lunes, 28 de noviembre de 2016

TUROK: LA AMENAZA DE OTRO MUNDO.


TUROK: LA AMENAZA DE OTRO MUNDO.

Turok, Son of Stone (Turok, el guerrero de piedra en la versión Novaro), apareció por primera vez en Four Color Comics # 596 USA (Octubre – Noviembre de 1954) y tras una segunda aparición en dicho título en el # 656 (Octubre de 1955), obtuvo su título propio, publicado por Dell Comics, que publicó el título hasta el # 29 en 1962.

A partir del # 30 USA, la publicación fue realizada por Gold Key hasta el # 125 USA en 1980; y, las ediciones finales desde el # 126 al 130, estuvieron a cargo de Western Publishing.

El personaje tuvo adaptaciones a videojuegos y en 1992, hubo un relanzamiento del comic por Valiant Comics, cambiando parte de su concepto, siendo entonces Turok y Andar nativos del siglo 18, que habían llegado a un valle poblado no solo por dinosaurios, sino también por extraterrestres y demonios.

Turok y Andar eran dos nativos americanos de la época pre-colombina, que quedaron atrapados en un valle aislado poblado por dinosaurios, del que intentaron buscar la salida sin éxito, teniendo que buscar la forma de sobrevivir y conviviendo más de una vez con los humanos o humanoides habitantes del lugar. Ambos fueron dando nombres particulares a las bestias que iban conociendo y así, por ejemplo, los pterosaurios eran los “flyers” (voladores), los tiranosaurios eran los “runners” (corredores), los plesiosaurios eran los “sea demons” (demonios del mar) o los velociraptors eran los “screamers” (chillones), aunque en general los llamaban monstruos.

Turok y Andar habían llegado al pie de un gran río y para cruzarlo, construyeron una balsa con troncos, a fin de estar a salvo de las bestias acuáticas. Después de un rato, se dieron cuenta que la balsa iba más y más rápido y pudieron ver que se dirigían hacia un enorme remolino, que amenazaba con tragarse la balsa y con ella a ambos aventureros.

No había la opción de alejarse nadando, por el peligro de ser devorados por los depredadores del río. El remolino atrajo a la frágil embarcación y amenazaba con engullirla. Turok y Andar se asieron con todas sus fuerzas a la balsa, hasta que un golpe con una piedra del río, la lanzó a un área de aguas más tranquilas, un poco más allá.

Así, ambos llegaron a la orilla, donde fueron capturadas por un grupo de mujeres guerreras, que decidieron llevarlos a los extraños seres venidos del cielo, a ver si estos aceptaban devolverles a cambio a sus esposos, a los que habían capturado y los tenían haciendo trabajos forzados en una mina, según indicó la líder de las mujeres llamada Amur.

Al llegar al sitio, Turok y Andar se sorprendieron al ver una extraña nave en forma de plato y unos hombres que llevaban una especie de armadura de metal. Los extraños seres se alegraron al ver que llegaban más hombres para explotar la mina y así obtener el material suficiente para la reparación de su nave.

Los aventureros vieron que los hombres eran tenidos como esclavos y tratados con rudeza, así que decidieron que debían hacer algo para liberarse y ayudar a los demás, lo que no sería tan fácil, pues los extraños seres parecían ser muy inteligentes, aunque era posible que desconociesen mucho acerca del lugar. En eso, vieron que cerca del lugar donde trabajaban los demás hombres, había un charco de “ese líquido negro que brota de la tierra y arde con grandes llamas” (se referían al petróleo) y como ambos notaron que las herramientas que les habían dado llegaban a sacar chispas al golpear la piedra, se acercaron sigilosamente y golpearon con fuerza, lo que hizo que el petróleo se encendiera, lo que ambos aprovecharon para escapar.

Turok y Andar buscaban ponerse a salvo, para luego regresar y liberar a los demás hombres; pero, los extraños seres los empezaron a seguir y dispararon sus armas contra unos árboles que había al paso de los aventureros y que al ser impactados, cayeron y les cortaron el paso, volviendo a ser capturados.

Al regresar a la mina, el capitán de la nave ordenó que subieran a los aventureros a la misma, pues las reparaciones estaban por concluir y ya que estos dos hombres habían demostrado ser más inteligentes que los demás, así que los llevarían a su planeta para estudiarlos y en cuanto al resto, sencillamente arrasarían el lugar, para no dejar rastros de su paso a sus enemigos.

Ambos fueron encerrados en una cabina. Los aventureros no se explicaban cómo podía volar aquella nave con extraños tableros, si ni siquiera tenía alas, por lo que Andar supuso que los seres eran dioses, ante lo cual Turok respondió que definitivamente eran hombres, aunque usaban extraños trajes y que siendo hombres, podrían vencerlos. Turok sacó algunas cosas que llevaba en sus alforjas y buscó encender un fuego en el lugar, lo que generó una gran humareda, que alertó a la tripulación de la nave. Cuando estos entraron, Turok y Andar se lanzaron sobre ellos y los derribaron, para luego tomar las armas que los habían visto usar y como Turok había notado que presionando una parte disparaban, lo hizo y la descarga mantuvo a raya a los extraterrestres.

El capitán dio la orden de dejarlos salir antes que causaran graves daños a la nave. Ya afuera, los escudos de la nave la protegerían y sería más fácil eliminarlos. Turok y Andar salieron llevándose las armas que habían capturado y al poco rato, se toparon con Amur y las demás mujeres, quienes al verlos, se preocuparon por el destino de sus hombres, así que los atacaron. Los aventureros se vieron atrapados en medio de dos facciones, las mujeres y los extraterrestres, los que dispararon contra ellas y vaporizaron a algunas.

Turok alcanzó a ver a unos tiranosaurios que se alimentaban de carroña a cierta distancia, así que disparó para arruinarles el banquete y enfurecerlos, haciendo que los persigan y llevándolos en dirección de los extraterrestres, que tuvieron que disparar a las bestias para intentar detenerlas y se replegaron al interior de la nave, para estar a salvo.

Mientras tanto, Turok y Andar decidieron trepar hasta una elevación cercana, con el fin de poder lanzar rocas contra la nave; pero, fueron avistados por el capitán de la nave, quien ordenó perseguirlos. Al llegar a la cima, los aventureros dispararon hacia las rocas, ocasionando un derrumbe, que obligó a los extraterrestres a regresar a su nave y partir, antes de quedar enterrados, jurando no volver, al pensar que la inteligencia de los terrestres los haría superiores.

Desde lo alto de la loma, Turok y Andar vieron a los hombres que habían sido esclavizados, recuperar su libertad y volver a su pueblo.

Este comic fue publicado en español en formato comic grapa en la edición colombiana de Novaro de Turok El guerrero de piedra, en el # 12 de su colección, el 19 de Noviembre de 1973. Imagen cortesía de colección privada.

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