domingo, 30 de julio de 2017

FANTOMAS Y LA MÁQUINA DEL TIEMPO.


FANTOMAS Y LA MÁQUINA DEL TIEMPO.

El personaje Fantomas es una mente criminal que fue protagonista de una serie de novelas policiacas francesas, creado en 1911 por Marcel Allain y Pierre Souvestre. El personaje apareció en 32 novelas escritas por ambos autores y en 11 más creadas por Allain tras la muerte de Souvestre. En años posteriores, fue adaptado al cine, televisión e historieta.

Las primeras cinco películas sobre el personaje se desarrollaron entre 1913 y 1914, en plena época del cine mudo. Posteriormente, hubo otras en 1932, 1946, 1948, 1964, 1965 y 1966. También hubo una serie de TV de 4 capítulos de 90 minutos cada uno, producida en 1980.

En cuanto a los comics, la primera adaptación fue escrita en Francia por el propio Marcel Allain en 1941, aunque no terminó de publicarse por causas de la censura. Posteriormente, hubo una tira diaria entre 1957 y 1958 y otras colecciones de comics en 1962 – 1963 y 1969 y varias novelas gráficas entre 1990 y 1995.

A partir de 1966, Editorial Novaro de México empezó a publicar el comic “Fantomas la amenaza elegante” hasta 1985 y posteriormente, Vid retomó su publicación, lo que hizo hasta 1996.

En el título de Novaro destacaron artistas y autores como Rubén Lara, su primer dibujante, Mendizábal, Sotero Garcíarreyes y Víctor Cruz. En el 2011, se publicó una historia corta de 4 páginas por Gonzalo Martré y Jorge Aviña. En el 2013, Vid lanzó de nuevo el comic de Fantomas, aunque con historias de años atrás y solo duró 7 números. En ese mismo año, Martré presentó la novela “El regreso de Fantomas”.

“Fantomas y la máquina del tiempo” fue dibujada por Rubén Lara, su artista clásico.

Tiempo atrás, en su identidad falsa como Roberto Goni, Fantomas había conocido al Profesor Edwards en una recepción en casa del adinerado Sr. Schwartz y se habían hecho buenos amigos. Edwards había perdido su trabajo por su obsesión en investigar las teorías del tiempo y del espacio y Schwartz se había convertido en su benefactor, con lo que podía vivir moderadamente y seguir con sus investigaciones.

Como seguían viéndose relativamente seguido, Edwards le contó un día que Schwartz había fallecido en un accidente de tránsito y que con ello, había perdido a su benefactor, pues la viuda se negaba a seguir ayudándolo. Goni le dijo entonces que ahora él sería su nuevo mecenas.

Goni cumplió su promesa, aunque dejó ver al Profesor durante un buen tiempo, hasta que Fantomas se sorprendió al recibir el aviso de uno de sus asistentes, sobre una nota que había llegado a la dirección de Goni y que esta provenía de Edwards, por lo que de inmediato se disfrazó y salió a encontrarse con su anciano amigo, pues en la nota, advertía que estaba seguro de que moriría pronto y deseaba mostrarle algo, antes de dejárselo como legado.

Cuando Fantomas llegó disfrazado como Goni a la casa de Edwars, este le contó que el dinero que le daba lo había usado para continuar con sus investigaciones y ahora lo invitaba a ir al último piso de la edificación para mostrarle lo que había conseguido. Al subir, le comentó que su corazón estaba ya muy débil y que por eso, debía enseñarle su invento a alguien que lo había ayudado tanto y que sobre todo era una persona muy inteligente, para que lo que había hecho no se perdiese.

Y allí estaba, frente a ambos, una máquina del tiempo, que Edwards esperaba que funcionara, pues aún le faltaban unos detalles por concluir. El anciano científico le mostró el funcionamiento básico del aparato y luego, le dijo que necesitaba adiestrarlo por al menos un mes seguido para que pudiese maniobrar la máquina adecuadamente. Fantomas pensó entonces en lo beneficioso que podría ser para su carrera criminal y que Edwards no se imaginaba con quién estaba hablando realmente.

Ya de regreso en su refugio y junto a su fiel gato Yago, Fantomas pensaba en las posibilidades que le brindaría la máquina y su primera opción era viajar a la época de Gengis Khan, para recuperar el más grande rubí que haya existido y que el libro “Grandes pérdidas para la Historia del Arte”, señalaba que era un obsequio de una de las tribus que lo reconocía como su líder; pero, que terminó perdido tras una tormenta de arena, junto al emisario y su caballo.

Durante el mes siguiente, Goni asistió a recibir el entrenamiento dado por el Profesor Edwards. Terminado el entrenamiento, el científico le mostró el mecanismo que accionaba la cubierta retráctil de la casa y le indicó que la edificación contaba con paredes de concreto reforzado para resistir la fuerza de despegue y llegada de la máquina. Edwards tuvo un repentino dolor en su pecho, que se calmó tras ingerir unas pastillas, tras lo cual le pidió a Goni que le diera dos días más para concluir lo que faltaba en la máquina, que era el cronómetro.

Sin embargo, el tiempo pasó y Fantomas no tuvo más noticias de Edwards, por lo que fue a la casa de este como Goni y lo encontró muerto, junto a un mensaje del científico que había alcanzado a escribir con sus últimas fuerzas, pidiendo a su amigo que terminase el cronómetro usando un plano que le había dejado. Lo malo es que el plano se había mojado, probablemente con el agua con la que el anciano tomaba sus medicinas. No obstante y con mucho esfuerzo, Fantomas terminó el cronómetro y aún con el aspecto de Goni, se lanzó directo a la aventura de llegar a la época de Gengis Khan.

Aunque fue descubierto y perseguido, Fantomas consiguió robar el rubí y se subió a la máquina del tiempo para regresar a su época; pero, al llegar, sintió que algo andaba mal y salió a toda prisa de la misma, ya en el laboratorio de Edwards. Hubo un estallido y Fantomas se sorprendió al ver aparacer a Edwards ante él, asegurando que revisaría lo que pasó y le pidió que regresara después.

Cuando Goni regresó, Edwards le informó que al revisar la máquina, comprobó que Goni había viajado al pasado; pero, que se había producido una falla en el cronómetro, que no solamente era la responsable del estallido, sino que había hecho que regresara al menos un mes antes del momento en que había partido. Edwards quedó en tratar de arreglar el daño.

Fantomas comprendió entonces que la razón de encontrar vivo a Edwards fue, obviamente, porque terminó retrocediendo en el tiempo; pero, no solo eso, sino que la paradoja temporal ocasionada, hizo que aparentemente el viaje nunca tuviera lugar y, por ende, nunca llegó a tener el rubí en sus manos. Un mes después, Edwards fallecía, sin haber podido reparar la nave.

Esta historia fue publicada en español en formato grapa en el # 111 de la colección Tesoro de Cuentos Clásicos de Editorial Novaro el 1 de Noviembre de 1966. Imagen cortesía de colección privada.

¡EL COMIC ES CULTURA Y EDUCACIÓN!
Comic Club de Guayaquil… ¡de Guayaquil para el mundo entero!
email: ecuadorcomics@gmail.com
http://comicclubguayaquil.blogspot.com/
Facebook: Comic Club de Guayaquil
COMICCLUBGYE en Youtube
Twitter: @COMICCLUBGYE


No hay comentarios: