domingo, 7 de agosto de 2016

BATMAN Y ROBIN.


BATMAN Y ROBIN.

Batman ha sido siempre identificado como un personaje solitario; pero, no siempre lo fue. Siguiendo la costumbre de los años 40 de que los héroes tuviesen un sidekick, al año siguiente de su creación, apareció Robin en 1940 (Detective Comics # 38 USA), siendo su presencia permanente durante muchos años. Pero el tiempo pasó y el Robin original creció y surgieron serias diferencias entre Bruce Wayne y Dick Grayson, que finalmente llevarían a su separación y el primer pupilo de Batman buscó su propio camino, con una nueva identidad.

Sin embargo, Batman no permaneció solo mucho tiempo, pues luego vinieron Jason Todd y posteriormente Tim Drake e incluso Stephanie Brown; pero, la historia dio un giro brusco con la aparición de Damian Wayne (Batman # 655 a 658 USA, Septiembre – Diciembre del 2006; por Grant Morrison y Andy Kubert).

La historia de este personaje, viene de hecho de algunos años atrás. En la Novela Gráfica Batman: Son of the Demon (1988), se contaba cómo la relación entre Batman y Talia (la hija de Ra’s Al Ghul) finalmente se consumaba y ella quedaba embarazada. Batman, emocionado con la noticia, veía al fin la posibilidad de iniciar una vida distinta, lejos del trauma y dolor que hasta entonces había caracterizado su vida, decidiendo entonces quedarse con Talia y haciendo las paces con Ra’s Al Ghul.

Sin embargo, un ataque imprevisto de enemigos de Ra’s, hacía que Talia perdiera al bebé, luego de lo cual le pidió a Batman que se alejara de ella. Batman regresaba, amargado, a su vida habitual. Como detalle final de la historia, la última viñeta de ese cómic, nos mostraba a un pequeño niño, cuyo nombre no se reveló, que era entregado en adopción a una joven familia.

Casi dos décadas después y tras los hechos de Crisis Infinita, el autor Grant Morrison recuperaba a ese niño, aunque con ciertos cambios, puesto que ahora se insinuaba que Talia había extraído la “semilla” de Batman a la fuerza y sin que él lo supiera. Tratado con todas las tecnologías de mejora genética conocidas, Damian era gestado y luego crecía protegido en un hogar adoptivo, bajo los ojos vigilantes de su madre, entrenado por la Liga de los Asesinos y convenientemente oculto tanto de su abuelo como de su padre.

No obstante, eso no fue obstáculo para que él supiera quien era su padre, por lo que decidió ir a Gotham a ocupar el lugar que le correspondía, aunque para ello debiera matar al “impostor” (Tim Drake), lo cuál fue impedido por Batman, que decidió acogerlo a regañadientes, con el fin de entrenarlo y tratar de “borrar” el instinto asesino que poseía, lo cual sería objeto de serias diferencias con Talia. Poco después, sin embargo, Batman moría aparentemente y Dick Grayson asumió el manto del Hombre Murciélago, decidiendo mantener a su lado como Robin a Damian, para así poder mantener el control sobre el chico y quizás poder reforzar su código moral; y, aunque no consiguió aplacarlo del todo, su relación de trabajo en conjunto lo suavizó en algo. De hecho, sus aventuras se narraron en un nuevo comic Batman and Robin, cuyo # 1 USA apareció en Agosto del 2009 (por Grant Morrison, Frank Quitely y Philip Tan). Con el paso del tiempo, Dick y Damian llegaron a respetarse.

Cuando Batman regresó de su aparente muerte y luego de organizar su nuevo equipo de lucha contra el crimen a nivel internacional (Batman INC), Bruce Wayne decidió enfocarse en la relación con su hijo, lo que coincidió con los hechos de los Nuevos 52, siendo narrada esta relación a partir de Batman and Robin # 1 USA (Septiembre del 2011; por Peter J. Tomasi y Patrick Gleason).

Como lo dice Fran San Rafael en la introducción al tomo # 1 de Batman y Robin de ECC (que contiene los # 1 al 4 USA), “esta es una historia sobre dos personajes condenados a entenderse, cosa que no va a resultarles fácil en absoluto. Es una historia sobre un padre que pretende inculcar a un hijo a quien apenas conoce una serie de valores que se encuentran en el extremo opuesto de aquellos en que lo criaron. Y también es la historia de un niño que pretende que lo acepten tal como es.”

Batman siempre ha tenido como eje de su vida la muerte de sus padres. Incluso las claves y contraseñas de varios de sus dispositivos tecnológicos, así como del reloj que da paso a la baticueva, reflejan la hora de la muerte de ellos: las diez y cuarenta y ocho de una noche de Septiembre.

Eso es algo que Bruce quiere que su hijo Damian valore y respete, aunque al chico no le interese, e incluso, esa noche, han salido más temprano, para llevarlo bajo las calles de Gotham y que vea por primera y última vez el Callejón del Crimen. Por última vez, puesto que el área será demolida para una regeneración urbana y porque Batman pretende dar un giro a su vida, pues ya no recordará a sus padres por el día y la hora en la que los asesinaron, sino por la fecha de su aniversario de bodas. Para Damian, esto sigue siendo insustancial, pues para él, Martha y Thomas Wayne no son sino unos nombres y unas fotos con polvo acumulado (aunque Alfred haya aclarado más de una vez, que en Wayne Manor no hay polvo acumulado).

En eso, una llamada de emergencia de Alfred rompe la tensión del momento, para avisar que hay alguna clase de problema en la Universidad de Gotham. En efecto, un grupo de delincuentes con trajes especiales, están robando depósitos con combustible del reactor nuclear de la Universidad y en el hecho, mataron a varios guardias y una de las balas, causó una fisura en una pared.

Cuando llega el Dúo Dinámico, Robin ataca de improviso, sin respetar el elemento sorpresa sugerido por Batman, lo cual causa un tiroteo en el lugar. Algunos tratan de huir e ingresan a un vehículo especial y Robin los sigue, a pesar de que Batman le pide que lo espere; pero, el Hombre Murciélago no puede seguirlo, pues suena una alarma indicando que el nivel del agua que enfría el reactor está disminuyendo, pues las balas han causado fisuras en los muros.

Informado por Alfred en base a los planos de la Universidad que sobre el reactor hay una piscina, Batman procede a volar la losa de fondo, asegurándose de colocar una red resistente, para que los alumnos caigan en ella y con eso, enfría el reactor. Mientras tanto, Robin consigue dañar parte del mecanismo del vehículo en el que escapan los ladrones, uno de los cuáles comete el error de disparar desde el interior, causando que se inflamen los depósitos de combustible, casuando la muerte de ellos. Batman recrimina a Damian por su imprudencia y el chico contesta que él no los mató y que puede arreglárselas solo y que Dick Grayson sí confiaba en él. Batman le responde que no son socios y que la confianza debe ganársela.

Mientras tanto, el aliado de Batman en Moscú, es salvajemente golpeado, capturado y luego disuelto en ácido, por un misterioso personaje que afirma que la iniciativa de Batman INC., debe acabar.

En la baticueva, Bruce le dice a Alfred que le preocupa cómo arreglar y revertir toda la programación e instinto asesino, con los que Talia y la Liga de Asesinos instruyeron a Damian. Alfred le contesta que más que ser un mecánico, debe preocuparse por ser un padre. Bruce comenta que por primera vez en su vida tiene miedo, no por lo que le pueda pasar a él, sino por lo que sería de la vida de Damian sin alguien que lo controle. Alfred le dice que por el momento, es importante que ha podido darle un rumbo moral y ético al chico.

Esa noche, Batman y Robin van tras un cargamento de armas y luego de detener el envío y dejar atados a los que lo transportaban, el Hombre Murciélago le dice al chico que ha sido loable el esfuerzo que ha hecho en contenerse al no hacer daño excesivo a los delincuentes. Cuando ambos se han retirado, el misterioso personaje que mató al representante de Batman en Moscú, acaba con la vida de los delincuentes.

Nuevamente en la baticueva, Alfred recrimina a Bruce, diciéndole que necesita hacer algo más que decirle a Damian que es “loable” lo que ha hecho y le preocupa las horas que el chico permanece entrenando. Bruce responde que prefiere que entrene y así libere parte de lo que tiene contenido. Cuando Bruce se retira, Alfred llega  a ver que Damian atrapa en sus manos a un murciélago y lo mata.

Al día siguiente, Bruce va a comprar un perro y escoge un gran danés. En eso, aparece ante él Morgan Ducard, hijo del hombre que fue uno de los que lo entrenó para su carrera, Henri Ducard, que pretendía que ambos siguieran su camino y se dedicaran a delinquir, camino que obviamente no siguió Bruce. Morgan acusa a Bruce de tergiversar su misión y peor aún, al convertir a Batman en una franquicia internacional, por lo que ha decidido intervenir para “salvarlo”. Luego, hace explotar un barril con confeti y desaparece en medio de la confusión.

Preocupado por lo que Morgan pueda hacer, Bruce empieza por mejorar las seguridades alrededor de Wayne Manor y decide prohibir a Damian que salga con él de patrulla, lo que solo hace poner las cosas más tensas en su relación con el chico, que considera una burla que le haya conseguido un perro para intentar “consolarlo” y que no quiera decirle quién ha provocado la alerta. Él afirma que hasta que no sepa cuáles son las intenciones de quien lo ha amenazado, el único que se prestará para ser objetivo, será Batman y que mal puede permitir que su hijo se convierta en un blanco. Antes de salir, Batman dice que se siente orgulloso del autocontrol que Damian está mostrando como Robin.

Damian no pretende hacer caso a las instrucciones de su padre, por lo que se cambia y se prepara para salir, a pesar de la insistencia de Alfred, que consigue colocarle un rastreador. Poco después, Robin se topa con un par de delincuentes armados que asaltan a una pareja y pretenden violar a la chica; pero, él consigue vencerlos, aunque los golpes que le ha dado a uno, ha hecho que quede con muerte cerebral, lo cual es observado por un misterioso personaje llamado “Nadie”. Robin intenta golpearlo; pero, Nadie le aplica una llave, tocando un punto clave en su frente, que lo deja paralizado. Nadie, mata al delincuente e invita a Robin a liberarse y ser tal cuál es. También promete al chico que su padre no se enterará de que dejó con muerte cerebral a un delincuente.

En eso, llega Batman, alertado por el transmisor que Alfred le puso a Robin. Después de una pelea de varios minutos que parece favorecer a Batman, Nadie (que Batman sabe que se trata de Morgan Ducard) lo aturde con ultrasonidos. A pesar de eso, Batman se levanta para atacar; pero, como está aturdido, no ve venir un vehículo que lo golpea y cae inconsciente.

Más tarde, Batman y Robin despiertan dentro de un vehículo destartalado, en un cine abandonado. Batman está fuertemente atado y Robin aún está paralizado.  El Hombre Murciélago le indica a Robin que no intente moverse y mantenga baja la temperatura corporal. Morgan acusa a Batman de permitir que la locura de los villanos se apodere de Gotham, cuando debería haber hecho lo necesario no solo para contenerlos, sino para acabarlos y que está preparando a Damian para el fracaso, siendo que tiene gran potencial y que en cambio con él, si lo alcanzaría. Batman consigue activar un dispositivo en la suela de una de sus botas.

Morgan le dijo a Batman que esperaba hacerle ver lo erróneo de su enfoque y que pudieran trabajar juntos, como era el plan de su padre. Batman contestó que lo que Henri quería era que derramaran sangre juntos y cobrar por ello; pero, que él se negó, porque va en contra de aquello en lo que cree.

Morgan condena entonces a muerte a Batman y le dice que eso librará a su hijo de un lastre y que pronto, será tan bueno como Nadie. Le pide que diga sus últimas palabras y Batman solo da la orden de disparar. Morgan es alcanzado por una ráfaga de metralla de balas de goma, disparadas desde el batplano, guiado por Alfred a control remoto y que había sido llamado por el dispositivo en la bota del Hombre Murciélago. Como Morgan sabe que el avión lo sigue por su calor corporal, hace estallar un depósito de combustible que está en el cine abandonado y escapa. Batman consigue librarse de sus ataduras y aplica presión con sus dedos en el mismo punto que Morgan lo hizo en la frente de Damian, lo que permite que el chico vuelva a moverse.

Más tarde en la baticueva, Alfred cose las heridas de Bruce, mientras Damian le pide que le enseñe la llave paralizadora. Bruce le contesta a Damian que él ya conoce demasiadas llaves mortales, como para que le enseñe otra y que un error en esta, en vez de paralizar, puede llegar a matar. Damian le responde que típico en él, siempre sale con otra regla. Bruce le dice que lo único que le pide son 3 cosas: que mantenga su mente y cuerpo sanos, que cumpla con sus tareas escolares y que escuche lo que le dice. Para Damian, esto último significa que le obedezca; para Bruce, es cuestión de respeto mutuo. Ambos discuten, hasta que el chico se va.

Damian pasea por los exteriores de Wayne Manor mientras el gran danés lo sigue, así que finalmente decide que quizás sea hora de ponerle nombre. De entre las sombras, sale Nadie, que ofrece entrenarlo para que llegue a su máximo nivel y que cumplirá su promesa de no decirle a Batman lo del delincuente con muerte cerebral. Luego se va, dejando a Damian pensativo.

Las historias relacionadas con Damian Wayne fueron publicadas en español en formato comic grapa por Editorial Vid (solo llegaron hasta Batman RIP antes de cerrar); formato comic doble por Editorial Planeta (hasta antes de los Nuevos 52); y, luego, en formato tomo por ECC (tanto la etapa de Dick y Damian, como la de Bruce y Damian, esta última desde Mayo del 2012). Imagen cortesía de colección privada.

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