lunes, 14 de noviembre de 2016

LOS DESTRUCTORES.


LOS DESTRUCTORES.

Estados Unidos y la Unión Soviética habían planificado una misión espacial conjunta. Por tal motivo, se habían venido realizando diversas actividades en distintos ámbitos y así, atletas de ambos países habían participado en competencias que animaron la camaradería y artistas rusos se presentaban en USA y los norteamericanos ante el público ruso.

Steve Austin se encontraba en Rusia como parte de la tripulación del Apolo que se encontraría en el espacio con los de la nave Soyuz y había estado con los cosmonautas, verificando el funcionamiento de esa nave.

El Coronel Bob Maitland no confiaba en los rusos, pues pensaba que ellos querían borrar a los norteamericanos del mapa y así se lo dijo a Steve, quien le contestó que para efectos de la misión, era importante buscar confiar en todo el equipo. El Capitán Viktor Blatkov llegó en ese momento y les dijo que sus camaradas Zirotsky y Yalin estaban listos para la misión. Esa noche, ambos equipos compartieron una cena en el Complejo Espacial de los Montes Urales; luego, se despidieron momentáneamente, hasta que volvieran a encontrarse en el espacio.

La delegación norteamericana regresó a USA y Maitland insistía en sus comentarios negativos hacia los rusos. Como Steve estaba considerado como reemplazo para cualquiera de los integrantes de la tripulación del Apolo si algo le ocurría a alguno, ni bien llegó a Washington DC, fue a las oficinas de la OSI, donde solicitó a Oscar le facilitara el expediente de Maitland. Sin embargo, luego de revisar el expediente, no encontró nada fuera de lugar.

Las sospechas de Austin habían molestado a un grupo de generales del Pentágono, que pensaban que los rusos tratarían de sabotearlos y por ello pretendían golpear primero, así que decidieron acallarlo. Al día siguiente, Steve se ejercitaba corriendo por una playa, sin saber que era acechado por un francotirador; pero, por casualidad, alzó la vista y su ojo biónico captó la amenaza y puedo eludir los disparos, hasta caer sobre el agresor. Intentó hacerlo confesar; pero, el hombre mordió una cápsula con veneno y murió.

Oscar informó a Steve que el hombre había ingerido cianuro y que no se trataba de un agente de una potencia extranjera, pues era un Sargento condecorado en Vietnam y te nía un expediente de seguridad. De hecho, estaba asignado a la seguridad en el Pentágono. Oscar dijo que existía un grupo denominado “Los Superpatriotas”, que pretendían declarar la guera a los países que no estuvieran alineados con USA y que eran liderados por un alto oficial del Pentágono.

Por recomendación de Oscar, Steve se dirigió en un avión jet hacia las instalaciones de la NASA en Houston, para asegurarse que todo estuviese en orden. Allí, fue recibido por el Dr. Mike Abbott, quien le informó que uno de los tripulantes Jim Conners, había sido herido un par de horas atrás y se hallaba en coma en un hospital. Ya que a Steve le tocaba reemplazar a Conners, Abbott le indicó que el objetivo de la misión era estudiar la radiación solar y el cinturón alrededor de la Tierra que la limita; y, que al juntarse los equipos, deberían hacer un estudio en conjunto.

El “pequeño” detalle, fue que Steve notó que Abbott estaba grabando la conversación y de hecho, él conocía al verdadero Abbott, por lo que quien estaba frente a él era un impostor. El falso Abbott le dijo que era parte del equipo de seguridad de la Soyuz y que había sido enviado para asegurarse que todo estuviera bien y que el verdadero funcionario de la NASA estaba seguro en un lugar en Texas; pero, no pudo seguir hablando, pues alguien que estaba oculto, le disparó desde atrás, matándolo de contado.

Steve no pudo encontrar al agresor; pero, sí el arma que entregó a los agentes de seguridad, para que viesen si había alguna posibilidad de encontrar pistas como alguna huella digital. Austin telefoneó a Oscar para ponerlo al tanto de lo que había pasado y luego subió al jet para dirigirse a Cabo Kennedy, sintiéndose cada vez más preocupado, pues a pesar de la presencia del agente ruso, estaba más que convencido que ellos no iban a dar problemas.

Esa noche, cenó en Cabo Kennedy con Bob Maitland y el Mayor Swede Jenson, quienes formarían con él la tripulación del Apolo. Al día siguiente, los 3 subieron al módulo Apolo acoplado en lo alto de un cohete Saturno V y tras el conteo regresivo, partieron a su misión. Poco después, les informaron que la Soyuz también había partido al espacio.

Mientras tanto en el Pentágono, el Senador Wilkinson y varios militares de alto rango pertenecientes al grupo de “Los Superpatriotas”, deliberaban sobre las ventajas que la URSS estaba obteniendo sobre USA y aseguraban que la única forma de obtener la paz era una guerra nuclear, por lo cual confiaban en la misión asignada a Maitland.

Cuando los módulos Apolo y Soyuz se encontraron y acoplaron, el saludo entre Steve Austin y Viktor Blatkov dio inicio a la misión conjunta. Maitland dijo que había detectado un problema en un circuito de luz exterior y se aprestó a salir para tratar de repararlo. Sin embargo, pronto fue claro que no existía tal problema y Steve se puso el traje espacial para salir a buscarlo.

Al salir, Steve vio que Maitland había colocado una carga explosiva que haría volar al Soyuz y provocaría una guerra con la URSS, con la que su grupo esperaba acabar con sus rivales. Steve avisó por radio a los tripulantes y se dirigió hacia Maitland, quien intentó atacar con un cuchillo; pero, con tan mala suerte, que terminó cortando el cable que lo mantenía unido a la nave espacial.

Austin quiso ayudarlo; pero, era inútil, pues Maitland se iba alejando hacia lo profundo del espacio. Antes de dirigirse hacia lo que era su muerte segura, Maitland confesó y le dio a Steve los nombres de los líderes del grupo. Sus últimas palabras fueron un ruego a Steve para que detuviese la guerra nuclear.

Para cuando la cápsula espacial amarizó luego de cumplida la misión, ya todos los integrantes del grupo habían sido capturados. Todos menos uno… ¡el que quedó afuera!

Este comic contó con una historia complementaria titulada “Terror en el paraíso”, donde un grupo de mercenarios irrumpe en medio de un Congreso Internacional en el Hotel Coronado en Las Bahamas, para secuestrar a los funcionarios de un país, a petición de una de las delegadas participantes, que no se imagino que sus contratados matasen a todos los habitantes de un kilómetro a la redonda, usando un gas letal. Steve Austin, quien se encontraba como delegado de la OSI en el Congreso, sería el encargado de vencerlos.

Nota: Por motivos de fuerza mayor, no va la portada real del comic que contiene esta historia, pues la misma se dañó años atrás y el interior del comic no cuenta con indicación alguna del número al que pertenece.

Este comic fue publicado en español de manera quincenal, en formato comic grapa por GRECO Grupo Editor Colombiano, en su colección El Hombre Nuclear. Imagen cortesía de colección privada.

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