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jueves, 29 de junio de 2017

TARZÁN VERSUS DEPREDADOR EN EL CENTRO DE LA TIERRA.


TARZÁN VERSUS DEPREDADOR EN EL CENTRO DE LA TIERRA.

“Pellucidar. Centro de la Tierra. Última muestra del bosque primitivo. Para Tarzán, Rey de la Selva, es tierra sagrada. Para los Depredadores, terreno de caza.” Este texto es parte de la presentación de “Tarzan vs Predator: At the earth’s core”, que Dark Horse publicó en forma de miniserie de 4 números (Enero a Junio de 1996), recopilada posteriormente en formato tomo.

Cuando Dark Horse adquirió los derechos de publicación de las creaciones de Edgar Rice Burroughs, el editor Mike Richardson se planteó la posibilidad de enfrentar a estos personajes y contactó a Walter Simonson y Lee Weeks, para que se hicieran cargo del guión y arte, respectivamente.

Tarzán había recibido un mensaje radial de emergencia indicando que algo estaba arrasando con los animales en Pellucidar y sus amigos David Innes y el inventor Abner Perry, estaban en grave peligro, si es que acaso no estaban muertos. De inmediato, procedió a disponer que todo se preparase para emprender una misión de rescate con los Waziris encabezados por el leal Muviro; y, obviamente, Jane no quiso quedarse atrás.

En eso, llegó un pequeño avión en el que viajaba Herrington Sneftly, enviado especial del Presidente de USA para reclutar a Tarzán en una misión de exploración, en busca de un objeto que aparentemente había caído en el Polo Norte. A Sneftly no le agradaba la idea de llevar a Tarzán, pues lo consideraba un salvaje y menos le agradó saber que el Hombre Mono llevaría a Muviro y varios guerreros waziris, así como a Jane. Tarzán le aseguró que los waziris demostrarían ser mejores que el mejor de los soldados. Además, Tarzán sabía que uno de los puntos de entrada a Pellucidar estaba justamente en el Polo Norte.

Cuando la expedición sobrevolaba el Polo Norte, la brújula enloqueció y un destello de luz dio paso a un cambio brusco del paisaje y de pronto, se hallaban sobre Pellucidar. Antes de aterrizar en un claro, pudieron ver los cadáveres de muchos animales en el área. Ya en tierra, Tarzán salió a explorar junto a los waziris, dejando a uno de ellos, Kintu,  cuidando a Jane. A Sneftly no le gustó que Tarzán diera órdenes, pues era él quien estaba al mando. Tarzán le contestó que se asegurase entonces de proteger bien el área.

Cuando Tarzán y los waziri encontraron el lugar donde estaban los restos de las grandes bestias de Pellucidar e incluso algunos humanos, notaron que no los habían matado por hambre, sino como un trofeo, pues todos carecían de cabeza. El Hombre Mono percibió un olor extraño, de algo que no pertenecía al lugar y al rato se alarmó, pues el viento traía ese mismo olor desde el campamento. Regresaron tan rápido como pudieron, encontrándose con la macabra escena de los soldados masacrados y descabezados y Kintu agonizante, manchado con lo que parecía ser la sangre de uno de los agresores. Sin embargo, no había rastro de Jane, Sneftly y algunos de los soldados.

Tras enterrar a los muertos, Tarzán y los waziris siguieron el rastro de los rehenes y sus captores, mismo que terminó en un área donde la maleza aparecía chamuscada, como si algo hubiera despegado de allí. Al seguir, fueron emboscados por los Sagoths, homínidos salvajes, enemigos de los humanos de Pellucidar. Curiosamente, los Sagoths llevaron a todos al Palacio Real de Pellucidar, donde los recibió su nuevo emperador Jason Gridley, quien aseguraba que David Innes había muerto y tenía como esclava a la esposa de este. Gridley condenó a los waziris a ser esclavos, mientras que a Tarzán lo condenó a muerte por intentar liberarse.

Mientras tanto, Jane y los demás habían sido llevados por sus captores hacia un campamento con extrañas edificaciones donde los encerraron.y luego empezaron a sacar uno a uno para usarlos como presas de caza, que era también el destino que le esperaba a Tarzán según lo dispuesto por Gridley, pues el Hombre Mono fue llevado del Palacio hacia un claro en un área boscosa, donde fue atado a un tronco.

Poco rato después, aparecieron varios de los Depredadores y uno de ellos cargó a Tarzán para llevarlo a otra parte; pero, en el camino fueron atacados por dos Tiranosaurios, aunque los seres acabaron rápidamente con ellos. El Hombre Mono quiso reaccionar; pero, uno de los seres le disparó un gas que lo dejó inconsciente.

Cuando Tarzán despertó, se encontró rodeado de calaveras, muchas de ellas de humanos, en una de las cuales estaba incrustada la navaja de uno de los seres y que le habían dejado su cuchillo. Tarzán no se explicaba esto y porqué no lo habían matado. El Hombre Mono dedujo no solo que los seres eran depredadores de otro mundo, que cazaban no por comida, sino por trofeos. Y ahora, Tarzán era su presa.

Al recorrer el área, el Hombre Mono se dio cuenta que algo no andaba bien y por precaución, lanzó una piedra a ver qué pasaba y esta terminó pulverizada. Los depredadores habían convertido el sitio en un área para cacería. Desafortunadamente para los extraños seres, su código de caza era un lenguaje muy familiar para Tarzán, quien empezó a preparar el lugar para crear ventajas que aprovechar.

Y así, cuando uno de los depredadores bajó de una nave, pronto cayó en una trampa tendida por Tarzán, que consiguió matarlo y se apoderó de sus armas que había podido ver cómo las usaban. Este hecho, causó gran conmoción en el campamento de los depredadores, varios de los cuales partieron en la nave, lo cual fue notado por los rehenes, entre ellos Sneftly y Jane, que se preguntaban qué ocurría.

Mientras tanto, en el Palacio Imperial de Pellucidar, el emperador Gridley interrogaba a uno de los waziris, tratando de averiguar el motivo por el que Tarzán había vuelto a Pellucidar y al no obtener respuesta del bravo guerrero, hizo que lo llevaran a un cuarto cercano, donde el hombre se asustó al ver lo que le esperaba y solo se oyeron sus gritos.

En el campamento, Jane se alegraba al ver que los seres traían el cadáver del cazador que había salido antes y asumió que el responsable era Tarzán. Sneftly quiso aprovechar la situación pata salvar su vida y le reveló a los seres que Jane era la esposa del hombre que había matado al depredador. Los seres parecieron entender lo que decía y llevaron al embajador a una celda aparte, donde también estaba encarcelado el desaparecido Abner Perry.

Afuera, en el coto de caza, Tarzán buscaba eludir a los depredadores y encontró una ciudad abandonada en la que se refugió y allí, pudo tenderles una nueva trampa, acabando con dos de los seres, usando las granadas del depredador al que había matado. Sin embargo, fue sorprendido por otro de los seres y cuando este estaba a punto de fulminarlo, una trampilla se abrió a los pies del Hombre Mono, que cayó en la misma, mientras una explosión acababa con el otro depredador.

Al recuperarse, Tarzán vio que quien lo había salvado era su amigo David Innes a quien todos daban por muerto. Innes había salido con un grupo de sus hombres a investigar el motivo de la muerte de los dinosaurios, cuando fueron emboscados por los Sagoths, que mataron a todos los acompañantes del Emperador de Pellucidar y a él lo capturaron y entregaron a los depredadores, que lo llevaron al coto de caza. Luego, mientras luchaba con uno de los monstruos, un paso en falso del extraterrestre hizo que cayera por un precipicio y aparentemente muriera, lo que Innes aprovechó para desgarrar sus ropas y mancharlas con su sangre, para que todos lo dieran por muerto.

Tarzán y David Innes se dedicaron entonces a cazar a los monstruos, usando las armas que habían conseguido capturar, hasta que llegaron al lugar donde los Depredadores tenían cautiva a Jane y a los demás. El Hombre Mono enfureció al sentir el olor de Jane y no encontrarla, por lo que arremetió contra el primer Depredador que vio y lo mató a pedradas. David Innes consiguió calmarlo y fueron en busca de Muviro y los waziris, que permanecían cautivos de los Sagoths y tras liberarlos, fueron al castillo, donde capturaron a Jason Gridley, quien al ser golpeado por Innes, pareció despertar de un trance y fue así como Tarzán se dio cuenta que detrás de todo también estaban los Mahar, extraños reptiles alados que habían evolucionado obteniendo grandes poderes mentales, que se deleitaban “consumiendo” los recuerdos de los humanos a los que capturaban o dominaban mentalmente, mientras que a otros los tenían como ganado para consumir su carne. Tiempo atrás, estos seres se habían apoderado de Pellucidar, teniendo dominados a los humanos y fueron justamente Tarzán y David Innes en su primera incursión al lugar, quienes los vencieron y aparentemente acabaron con todos.

Los Mahar tenían un cubículo en el Palacio de Pellucidar, al cual bajo su control, Jason Griedly les llevaba víctimas para que los seres se alimentaran de sus mentes. Detrás del cubículo, Tarzan y su grupo encontraron una salida secreta, que asumieron podría llevarlos a su guarida. Llegaron hasta un estanque y el grupo se sumergió allí, pues David Innes aseguraba que tenía salida en otro lado, donde probablemente los Mahar se alimentaban de humanos y Sagoths.

Al emerger al otro lado, Tarzan y su grupo encontraron a los Mahar concentrados en su comida, por lo que acabaron con ellos fácilmente, con excepción del líder, la Reina Mahar,  de mente muy poderosa, pero que fue aparentemente inutilizado por Innes al cubrirle los ojos. Mientras tanto, Tarzan encontró en una recámara del lugar al embajador Sneftly colgado y desangrándose. Antes de morir, Sneftly dijo que lo desangraban para alimentar a la Reina y confesó que había traicionado a todos e incluso les había entregado a Jane para ganar tiempo; además, que los Mahar y los Depredadores eran aliados y que los primeros les consiguen humanos y Sagoths que cazar.

Ya afuera, la Reina Mahar le dijo a Tarzan que no la matarían porque sabía cómo encontrar a Jane. En su desesperación, Tarzan se dejó seducir por el hablar pausado de la bestia y para cuando David Innes se dio cuenta, ya era muy tarde, pues el Hombre Mono y aquellos que habían estado bajo su control, atacaron y vencieron al resto. La Reina Mahar hizo pasar entonces a Jane y declaró a la pareja los nuevos Emperadores de Pellucidar, con los que crearía una dinastía que perduraría por siempre, con el apoyo de los Sagoths y los humanos controlados. El monstruoso ser había ubicado a Jason Griedly como Emperador mientras se aseguraba que David Innes había muerto; pero, ahora, con Tarzan, se aseguraba de tener a alguien que haría a un lado a los Depredadores.

Una vez sentado en rl trono imperial de Pellucidar, Tarzan dispuso que perdonaría la vida de David Innes y Muviro por su lealtad y sus servicios prestados. Al primero, sin embargo, lo condenó a ser arrastrado por todo Pellucidar para que sirviera de lección a quienes intentasen rebelarse; mientras que, al segundo, le ordenó ir con los Sagoths en busca de las armas que habían dejado en los aviones y que les ayudarían a enfrentar a los Depredadores. Si Muviro no iba, Tarzan le dijo que lo mataría y luego, terminó diciendo algo que sorprendió al jefe waziri, “que les diera a los Sagoths un festín Sagoth”, lo que le dio a entender que al menos en parte, el Hombre Mono estaba consciente de sus actos.

Al llegar al lugar donde estaban las armas, los Sagoths tuvieron temor de que las bestias aladas se los comieran. Muviro y sus hombres tomaron varias armas e intentaron explicar a los Sagoths la verdad de lo que ocurría, haciéndoles saber cómo habían sido utilizados por la Reina Mahar y esta les había pagado devorando a los suyos, cuyos huesos estaban en los calabozos secretos del Palacio Imperial, por lo que había que vengarse. Los Sagoths no querían creerlo y uno de ellos se lanzó sobre Muviro, que lo mató de un disparo y los demás, temerosos,  aceptaron ayudar. Cuando volvieron al Palacio y bajaron a los calabozos, vieron en el estanque que Muviro tenía razón.

En eso, bajó al estanque la Reina Mahar que iba a devorar los cuerpos de Griedly y su esposa. Los Sagoths se lanzaron sobre la bestia para matarla, mientras los demás se encargaban de contener a Tarzan y Jane. Al morir la Reina Mahar, los que estaban bajo su hechizo despertaron y tras devolver a David Innes el trono de Emperador, se lanzaron a cazar a los Depredadores y con ayuda de los Sagoths, pronto cayó el primero, que fue dejado a la vista para que lo vieran sus compañeros.

Cuando los demás Depredadores llegaron y vieron el cadáver, su líder activó la cuenta regresiva del dispositivo explosivo en su brazo. Poco después, el grupo de Depredadores se dirigió a su campamento y lo encontraron en llamas y con los cuerpos colgados de sus compañeros. El líder adelantó el contador del explosivo y dispuso se dirigieran a su nave, donde se sorprendieron al escuchar un estruendo y vieron acercarse a humanos y Sagoths dirigidos por Tarzan, montando sobre Glifos (una especie de Triceratops), que se dirigían hacia ellos.. El líder apuntó con su arma al Hombre Mono; pero, reconociendo que había sido un rival a la altura, cerró las compuertas de la nave, al tiempo que esta era golpeada por los Glifos y arrastrada hacia un precipicio, donde estalló sin hacer daño.

Poco después Tarzan y sus aliados volvían a su hogar, dejando Pellucidar al cuidado de su amigo David Innes. Quizás los Depredadores habrían aprendido la lección y ya no volverían.

Esta historia fue publicada en español en formato tomo por Editorial Vid. Imagen cortesía de colección privada.

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sábado, 4 de marzo de 2017

TARZÁN: LA TRAICIÓN DE TARZÁN.


TARZÁN: LA TRAICIÓN DE TARZÁN.

Los créditos de esta historia no constan y no fue posible corroborar su equivalencia con las ediciones USA, por lo que es probable que se trate de una edición creada en México, situación que era muy común cuando escaseaban las historias originales USA (probablemente por el cambio de editoras: Dell – Gold Key – DC – Marvel).

Una nave extraterrestre llegaba a la atmósfera de la Tierra. La intención de sus tripulantes era la de buscar un nuevo planeta donde vivir e investigaban la mejor forma de controlar a sus habitantes. Al pasar sobre África, vieron a Tarzán y el respeto que los habitantes tenían por él, así que decidieron minar la confianza en el Hombre Mono y crearon un androide que era una copia perfecta, que la dejaron cerca de una aldea.

El doble de Tarzán recorrió la selva causando el terror, destrozando aldeas y causando gran destrucción, incluyendo el derribo de los muros de una represa, por lo que pronto se corrió la voz que el Hombre Mono ya no era amigo de los aldeanos y se puso avisos para su captura.

El verdadero Tarzán no tenía conocimiento de lo que ocurría. Tras salvar a un aldeano que estaba a punto de ser atacado por una serpiente, este trató de huir y fue así como Tarzán se enteró de lo que había ocurrido y decidió investigar. Poco después, se encontró con la nave extraterrestre, que estaba posada en un paraje. Al rato, Tarzán vio bajar a su doble de la nave y lo enfrentó. Tras un certero golpe, el androide cayó con parte de su cuerpo destruido y el Hombre Mono se dio cuenta que su doble no era humano.

Decidió entonces hacerse pasar por su doble y subió a la nave sin decir palabra, buscó el cuarto de controles y empezó a causar destrozos; pero, al ser descubierto, tuvo que escapar y bajó de la nave, que comenzó a seguirlo, disparando para tratar de destruirlo. Tarzán eludió los disparos e hizo que lo siguieran hasta un lugar que él conocía y cuando estuvo allí, se detuvo y enfrentó a la nave, que se fue acercando. En el momento en que la nave iba a disparar, un chorro de vapor hirviente de un géiser brotó, impactando a la nave y haciéndola explotar. Tarzán había vencido a los extraterrestres gracias a su astucia y había evitado una posible invasión.

En la versión en español, el comic contó con la historia de complemento “Mac el boxeador”, protagonizada por Korak, el hijo de Tarzán.

Todos querían conocer a Mac el boxeador, que en realidad era un canguro entrenado y que era la sensación en el pueblo, pues no había quien le ganara. Pero, había quienes buscaban no a Mac sino a su dueño, pues sabían que tenía el mapa de una mina que los haría ricos. Los hombres se prepararon y dejaron fruta regada por un sendero, de modo que eso atrajera al canguro y se perdiera en la selva, mientras ellos atacaban al dueño de Mac y lo dejaban por muerto, sin que encontraran el mapa.

Mac se había perdido y se encontró con Korak, que nunca había visto un canguro y lo llevó con Tarzán. Pronto. Korak y Mac se hicieron buenos amigos y el canguro fue la sensación en las aldeas cercanas. Los hombres que buscaban el mapa pensaron que muy probablemente lo podría tener Mac en su bolsa y lo buscaron, hasta encontrarlo; pero, fueron repelidos por el canguro y por la providencial llegada del dueño del animal, quien no había muerto. Finalmente, Tarzán y Korak ayudaron al hombre a encontrar la mina, aunque ésta ya había sido vaciada; pero, el hombre descubrió que tenía un mayor tesoro y ese era la amistad.

Esta historia fue publicada por Epucol en Colombia, en formato comic grapa en el #  193 de la colección abierta de Tarzán por convenio con Editorial Novaro, el 15 de Mayo de 1979, serie Águila. Imagen cortesía de colección privada.

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TARZÁN: LA TIERRA DE LAS AMAZONAS.


TARZÁN: LA TIERRA DE LAS AMAZONAS.

No nos ha sido posible ubicar el comic USA en el que esta historia fue publicada originalmente. Encontramos que fue reeditada por la editora británica Byblos como parte de una de sus colecciones habituales y recibió el nombre de Tarzan Weekly, apareciendo esta historia en el # 14 (Septiembre de 1977). “Land of the Amazons” fue realizada por William Rostler (guión) y Danny Bulanadi (arte). La portada probablemente fue recreada en México, pues no coindice con la de Tarzan Weekly.

Tarzán fue tomado por sorpresa y capturado al caer una red sobre él. Sus captoras, eran nada menos que un grupo de guerreras, que lo llevaron como esclavo a su tierra y como sujeto para un posible sacrificio. Cada vez que el Hombre Mono intentaba hablar, lo golpeaban por insolente. La ciudad donde vivían, Zenana, estaba en un valle oculto, donde este pueblo de amazonas estaba protegido de curiosos. Allí, los hombres eran esclavos y se los sometía a trabajos forzados y vejaciones.

Cuando llegaron a la ciudad, la princesa Minta vio a Tarzán desde un balcón del palacio real y se impresionó, porque este hombre era distinto y no se veía débil como los demás. Su institutriz, Mara, le pidió que se callase.

Al llegar al salón del trono donde esperaba la reina, Abebi la líder de la avanzadilla que había capturado a Tarzán, lo presentó como un trofeo. La reina quiso verlo más de cerca y Abebi le dijo que era un insolente, a lo que la monarca de las amazonas le contestó que pronto sería dócil y sumiso como los demás. Tarzán dijo entonces que jamás se humillaría, recibiendo como respuesta un fuerte golpe de Abebi.

Molesto, Tarzán rompió sus ataduras y pasó sobre las guerreras, hasta agarrar a la reina y amenazarla con su cuchillo para que las demás mujeres soltaran sus armas. Abebi y sus guerreras no lo hicieron y esta más bien dijo que el Hombre Mono sufriría el peor de los destinos. Tarzán soltó entonces a la reina y saltó para escapar, mientras Abebi daba a sus guerreras la orden de seguirlo y matarlo ante los demás esclavos. Minta se quedó admirada por la valentía de Tarzán y la reina se sitió sorprendida y hasta emocionada porque un hombre hubiese tenido el valor de tocarla.

Afuera, Tarzán llegó hasta donde trabajaba un grupo de esclavos y los llamó a rebelarse y liberarse; pero, todos tenían miedo de la reacción de las amazonas y más bien lo golpearon, dejándolo inconsciente y entregándolo en manos de Abebi, que lo encerró en un calabozo.

Horas después, Minta liberaba a Tarzán y trataba de convencerlo para que se case con su madre. Tarzán le dijo que en Zenana no querían a los hombres y la chica le contestó que eso es porque todos han sido débiles. En eso, fueron sorprendidos por Abebi y sus guerreras y Tarzán fue herido en el hombro derecho con una flecha envenenada. Por ordenes de Abebi, el Hombre Mono fue lanzado al llamado “sótano de la muerte”, donde se apilaba a los esclavos moribundos o muertos, para enterrarlos después.

Abebi le dijo a Minta que ella debía morir y la chica le contestó que a la guerrera no le interesaba defender a la reina, sino apoderarse del trono. Abebi llevó a la chica ante la reina y la acusó de traición, a lo que la princesa denunció las intenciones de la guerrera, que negó las acusaciones y dijo que la ley debía cumplirse. Fue entonces que la chica desafío a Abebi a superar la Prueba Suprema de la verdad y escogió a Tarzán como su guerrero.

Abebi se burló, pues Tarzán ya debería de haber muerto; pero, justo en ese momento, apareció Tarzán aún tambaleante. Abebi y Tarzán fueron llevados hasta una pira junto a la estatua de la diosa del fuego, donde sería el duelo de los contendientes, equilibrándose en una cuerda sobre la pira. Tarzán, aún mareado por el veneno, es herido por Abebi y despojado de su cuchillo; pero, esta, confiada, pierde el equilibrio y cae al fuego.

Luego, Minta lleva a Tarzán a que descanse. Cuando se haya recuperado, podrá volver a la selva.

En la versión en español, el comic contó con la historia de complemento “El Nilo” (“Ever the Nile”, que apareció en el # 8 de Tarzan Weekly de Julio de 1977; “Nil éternel” en el # 62 de la edición francesa). Esta historia fue realizada por Mark Evanier (guión) y Will Neugniot con Dave Stevens (arte).

Desde la Antigüedad, muchos se interesaron por descubrir dónde se originaba el Nilo; pero, nunca lo consiguieron. En el siglo XIX, el Dr. Livingstone partió en una expdición para averiguarlo y se perdió. Tiempo después, el reportero Henry Stanley fue en su búsqueda y cuando lo encontró, pronunció la frase que ha quedado inmortalizada en la historia “El Dr. Livingstone, supongo”. Para entonces, Livingstone había dejado su meta inicial para dedicarse a trabajar por las tribus africanas. Cuenta una historia que cuando murió, las tribus se quedaron con su corazón que lo enterraron junto al río y devolvieron el cuerpo a Inglaterra, siendo enterrado en la Abadía de Westminster y recibió honores del Parlamento inglés. Stanley visitó su tumba y repitió su famosa frase.

Décadas después, Tarzán viajaba en una balsa por el río Nilo y salvó a una joven mujer que estaba en busca del libro donde supuestamente Livingstone dejó consignado su descubrimiento del origen del Nilo. Al seguir investigando, Tarzán y la joven fueron capturados por la tribu que veneraba el libro de Livingstone como sagrado. El Hombre Mono pidió que permitieran que el propio Nilo decidiera si podían ver el libro y entonces fue lanzado atado a una muerte segura desde lo alto de una peña; pero, Tarzán se liberó y salió, por lo que el asombrado pueblo les permitió ver el libro, donde no había lo que la joven esperaba y más bien Livingstone había consignado que le hubiera gustado volver a ver a Stanley, lo que en cierta forma se cumplió cuando el periodista visitó la tumba del investigador.

Esta historia fue publicada por Epucol en Colombia, en formato comic grapa en el #  132 de la colección abierta de Tarzán por convenio con Editorial Novaro, el 24 de Julio de 1978, serie Águila. Imagen cortesía de colección privada.

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TARZÁN: LA VENGANZA DEL BRUJO.


TARZÁN: LA VENGANZA DEL BRUJO.

Los créditos de esta historia no constan y no fue posible corroborar su equivalencia con las ediciones USA, por lo que es probable que se trate de una edición creada en México, situación que era muy común cuando escaseaban las historias originales USA (probablemente por el cambio de editoras: Dell – Gold Key – DC – Marvel).

Tarzán y el Dr. Cooper visitaban la aldea Zami y fueron testigos de los esfuerzos del brujo Nabiro por curar a un hombre enfermo. Sin embargo, el enfermo no mejoró y el Dr. Cooper lo auscultó y le dio tratamiento, consiguiendo que se repusiera. Sin embargo, el hombre murió poco después y el brujo culpó a Cooper; pero, este demostró que el hombre había sido envenenado y el consejo tribal decidió que Nabiro fuese expulsado de la tribu, por lo que prometió vengarse.

Nabiro buscó aliados para su venganza y se reunió con ellos. Días después, Nabiro vio que Tarzán ayudaba al Dr. Cooper y a los funcionarios de una reserva faunística y lo siguió. Sin que nadie lo viera, empezó a darle una droga a varios animales.

Más tarde, los animales empezaron a enloquecer. Primero fue un búfalo que rompió la cerca y arremetió contra todos, siendo detenido por Tarzán. Luego, fueron los elefantes, que emprendieron una estampida y antes que causaran mayores destrozos, el Hombre Mono hizo que lo siguieran y consiguió burlarlos saltando de árbol en árbol, hasta que logró que se alejaran.

Al regresar a la reserva, fue recibido por Chita que lo mordió. En ese momento, uno de los encargados de la reserva dijo que alguien había puesto algo en la comida que se daba a los animales. Tarzán dedujo que era cosa de Nabiro y advirtió a todos para prepararse, pues de seguro el brujo volvería para seguir con su venganza.

Y así fue, pues esa noche, Nabiro ingresaba subrepticiamente en el campamento con sus dos cómplices, siendo observado por Tarzán, que estaba oculto. El Hombre Mono se lanzó sobre ellos y tras un breve combate, los venció. A la mañana siguiente, los entregarían a la justicia. Pero antes, Chita hacía justicia por su propia mano, golpeando al brujo por haberla drogado.

Este comic tiene como complemento la historia “Los asesinos”, donde 4 peligrosos delincuentes huyen de la prisión y Tarzán va tras ellos con la ayuda de Akut y los grandes simios, a pesar de la renuencia de la principal autoridad policial del sector, que desprecia al Hombre Mono por su apariencia, aunque el director de la prisión le advierte que es un Lord inglés. Los asesinos irían siendo atrapados uno a uno y finalmente se descubriría que el propio director de la prisión estaba implicado en la fuga. Tarzán envió con Akut una nota para el director de la policía local, entregando a los delincuentes; pero, siempre y cuando este se mostrase amable con los simios, por lo que no le quedó otra que saludar amablemente a Akut con la mano.

Esta historia fue publicada en formato comic grapa en el #  455 de la colección abierta de Tarzán de Editorial Novaro, el 2 de Agosto de 1975, serie Águila. Imagen cortesía de colección privada.

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TARZÁN: LAS HORDAS DE MOMAZAR.


TARZÁN: LAS HORDAS DE MOMAZAR.

Tarzán fue creado por Edgar Rice Burroughs y apareció por primera vez en la revista pulp All Story Magazine en Octubre de 1912, siendo adaptado posteriormente a una serie de novelas, siendo posteriormente adaptado a los comics, cine y televisión.

La primera tira de prensa de Tarzán la hizo Harold Foster para United Features Syndicate y apareció el 7 de Enero de 1929, con la adaptación de la primera novela de Edgar Rice Burroughs.

Las primeras historietas de Tarzán aparecieron en 1948, siendo editadas por Dell Comics (# 1 a 131 entre 1948 y 1962), pasando luego a Gold Key Comics, con la que llegarían al # 206 USA, pasando luego a DC(que llegaría hasta el # 258) y posteriormente a Marvel Comics (que editaría 29 números), en la década del 70. Dark Horse retomaría al personaje a partir de 1996.

Los créditos de esta historia no constan y no fue posible corroborar su equivalencia con las ediciones USA, por lo que es probable que se trate de una edición creada en México, situación que era muy común cuando escaseaban las historias originales USA (probablemente por el cambio de editoras: Dell – Gold Key – DC – Marvel).

Varias aldeas estaban siendo arrasadas por hordas de guerreros seguidores de Momazar, que mataban a buena parte de sus habitantes, incluidos mujeres y niños, llevándose a unos pocos hombres para aplacar la sed de sangre de este.

Tarzán recorría la selva y vió una humareda a lo lejos, decidiendo investigar lo que ocurría. Al llegar a la aldea, uno de los pobladores que ya agonizaba, le contó lo que había ocurrido a manos de las hordas de Momazar y que varios pobladores habían sido secuestrados.

El Hombre Mono ofreció liberar a los cautivos y empezó a seguir el rastro; pero, llegado a un punto determinado, lo perdió. Llegó entonces a una aldea cercana, donde fue recibido por el jefe, que le dijo que estaban en pie de guerra ante el ataque de las hordas de Momazar. Tarzán le dijo que sería bueno que se unieran con otras tribus; pero, el jefe contestó que las hordas habían dejado pocas aldeas en pie. Luego, le comentó que las hordas parecían venir del oeste.

Tarzán siguió su búsqueda hacia el oeste y al poco rato, se encontró con un par de guerreros armados, que le impidieron el paso y él les dijo que estaba buscando a Momazar. Los guerreros lo condujeron hacia un poblado cercano hasta la casa del jefe Momazar, ubicada en un nivel más alto que las demás y lo llamaron.

Al poco rato, salió un hombre enorme y de aspecto amenazante, que dijo que destrozaría a Tarzán y este le contestó retándolo a un duelo sin armas. Ambos lucharon por un rato y los golpes de Tarzán parecían no hacer mella en el gigante, hasta que con un certero golpe con ambas manos en los costados de la cabeza de este, Momazar se rindió. Al rendirse, sin embargo, confesó que no era Momazar, sino que se llamaba Mokni y que usaba ese nombre para causar terror en las aldeas. Luego, Mokni y los demás aceptaron ayudar al Hombre Mono a vencer a Momazar.

El grupo liderado por Tarzán avanzó por la selva y pronto encontraron a otra horda, a la que vencieron y luego de liberar a los cautivos, usaron a uno de los integrantes de la horda para que los llevara hasta donde estaba Momazar. Poco después, fueron emboscados y tuvieron que rendirse.

La aldea de Momazar era como cualquier otra, salvo que estaba junto a una hondonada que precedía la entrada a una cueva y que estaba cercada como si de una arena o coliseo se tratase. El jefe de la aldea dijo que Momazar vivía dentro de la cueva y que si muriera, podrían apoderarse del tesoro que hay en el interior; pero, como estaba vivo debían de alimentarlo y por eso, traían a gente de otros pueblos para saciarlo. Luego, hicieron bajar a uno de los hombres capturados y al poco rato, salió de la cueva un tiranosaurio, ¡Momazar!

Arriba, en la plataforma desde la que se veía el “espectáculo”, Tarzán y Mokni se lanzaron sobre sus captores y los desarmaron. El Hombre Mono bajó a la arena y ayudó a huir al hombre al que Momazar perseguía. Tarzán eludió ágilmente los movimientos de la bestia, sobre todo los de su cola, que terminó destrozando parte de la cerca de troncos y usó uno para matar al monstruo, que se lo terminó clavando en el pecho, al arremeter contra el Hombre Mono.

Muerta la bestia, los nativos bajaron y corrieron hacia la cueva, a pesar de los esfuerzos de Tarzán y Mokni por impedirlo; pero, fácilmente los superaron en número. Lo que el Hombre Mono no esperaba, es que el propio Mokni lo traicionara, golpéandolo mientras estaba distraído y corriendo luego con su gente a la cueva, donde se inició una lucha entre bandos, que terminó en tragedia, cuando Mokni lanzó una gran piedra con tan mala suerte, que golpeó otras que desestabilizaron la cueva y hubo un derrumbe que sepultó a todos.

Finalmente, Tarzán ayudó a que los cautivos regresaran a sus aldeas.

Este comic contó con una historia de complemento llamada “Un plan siniestro”, en el que Tarzán es capturado y lo mantienen cautivo por varios días si alimentarlo, para debilitarlo y que se vuelva susceptible a ser hipnotizado, luego de lo cual es obligado a cometer una serie de fechorías, hasta que reacciona cuando le dan la orden de matar a una mujer y su hijo en una aldea y luego de ver morir a la persona a la que consideraba su amigo, volviéndose en contra de sus captores y venciéndolos.  Tarzán se entrega luego a las autoridades; pero, lo dejan libre al ser perdonado por no estar en control de sus actos.

Esta historia fue publicada en formato comic grapa en el #  475 de la colección abierta de Tarzán de Editorial Novaro, el 19 de Diciembre de 1975, serie Águila. Imagen cortesía de colección privada.

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lunes, 5 de diciembre de 2016

KORAK: LA BÚSQUEDA.



KORAK: LA BÚSQUEDA.

Esta historia fue publicada originalmente en Korak Son of Tarzan # 49 USA (Diciembre de 1972) y fue realizada por Joe Kubert y Robert Kanigher (guión) y Frank Thorne (arte).

Debido a las restricciones propias de la época en que se publicaron las novelas y comics de Tarzán, Korak no podía ser hijo biológico del Hombre Mono, puesto que este no estaba casado con Jane, por lo que terminaron adoptando a un niño.

Korak no siempre había sido Jack Clayton, hijo de Lord Greystoke (John Clayton, Tarzán). Años atrás, había ido a un circo y vio cómo maltrataban al mono Akut. El chico liberó al mono y huyó con él, embarcándose luego como polizones en un barco que llegó hasta las costas de África, donde bajaron sigilosamente y llegaron a la playa. Tiempo después, Akut había enseñado a Korak el idioma de los simios y a cazar, adaptándose a la vida en la jungla. Akut le decía que le recordaba a Tarzán, su rey. Esto lo recordaba mientras se hallaba prisionero de los hombres lagarto, en las tierras prohibidas más allá del valle perdido de Pal-Ul-Don y era acechado por varias bestias que amenazaban devorarlo.

Y a su mente vino también el recuerdo reciente del motivo por el que se hallaba en una difícil situación. Un año atrás, una chiquilla llamada María, hija de un oficial que combatía a los traficantes de esclavos, había sido secuestrada por estos, en venganza del encarcelamiento de su líder. Por casualidad, Korak pasó cerca del campamento y vio como maltrataban a la chica y la rescató.

Ambos se internaron en la selva y pasaron juntos varios días, llegando a encariñarse el uno con el otro. Pero los esclavistas los habían estado siguiendo y una noche en la que Korak salió en busca de algo de comer, ellos aprovecharon y se la llevaron. Cuando llegó, el refugio que habían construido para estar seguros en la noche, estaba vacío.

Korak decidió seguir el rastro en busca de la chica; pero, le dijo a su amigo Akut que iría solo. El rastro lo llevó hasta Pal-Ul-Don, donde un anciano vidente afirmó haberlos visto por medio de las señales en la arena y le indicó que por huir de él, se habían internado en el territorio de los hombres lagarto. Los Ho-Dons le advirtieron que no fuera; pero, Korak debía rescatar a la niña.

Guíado por los Ho-Dons que lo llevaron hasta el camino que conducía al territorio de los hombres lagarto, Korak empezó a descender y al poco rato, fue emboscado por los extraños seres, que lo dejaron atado como una ofrenda más para los grandes lagartos, del mismo modo que habían hecho con los hombres que acompañaban a la niña, a la cual, en cambio, la habían enviado al mundo que existía aún más abajo.

Cuando los hombres lagarto se fueron, Korak consiguió dar una patada a una estalactita que estaba a su alcance, la cual se desprendió y cayó sobre uno de los saurios y al verlo herido, los demás se le abalanzaron para comérselo, lo que fue aprovechado por el joven de la jungla para liberarse.

Siguiendo su camino, Korak se encontró en medio de un “bosque” de piedras reflectantes como espejos, en las que había quedado reflejada la imagen de María. Desesperado, quiso liberarla, lanzando una piedra contra una de esas raras formaciones; pero, esto solo hizo que todas estallaran, dejándolo sepultado entre los escombros. Poco después, fue rescatado por una extraña mujer sin ojos, llamada Ágora, quien dijo haber “visto” a María y sus secuestradores, mientras cruzaban el lago que estaba más adelante.

Korak y Ágora caminaban hacia el lago, cuando fueron atacados por un grupo de hombres sin ojos, con los cuales luchó el joven con fiereza y al darse cuenta que el agua del lago parecía debilitarlos, llevó la pelea hacia el agua, consiguiendo vencerlos y luego, subió con la extraña mujer a una especie de concha que les sirvió de barca.

Cuando estaban cerca de la otra orilla, fueron atacados por una bestia marina con tentáculos, que los atrapó e hirió a Korak, aunque este consiguió liquidarla hundiendo su cuchillo en los ojos del animal. Korak llevó a Ágora hasta la orilla, donde se encontraron con el Profesor Dood, un explorador que había bajado en busca de una planta y se había perdido. Dood usó una de las plantas que había recogido, para curar mágicamente a Korak y le pidió que lo ayudara a salir; pero, el joven estaba obsesionado con rescatar a María.

En eso, un grito familiar alertó al joven y vio cómo María era conducida por varios hombres sin ojos, por entre las dunas que estaban más allá del lago. Korak corrió y se enfrentó a los hombres; pero, cuando estaba a punto de alcanzar a la chica, la tierra tembló y se abrió de improviso, tragándose a dos de los secuestradores y a María, ante la mirada impotente de Korak, que no pudo hacer nada.

Para empeorar las cosas, una especie de mantarraya voladora, se llevó a Ágora, dejando solos a Korak y al Profesor Dood, quien insistía en salir del lugar, pues la planta milagrosa sería de gran beneficio para la humanidad. Sin embargo, Korak tenía una sola meta… ¡seguiría buscando a María hasta encontrarla!

Este comic fue publicado en español en formato comic grapa por Editorial Novaro, en el # 4 de la colección de Korak El hijo de Tarzán, el 3 de Julio de 1975. Imagen cortesía de colección privada.

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KORAK: EL SEÑOR DE PAL-UL-DON.


KORAK: EL SEÑOR DE PAL-UL-DON.

Esta historia fue publicada originalmente en Korak Son of Tarzan # 48 USA (Octubre de 1972) y fue realizada por Len Wein (guión) y Frank Thorne (arte).

Era de noche y el habitual bullicio nocturno de la selva se había apagado. Los animales habían huido ante la presencia de unos hombres con cola, algunos de piel cobriza y otros de piel azul, que acechaban el campamento de unos mercaderes de oro y de pronto, se abalanzaron sobre los sorprendidos comerciantes, que poco pudieron hacer ante ellos.

Los extraños seres aprovecharon para robar cuanto pudieron de la valiosa mercadería y huyeron de inmediato, con excepción de una hembra, que quiso llevar lo más posible y fue atrapada. La mujer hablaba un extraño idioma y los mercaderes no entendían lo que decía y la amenazaban con sus armas.

La mujer gritó y su grito fue escuchado por Korak, quien viajó entre las ramas de los árboles hasta llegar al lugar y se interpuso entre ellos, luchando con los mercaderes y liberándola, para luego llevársela por entre las ramas.

Ya en lugar seguro y reconociendo que la mujer era de la raza de los Ho-Don del valle perdido de Pal-Ul-Don, Korak le habló en su idioma y ella, que se llamaba Lon-A-Lo, le contó que el Gran Señor de ese mítico lugar los obligaba a conseguir oro. En eso, fueron sorprendidos por el resto de su grupo, liderado por Po-Den, quien amenazó a Korak, pensando que era uno de los captores de la chica.

Lon-A-Lo les dijo que Korak la había salvado. Korak les pidió que le contaran más acerca del Gran Señor de Pal-Ul-Don y así, Po-Den comentó que había llegado en una enorme ave de fuego, que su mano despedía rayos y que tenía cautivos a sus hijos, para obligarlos a obedecer.y conseguir oro para fundir una enorme efigie en su honor. Korak se ofreció a acompañarlos y ayudarlos a resolver su problema.

Mientras tanto, Jad-Ben-Oto, el Gran Señor de Pal-Ul-Don, recorría sus dominios montando en un Gryf domesticado (dinosaurio similar al triceratops) y guiado por un Tor-O-Don, homínido cuya raza había jurado lealtad al tirano y le informaba que los esclavos estaban empezando a rebelarse, por lo que darían grandes problemas.

Jad-Ben-Oto no estaba de acuerdo y se bajó de la enorme bestia, caminando hacia la estructura donde se vertía el oro fundido en un crisol que se hallaba en el cráter del volcán cercano. Al acercarse, un obrero Ho-Don se lanzó sobre el tirano con un cuchillo en mano buscando matarlo; pero, este sacó una ametralladora y lo mató de contado. A los demás Ho-Dons, no les quedó más que vitorear al Gran Señor de Pal-Ul-Don, atemorizados por la prueba de su poder.

Korak y el grupo de Ho-Dons continuaba su viaje hacia Pal- Ul-Don y luego de pasar el Desierto de las Espinas, se internaron en el Mar Brumoso, donde fueron atacados por una enorme bestia marina, que destruyó la frágil embarcación y habría acabado con todos, de no ser por la reacción del joven de la jungla, que clavó una lanza en uno de los ojos del animal, que huyó cegado y gritando de dolor. Tras llegar a la orilla, siguieron su camino hacia las montañas que ocultaban el valle.

Al llegar, los Ho-Dons mostraron a Korak las cuevas donde los Tor-O-Dons mantenían encerrados a las mujeres, niños y ancianos. Continuaron su camino y entraron al cráter del volcán, por donde se podía acceder a las cuevas. Korak preguntó porque entonces la gente no salía por el mismo cráter, Lo que ocurría es que si bien la ceniza que había en el cráter permitía bajar deslizándose; pero, no ofrecía una superficie firme para subir.

Todos se alegraron al ver regresar a Po-Den y su grupo y más cuando supieron que Korak había venido a ayudarlos. Korak gritó llamando a los guardias y estos lo llevaron ante Jad-Ben-Oto, quien se sorprendió a conocer al hijo de Tarzán, de quien creía era un mito. Jad-Ben-Oto dijo ser el Doctor Oliver Kent, conocido como “El horror de Londres” por su rostro deforme, el cual cubría con una máscara dorada. Había decidido vivir como un ermitaño lejos de la civilización, cuando el motor de su avión falló y cayó en el valle, donde sus habitantes lo tomaron por un dios y como tal, ahora se hacía construir su efigie.

Pero Korak no vería la obra acabada, pues Jad-Ben-Oto dio la orden que el joven sea traslalado a una gigantesca arena, donde Korak debió enfrentarse a un Gryf, al que sin embargo pudo vencer dislocándole las facuces. Luego, Korak incitó al pueblo Ho-Don a revelarse, pues Jad-Ben-Oto no era un dios, sino un hombre común.

Los Ho-Dons se pusieron en pie de lucha y enfrentaron a Jad-Ben-Oto y a los Tor-O-Dons; pero, tenían las de perder ante la ametralladora del Dr. Kent. Korak se lanzó sobre él para desarmarlo y en el forcejeo le quitó la máscara, quedando horrorizado por el rostro deforme del tirano, quien aprovechó el momento para intentar huir.

Jad-Ben-Oto corrió hacia el molde de su efigie y lo hizo ceder, viéndose su rostro ya formado; pero, como aún caía oro líquido ardiente, este se derramó sobre Kent, matándolo de contado. Como mudo testigo, quedaba el monumento a la locura de Kent, mientras el pueblo Ho-Don recuperaba su libertad.

Este comic fue publicado en español en formato comic grapa por Editorial Novaro, en el # 3 de la colección de Korak El hijo de Tarzán, el 18 de Abril de 1975. Imagen cortesía de colección privada.

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