TARZÁN VERSUS
DEPREDADOR EN EL CENTRO DE LA TIERRA.
“Pellucidar.
Centro de la Tierra. Última muestra del bosque primitivo. Para Tarzán, Rey de
la Selva, es tierra sagrada. Para los Depredadores, terreno de caza.” Este
texto es parte de la presentación de “Tarzan vs Predator: At the earth’s core”,
que Dark Horse publicó en forma de miniserie de 4 números (Enero a Junio de
1996), recopilada posteriormente en formato tomo.
Cuando
Dark Horse adquirió los derechos de publicación de las creaciones de Edgar Rice
Burroughs, el editor Mike Richardson se planteó la posibilidad de enfrentar a
estos personajes y contactó a Walter Simonson y Lee Weeks, para que se hicieran
cargo del guión y arte, respectivamente.
Tarzán
había recibido un mensaje radial de emergencia indicando que algo estaba
arrasando con los animales en Pellucidar y sus amigos David Innes y el inventor
Abner Perry, estaban en grave peligro, si es que acaso no estaban muertos. De
inmediato, procedió a disponer que todo se preparase para emprender una misión
de rescate con los Waziris encabezados por el leal Muviro; y, obviamente, Jane
no quiso quedarse atrás.
En
eso, llegó un pequeño avión en el que viajaba Herrington Sneftly, enviado
especial del Presidente de USA para reclutar a Tarzán en una misión de
exploración, en busca de un objeto que aparentemente había caído en el Polo
Norte. A Sneftly no le agradaba la idea de llevar a Tarzán, pues lo consideraba
un salvaje y menos le agradó saber que el Hombre Mono llevaría a Muviro y
varios guerreros waziris, así como a Jane. Tarzán le aseguró que los waziris
demostrarían ser mejores que el mejor de los soldados. Además, Tarzán sabía que
uno de los puntos de entrada a Pellucidar estaba justamente en el Polo Norte.
Cuando
la expedición sobrevolaba el Polo Norte, la brújula enloqueció y un destello de
luz dio paso a un cambio brusco del paisaje y de pronto, se hallaban sobre
Pellucidar. Antes de aterrizar en un claro, pudieron ver los cadáveres de
muchos animales en el área. Ya en tierra, Tarzán salió a explorar junto a los
waziris, dejando a uno de ellos, Kintu, cuidando a Jane. A Sneftly no le gustó que
Tarzán diera órdenes, pues era él quien estaba al mando. Tarzán le contestó que
se asegurase entonces de proteger bien el área.
Cuando
Tarzán y los waziri encontraron el lugar donde estaban los restos de las
grandes bestias de Pellucidar e incluso algunos humanos, notaron que no los
habían matado por hambre, sino como un trofeo, pues todos carecían de cabeza.
El Hombre Mono percibió un olor extraño, de algo que no pertenecía al lugar y
al rato se alarmó, pues el viento traía ese mismo olor desde el campamento.
Regresaron tan rápido como pudieron, encontrándose con la macabra escena de los
soldados masacrados y descabezados y Kintu agonizante, manchado con lo que
parecía ser la sangre de uno de los agresores. Sin embargo, no había rastro de
Jane, Sneftly y algunos de los soldados.
Tras
enterrar a los muertos, Tarzán y los waziris siguieron el rastro de los rehenes
y sus captores, mismo que terminó en un área donde la maleza aparecía
chamuscada, como si algo hubiera despegado de allí. Al seguir, fueron
emboscados por los Sagoths, homínidos salvajes, enemigos de los humanos de
Pellucidar. Curiosamente, los Sagoths llevaron a todos al Palacio Real de
Pellucidar, donde los recibió su nuevo emperador Jason Gridley, quien aseguraba
que David Innes había muerto y tenía como esclava a la esposa de este. Gridley
condenó a los waziris a ser esclavos, mientras que a Tarzán lo condenó a muerte
por intentar liberarse.
Mientras
tanto, Jane y los demás habían sido llevados por sus captores hacia un
campamento con extrañas edificaciones donde los encerraron.y luego empezaron a
sacar uno a uno para usarlos como presas de caza, que era también el destino
que le esperaba a Tarzán según lo dispuesto por Gridley, pues el Hombre Mono
fue llevado del Palacio hacia un claro en un área boscosa, donde fue atado a un
tronco.
Poco
rato después, aparecieron varios de los Depredadores y uno de ellos cargó a
Tarzán para llevarlo a otra parte; pero, en el camino fueron atacados por dos
Tiranosaurios, aunque los seres acabaron rápidamente con ellos. El Hombre Mono
quiso reaccionar; pero, uno de los seres le disparó un gas que lo dejó
inconsciente.
Cuando
Tarzán despertó, se encontró rodeado de calaveras, muchas de ellas de humanos,
en una de las cuales estaba incrustada la navaja de uno de los seres y que le
habían dejado su cuchillo. Tarzán no se explicaba esto y porqué no lo habían
matado. El Hombre Mono dedujo no solo que los seres eran depredadores de otro
mundo, que cazaban no por comida, sino por trofeos. Y ahora, Tarzán era su
presa.
Al
recorrer el área, el Hombre Mono se dio cuenta que algo no andaba bien y por
precaución, lanzó una piedra a ver qué pasaba y esta terminó pulverizada. Los
depredadores habían convertido el sitio en un área para cacería.
Desafortunadamente para los extraños seres, su código de caza era un lenguaje
muy familiar para Tarzán, quien empezó a preparar el lugar para crear ventajas
que aprovechar.
Y
así, cuando uno de los depredadores bajó de una nave, pronto cayó en una trampa
tendida por Tarzán, que consiguió matarlo y se apoderó de sus armas que había
podido ver cómo las usaban. Este hecho, causó gran conmoción en el campamento
de los depredadores, varios de los cuales partieron en la nave, lo cual fue
notado por los rehenes, entre ellos Sneftly y Jane, que se preguntaban qué
ocurría.
Mientras
tanto, en el Palacio Imperial de Pellucidar, el emperador Gridley interrogaba a
uno de los waziris, tratando de averiguar el motivo por el que Tarzán había
vuelto a Pellucidar y al no obtener respuesta del bravo guerrero, hizo que lo
llevaran a un cuarto cercano, donde el hombre se asustó al ver lo que le
esperaba y solo se oyeron sus gritos.
En
el campamento, Jane se alegraba al ver que los seres traían el cadáver del
cazador que había salido antes y asumió que el responsable era Tarzán. Sneftly
quiso aprovechar la situación pata salvar su vida y le reveló a los seres que
Jane era la esposa del hombre que había matado al depredador. Los seres
parecieron entender lo que decía y llevaron al embajador a una celda aparte,
donde también estaba encarcelado el desaparecido Abner Perry.
Afuera,
en el coto de caza, Tarzán buscaba eludir a los depredadores y encontró una
ciudad abandonada en la que se refugió y allí, pudo tenderles una nueva trampa,
acabando con dos de los seres, usando las granadas del depredador al que había
matado. Sin embargo, fue sorprendido por otro de los seres y cuando este estaba
a punto de fulminarlo, una trampilla se abrió a los pies del Hombre Mono, que
cayó en la misma, mientras una explosión acababa con el otro depredador.
Al
recuperarse, Tarzán vio que quien lo había salvado era su amigo David Innes a
quien todos daban por muerto. Innes había salido con un grupo de sus hombres a
investigar el motivo de la muerte de los dinosaurios, cuando fueron emboscados
por los Sagoths, que mataron a todos los acompañantes del Emperador de
Pellucidar y a él lo capturaron y entregaron a los depredadores, que lo
llevaron al coto de caza. Luego, mientras luchaba con uno de los monstruos, un
paso en falso del extraterrestre hizo que cayera por un precipicio y
aparentemente muriera, lo que Innes aprovechó para desgarrar sus ropas y
mancharlas con su sangre, para que todos lo dieran por muerto.
Tarzán
y David Innes se dedicaron entonces a cazar a los monstruos, usando las armas
que habían conseguido capturar, hasta que llegaron al lugar donde los
Depredadores tenían cautiva a Jane y a los demás. El Hombre Mono enfureció al
sentir el olor de Jane y no encontrarla, por lo que arremetió contra el primer
Depredador que vio y lo mató a pedradas. David Innes consiguió calmarlo y
fueron en busca de Muviro y los waziris, que permanecían cautivos de los
Sagoths y tras liberarlos, fueron al castillo, donde capturaron a Jason
Gridley, quien al ser golpeado por Innes, pareció despertar de un trance y fue
así como Tarzán se dio cuenta que detrás de todo también estaban los Mahar,
extraños reptiles alados que habían evolucionado obteniendo grandes poderes
mentales, que se deleitaban “consumiendo” los recuerdos de los humanos a los
que capturaban o dominaban mentalmente, mientras que a otros los tenían como
ganado para consumir su carne. Tiempo atrás, estos seres se habían apoderado de
Pellucidar, teniendo dominados a los humanos y fueron justamente Tarzán y David
Innes en su primera incursión al lugar, quienes los vencieron y aparentemente
acabaron con todos.
Los
Mahar tenían un cubículo en el Palacio de Pellucidar, al cual bajo su control,
Jason Griedly les llevaba víctimas para que los seres se alimentaran de sus
mentes. Detrás del cubículo, Tarzan y su grupo encontraron una salida secreta,
que asumieron podría llevarlos a su guarida. Llegaron hasta un estanque y el
grupo se sumergió allí, pues David Innes aseguraba que tenía salida en otro
lado, donde probablemente los Mahar se alimentaban de humanos y Sagoths.
Al
emerger al otro lado, Tarzan y su grupo encontraron a los Mahar concentrados en
su comida, por lo que acabaron con ellos fácilmente, con excepción del líder,
la Reina Mahar, de mente muy poderosa,
pero que fue aparentemente inutilizado por Innes al cubrirle los ojos. Mientras
tanto, Tarzan encontró en una recámara del lugar al embajador Sneftly colgado y
desangrándose. Antes de morir, Sneftly dijo que lo desangraban para alimentar a
la Reina y confesó que había traicionado a todos e incluso les había entregado
a Jane para ganar tiempo; además, que los Mahar y los Depredadores eran aliados
y que los primeros les consiguen humanos y Sagoths que cazar.
Ya
afuera, la Reina Mahar le dijo a Tarzan que no la matarían porque sabía cómo
encontrar a Jane. En su desesperación, Tarzan se dejó seducir por el hablar
pausado de la bestia y para cuando David Innes se dio cuenta, ya era muy tarde,
pues el Hombre Mono y aquellos que habían estado bajo su control, atacaron y
vencieron al resto. La Reina Mahar hizo pasar entonces a Jane y declaró a la
pareja los nuevos Emperadores de Pellucidar, con los que crearía una dinastía
que perduraría por siempre, con el apoyo de los Sagoths y los humanos
controlados. El monstruoso ser había ubicado a Jason Griedly como Emperador
mientras se aseguraba que David Innes había muerto; pero, ahora, con Tarzan, se
aseguraba de tener a alguien que haría a un lado a los Depredadores.
Una
vez sentado en rl trono imperial de Pellucidar, Tarzan dispuso que perdonaría
la vida de David Innes y Muviro por su lealtad y sus servicios prestados. Al
primero, sin embargo, lo condenó a ser arrastrado por todo Pellucidar para que
sirviera de lección a quienes intentasen rebelarse; mientras que, al segundo,
le ordenó ir con los Sagoths en busca de las armas que habían dejado en los
aviones y que les ayudarían a enfrentar a los Depredadores. Si Muviro no iba,
Tarzan le dijo que lo mataría y luego, terminó diciendo algo que sorprendió al
jefe waziri, “que les diera a los Sagoths un festín Sagoth”, lo que le dio a
entender que al menos en parte, el Hombre Mono estaba consciente de sus actos.
Al
llegar al lugar donde estaban las armas, los Sagoths tuvieron temor de que las
bestias aladas se los comieran. Muviro y sus hombres tomaron varias armas e
intentaron explicar a los Sagoths la verdad de lo que ocurría, haciéndoles
saber cómo habían sido utilizados por la Reina Mahar y esta les había pagado
devorando a los suyos, cuyos huesos estaban en los calabozos secretos del Palacio
Imperial, por lo que había que vengarse. Los Sagoths no querían creerlo y uno
de ellos se lanzó sobre Muviro, que lo mató de un disparo y los demás,
temerosos, aceptaron ayudar. Cuando
volvieron al Palacio y bajaron a los calabozos, vieron en el estanque que
Muviro tenía razón.
En
eso, bajó al estanque la Reina Mahar que iba a devorar los cuerpos de Griedly y
su esposa. Los Sagoths se lanzaron sobre la bestia para matarla, mientras los
demás se encargaban de contener a Tarzan y Jane. Al morir la Reina Mahar, los
que estaban bajo su hechizo despertaron y tras devolver a David Innes el trono
de Emperador, se lanzaron a cazar a los Depredadores y con ayuda de los
Sagoths, pronto cayó el primero, que fue dejado a la vista para que lo vieran
sus compañeros.
Cuando
los demás Depredadores llegaron y vieron el cadáver, su líder activó la cuenta
regresiva del dispositivo explosivo en su brazo. Poco después, el grupo de
Depredadores se dirigió a su campamento y lo encontraron en llamas y con los
cuerpos colgados de sus compañeros. El líder adelantó el contador del explosivo
y dispuso se dirigieran a su nave, donde se sorprendieron al escuchar un
estruendo y vieron acercarse a humanos y Sagoths dirigidos por Tarzan, montando
sobre Glifos (una especie de Triceratops), que se dirigían hacia ellos.. El
líder apuntó con su arma al Hombre Mono; pero, reconociendo que había sido un
rival a la altura, cerró las compuertas de la nave, al tiempo que esta era
golpeada por los Glifos y arrastrada hacia un precipicio, donde estalló sin
hacer daño.
Poco
después Tarzan y sus aliados volvían a su hogar, dejando Pellucidar al cuidado
de su amigo David Innes. Quizás los Depredadores habrían aprendido la lección y
ya no volverían.
Esta
historia fue publicada en español en formato tomo por Editorial Vid. Imagen
cortesía de colección privada.
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