El famoso marinero que come espinacas cumplió ayer 80 años de creación.
Popeye no tiene garras como Wolverine, de X-Men. No es un ninja que usa un calentador y chompa para enfrentar a sus enemigos. Tampoco usa máscaras, ni trajes estrafalarios, ni trepa paredes como Spiderman.
Popeye simplemente es un marinero que consume espinacas para vérselas a puño limpio contra Bluto, su eterno rival, aquel que pretende robarle a su novia Oliva.
Y aunque las aventuras de Popeye no tienen nada que ver con defender al mundo de los villanos que quieren gobernarlos, ni de escenarios futuristas, como sugieren los personajes contemporáneos, Popeye, quien ayer cumplió 80 años de creación, “se resiste a morir” ante la nueva generación de consumidores de cómics.
En algunos diarios y canales ecuatorianos todavía aparece este personaje, caracterizado por su pipa y antebrazos exageradamente desarrollados (semejantes a las tenazas de un “crustáceo” como suele calificarlo Bluto).
Según Gerónimo Andrade, propietario de Punto Cómic en Quito, el manga japonés y otros superhéroes estadounidenses son los preferidos de la nueva generación de lectores que fluctúa entre los 14 y 30 años.
La sicóloga Carla Martínez sostiene que personajes como Popeye aportan, incluso, a la buena crianza de los hijos porque no son inspirados en la violencia. Reconoce que se trata de un personaje sencillo que tiene una novia, un hijo adoptado (Cocoliso) y varios amigos (Pilón, el ‘comehamburguesas’, o Eugene, un animalito que solo dice “jeep, jeep”).“Para criar a sus pequeños, las madres ponen como ejemplo a Popeye. Les dicen que deben comer verduras para ser fuertes como él”, refiere Martínez.
Pese a eso, algunas páginas de Internet sostienen que Popeye no es tan inocente como se lo pinta. En la conservadora década del 30, en que surgió el personaje, sus detractores asociaron el consumo de espinacas con el de marihuana.
Juan Zabala, profesor de animación en la Corporación de Tecnología Digital, de Quito, afirma que ha recurrido a Popeye para impartir sus clases porque es uno de los primeros personajes en convertirse en un dibujo animado con una técnica que se usó poco tiempo llamada cámara multiplano. Zabala explica que esta técnica consistía en lograr un efecto tridimensional con solo dos dimensiones y que en 1924 fue patentada por el pionero de la animación Max Fleischer.El experto agrega que en sus clases inculca otra técnica llamada retoscopia, creada por el mismo Fleischer y que la empleó en los otros personajes que acompañan a Popeye, que en 1980 saltó del cómic a la realidad, a través de la película musical homónima.
Robin Williams fue el actor que encarnó al famoso navegante de prominente mentón partido.
Con motivo de su octogésimo aniversario el Cómic Club de Guayaquil ha preparado varias actividades, que empezarán mañana en la comicteca y auditorio del Museo Municipal, dice Gustavo Ruilova, miembro de esta organización de caricaturistas. Entre los eventos confirmados constan: El museo del cómic; la exposición Si yo hubiera dibujado a Popeye (en la que participan caricaturistas aficionados y profesionales); Pintando a Popeye (intervendrán niños); una conferencia, la proyección de un animado en formato 3D y, varios cortos clásicos que fueron creados en las décadas del 50, 60 y 70 en los estudios de Fleischer (fallecido en 1972), Paramount y King Features Syndicate.
Mauricio Gil, del Cómic Club, explica que la Semana de Popeye forma parte de un proyecto en el que se recordará el nacimiento de otros personajes y sus creadores “que han influido, de una u otra forma a la sociedad, incluida la nuestra”.Gil agrega que la organización tiene preparada una agenda hasta el año 2015.
El próximo personaje que homenajearán será Batman, en mayo; además, Condorito, en agosto; y Félix, el gato, en noviembre, entre otros.
Sobre el evento, Melvin Hoyos, director de cultura y promoción cívica del Museo Municipal, indica que durante la semana (hasta el sábado 24) se exhibirán 13 publicaciones de las editoriales Buru Lan (España) y 2 revistas de Novaro (México), que se quemó en 1983 y cortó la circulación del cómic en Ecuador.
Pero, ¿cómo nació Popeye? Elzie Crisler Segar, su creador, lo concibió como un personaje secundario para la serie de tiras cómicas Thimble Theater, que se publicaba desde 1919 y tenía como personajes principales a Ham Gravy, su novia Oliva Olivo y Castor, el hermano de ella.
Después de 10 años de publicaciones Segar inventó un episodio en el que Castor y Ham contratan a Popeye para que pilotara un barco que pretendía cazar a una gallina mágica. Aquel capítulo se publicó el 17 de enero de 1929.Con el paso del tiempo, el entonces nuevo personaje ganó aceptación de los lectores y se convirtió en el protagonista de Thimble Theater y su imagen se difundió en varios periódicos estadounidenses de la época.
En los siguientes capítulos Oliva dejó a Ham para ser la eterna novia de Popeye. Segar murió en 1938, pero Popeye no dejó de publicarse. Desde entonces pasó a manos de varios dibujantes, entre ellos Bud Sagendorf, quien tomó las riendas del personaje desde 1958 hasta 1994 en que falleció.
Según Francisco Pincay, docente de ilustración en la Escuela Superior Politécnica (Espol), los constantes cambios de caricaturistas convirtieron a Popeye en un personaje con rasgos toscos.Inicialmente Popeye no tenía el rostro tan arrugado. Las actuales versiones de este personaje son más complicadas de dibujar”, opina Pincay.
Según el dibujante Lex Campusano, la versión de Segar es la que más le atrae porque es más sencilla. Campusano anuncia que con ese estilo participará en Si yo hubiera dibujado a Popeye, uno de los eventos que pretenden recordar el nacimiento de un personaje que después de ocho décadas ha logrado adaptarse a la nueva generación de lectores, tal como sugiere Melvin Hoyos con su reflexión: “Mientras Popeye siga apareciendo en las tiras cómicas de los diarios nunca perderá vigencia”.
Publicado: Diario "El telegrafo", Seccion Espectaculo, el 18 de Enero 2009
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