PANTERA NEGRA: ¡EL DÍA DEL HOMBRE MONO!
Esta
historia fue publicada originalmente en Avengers # 62 USA (Marzo de 1969),
siendo reimpresa posteriormente en Jungle Action # 5 USA (Julio de 1973) y fue
realizada por Roy Thomas (guión), John Buscema (arte) y George Klein (tinta).
Con
la ayuda de Dr. Strange, los Vengadores habían vencido a Surtur el demonio de
fuego y a Ymir, el gigante de hielo (en Avengers # 61 USA). Ahora, Pantera
Negra, Vision, Hawkeye y Black Knight se encontraban cerca de congelarse, en un
lugar que se había visto afectado por el ataque de Ymir y no contaban con el
Quinjet para salir del lugar, pues la nave había sido destruida durante la
batalla.
Pantera
Negra llamó a una de sus naves, que de inmediato los recogió y los llevó hasta
Wakanda, donde sus compañeros se sorprendieron del contraste entre la
exhuberante vegetación y la vida tribal, con el sorprendente avance tecnológico
del hangar del monarca africano. Cuando Visión, Hawkeye y Black Knight bajaron
de la nave, se vieron atrapados de pronto en una cápsula blindada, que el
sintezoide no tuvo problema en romper; pero, en ese momento, los héroes se
vieron rodeados por varios hombres con ropas tribales, que portaban armas de
última tecnología.
Al
escuchar disparos, Pantera Negra salió y se enfureció por el trato dado a sus
invitados, reclamando fuertemente al que dirigía a los hombres, pues a los
visitantes no se los recibía así, salvo orden real y él no la había dado. El
hombre le contestó que la orden la había dado quien regía sus destinos en
ausencia de T’Challa, M’Baku.
El
monarca dispuso entonces que se avise de su llegada a M’Baku, quien luego
tendría que responder por sus acciones. M’Baku fue notificado y este dispuso
preparar un agasajo para el monarca y sus invitados; y, luego, en un aparte con
su fiel N’Gamo, le ordenó estar listo para el ataque, pues consideraba que ya
era hora de que otro ocupase el trono de Wakanda y ese, debía ser él, por ser
el más grande guerrero de su nación.
Al
llegar T’Challa a la recepción, M’Baku ofreció sus disculpas, a lo que el
monarca contestó severamente, que ya discutirán sobre eso. Poco después de
iniciado el banquete, T’Challa y sus invitados se vieron afectados por una
droga en el vino y cayeron inconscientes. Cuando T’Challa despertó, encontró
ante él a M’Baku vestido con el traje prohibido del gorila blanco, la más
salvaje de las bestias. El guerrero, le dijo que esa prohibición la había hecho
T’Challa, no M’Baku el Hombre Mono y que pronto, la Pantera Negra estaría
sepultada bajo los escombros del monumento de su totem, para erigirse luego la
imagen del gorila blanco esculpido en piedra.
El
Hombre Mono se lanzó al ataque y Pantera Negra alcanzó, sorprendido al ver la
rapidez de los movimientos de M’Baku, a eludir el golpe, que derribó un árbol
que estaba detrás suyo. Pantera Negra contraatacó; pero, fue zarandeado por el
Hombre Mono. El líder de Wakanda no entendía porqué sus súbditos no
reaccionaban para defenderlo, hasta que los escuchó decir que debía probar que
no se había vuelto débil por irse a vivir en otras tierras. T’Challa comprendió
entonces que pelearía solo.
Tras
derribar a N’Gamo que quiso atacarlo por la espalda y eludir un árbol que el
Hombre Mono había arrancado de cuajo y se lo había lanzado, Pantera Negra
corrió hacia su centro de control, para ganar algo de tiempo mientras pensaba
en alguna estrategia para vencer a su rival y ampararse en la oscuridad, lo que
le daría algo de ventaja contra la brutal fuerza de M’Baku. Cuando este pasó el
umbral del lugar, Pantera Negra, que se hallaba oculto en lo alto, saltó sobre
él con tal fuerza, que lo derribó y aparentemente, lo dejó noqueado.
Confiado,
Pantera Negra se dirigió hacia la salida, para ir a liberar a sus amigos; pero,
las puertas se cerraron ante él. El Hombre Mono solo había fingido estar
inconsciente y atacó con furia a Pantera Negra sin darle tiempo a respirar,
hasta que consiguió noquearlo. Cuando Pantera Negra despertó, se encontró
encadenado a una especie de altar y junto a él, estaba el Hombre Mono, que
empezó a empujar con fuerza el monumento del totem de la pantera para que
cayese de esta manera; pero, en vez de caer, este empezó a desmoronarse sobre
M’Baku, que terminó sepultado.
Justo
en ese momento, llegaron los Vengadores, quienes acababan de liberarse de su
encierro, gracias a los poderes de cambio de densidad de Visión, quien preguntó
porqué M’Baku quería acabar con el monarca que había traído progreso a su
gente. Para Pantera Negra, M’Baku era un anacronismo, que quería seguir
viviendo en las eras de salvajismo y no conocía otra cosa que la violencia y
ante él, solo quedaba combatirlo hasta el fin. El reinado del Hombre Mono,
había concluido.
Esta
historia fue publicada en español en formato grapa, en El Hombre Araña presenta
La Pantera Negra # 16 de OEPISA (Macc División Historietas) de México, el 27 de
Diciembre de 1974. Imagen cortesía de colección privada.
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