de sus
captores y venciéndolos. Tarzán se
entrega luego a las autoridades; pero, lo dejan libre al ser perdonado por no
estar en control de sus actos.
Esta
historia fue publicada en formato comic grapa en el # 475 de la colección abierta de Tarzán de
Editorial Novaro, el 19 de Diciembre de 1975, serie Águila. Imagen cortesía de
colección privada.
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