domingo, 20 de marzo de 2016

SUPERMAN: DÍA DEL JUICIO.


SUPERMAN: DÍA DEL JUICIO.

Ahora que se acerca el estreno de la película Batman V Superman Dawn of Justice, vale la pena reflexionar en la historia que sigue, pues tiene mucho que ver con las distintas percepciones acerca de un héroe. ¿El mundo es mejor con héroes o sin ellos?

Esta historia fue publicada originalmente como la miniserie de 4 números Day of Doom (Enero y Febrero del 2003). Fue escrita y dibujada por Dan Jurgens (“El hombre que mató a Superman”), con tintas de Bill Sienkiewicz.

Hace unos cuantos años, la aparición de un monstruo llamado Doomsday, dejó un sendero de muerte y destrucción a su paso por varias zonas de USA hasta llegar a Metrópolis. Hasta ese día, los habitantes de Metrópolis se sentían seguros pues tenían a Superman con ellos y eso, en cierta forma, los hacía sentir invencibles. Pero, cuando el héroe murió, recuperaron la noción de su mortalidad y se generó una gran incertidumbre de qué sería lo que les depararía el futuro.

El aniversario de este hecho se acerca y Perry White ha encargado al nuevo reportero del Daily Planet, Ty Duffy, que haga un artículo sobre el tema, para tener una perspectiva diferente a la que podrían tener Lois Lane o Clark Kent, quienes en años anteriores, habían reseñado la historia. Duffy, que acababa de regresar a la ciudad luego de cubrir un choque de trenes en Ohio, no se siente contento, pues a pesar de ser un novato, espera que le den la oportunidad de escribir una historia para primera plana y no precisamente por escribir sobre algo de lo que ya se ha hablado tanto y más aún, cuando Superman está vivo.

A Clark no le hace mucha gracia que se insista sobre lo mismo; pero, Lois y él sugieren a Duffy enfocarse en quienes fueron testigos de lo que pasó, entre ellos los integrantes de la Liga de la Justicia de entonces. Duffy consigue reunirse entonces con Booster Gold y Blue Beetle, quienes le cuentan lo que pasó y cómo la Liga cayó ante el poder de Doomsday, dejando a Superman como la última línea de batalla. Ninguno de ellos imaginaba siquiera lo poderoso que era el monstruo y lo único que sabían era que se dirigía hacia el Este.

Mientras Duffy conversa con los héroes, una fuerte explosión, aparentemente por una fuga de gas, sacude un tranquilo suburbio de Metrópolis. Los policías que llegan, recuerdan que algo similar pasó cuando Doomsday llegó a la zona hace unos años, causando la misma destrucción. Nadie parece ver a una misteriosa sombra que se aleja del lugar.

Luego, Duffy se reúne con Jimmy Olsen, cuyas fotos sobre la muerte de Superman dieron la vuelta al mundo y lo volvieron famoso. Jimmy le dice que desearía que no hubiera sido así y que tomó la foto casi por instinto y que aún tiene pesadillas sobre lo ocurrido y despierta sudando frío. Para Jimmy, Superman minimizó los daños en la ciudad y evitó que esta fuera destruida y así salvó a Metrópolis. Silas O’Leary, antiguo agente del Precinto 43 de la policía de la ciudad, quien llega en ese momento, discrepa, pues afirma que la salvación no llegó para todos.

O’Leary dirigía la evacuación de los ciudadanos en un sitio aparentemente lejano a la batalla con Doomsday, cerca al bar irlandés Murph’s, cuando se oyó detonaciones en el aire y el monstruo cayó justo en el sitio, destruyendo el local, matando de contado a 83 personas y lesionando la espalda del policía, dejándolo inválido pero consciente, por lo que fue testigo de la masacre que vino después, cuando en el lapso de apenas un minuto, la criatura mató a todo ser humano que encontraba a su paso, con verdadero sadismo. Cuando terminó y se fue, habían muerto 312 personas.

Tras escuchar el relato de O’Leary, Duffy decide que enfocará su reportaje no en aquel que murió y revivió, sino en aquellos que realmente murieron como resultado del ataque de Doomsday.

Buscando otro punto de vista, Duffy se dirige al Centro de Rehabilitación Mental Carlini, para entrevistar a uno de sus pacientes, Oswald Loomis, The Prankster. Loomis le comenta a Duffy que ese día fue para él de fiesta, por la muerte de su enemigo y que quiso sacar provecho de ello, para lo cual acudió a un bar clandestino que solían frecuentar los villanos y afirmó ser el creador del monstruo y por lo tanto, el autor de la muerte de Superman; pero, lo único que consiguió fue que se burlaran de él. Aún así, Loomis considera que dentro de todo, hubo una gran broma: la gente lloró por Superman y total, volvió a la vida.

Mientras tanto, Superman llega al lugar de la explosión por fuga de gas y el jefe de bomberos le dice que quizás hubo un desperfecto; pero, que lo más curioso, es que él recuerda haberse encontrado en el mismo lugar con el héroe, el día que se enfrentó con Doomsday, lo cual deja pensativo al Hombre de Acero y por eso, acude a ver a su amigo John Henry Irons (Steel), quien coteja en su computadora el recorrido de Doomsday con los extraños sucesos de los últimos días, incluyendo el choque de trenes en Ohio y resultan ser coincidentes. Superman llega a la conclusión de que alguien está repitiendo los pasos del monstruo.

Duffy se siente satisfecho de su investigación y entrega el reportaje a Perry White, quien le exige más, pues el reportero no ha indagado sobre lo que pasó tras el funeral de Superman. Molesto, Duffy busca otros posibles testigos y ubica al Padre Nathan, quien vivía en California cuando Coast City fue destruida.

Para el Padre Nathan no hay justificación ni explicación para la barbarie de acabar con la vida de 7 millones de personas, más aquellas que fueron muriendo por efecto de la radiación. El Padre Nathan pudo ver cómo médicos que se acercaron voluntariamente a apoyar, terminaban pagando el precio de exponerse a la radiación. Y él no pudo hacer nada, más que brindar consuelo a los moribundos. En cuanto a la muerte de Superman, para él la vuelta a la vida o resurrección de Superman, no discrepa del mensaje que brinda su religión de la esperanza de volver a la vida.

En eso, Duffy recibe una llamada de Perry White, quien le informa que ha habido una explosión en el bar Son of Murphy’s, que curiosamente coincide con una lista de lugares en las que están ocurriendo desastres y que corresponden al camino que siguió Doomsday.

Duffy llega al lugar y ve como Superman usa sus poderes para apagar el incendio. Luego, se acerca a él y le pregunta si sabe algo acerca de la posible conexión de los últimos hechos con la ruta de destrucción que siguió Doomsday años atrás. El Hombre de Acero le dice que aún no hay forma de asegurarlo; pero, que se trata de un loco, de un maniático, al que espera atrapar pronto.

Duffy reacciona mal ante el comentario de Superman, pues considera injusto que palabras como “loco” o “maniático” se usen para definir a cualquier persona con un desorden mental, como por ejemplo aquellos que padecen de bipolaridad, como el caso de su padre. Superman le dice a Duffy que no fue su intención el insultar a nadie; pero, este le responde que sí hubo insulto y que no fue nada fácil crecer junto a alguien que de pronto era feliz y al momento siguiente, cambiaba drásticamente. Duffy le dice al Hombre de Acero que no puede eludir su responsabilidad en lo que ocurrió.

Superman no entiende lo que Duffy quiere decir y este lo cuestiona preguntándole cuántas veces se ha detenido para conocer lo que pasó con las miles de personas que quedaron damnificadas o que murieron al paso de Doomsday; a aquellos que lo perdieron todo, incluso la vida; mientras, que él regresó como si nada. Duffy le cuenta que su padre era su gran admirador y que esa admiración sacó lo mejor de él; pero, tras el caos que dejó el monstruo a su paso, no hubo cómo atenderlo y que por el shock de la pérdida de su hogar, sumado a la muerte del héroe y la destrucción de Coast City, no pudo más y se suicidó.

Duffy cuestiona a Superman que la batalla contra Doomsday costó miles de muertes; pero que solo el Hombre de Acero regresó a la vida y que si acaso eso le parece justo y que él debería considerar lo que significa para los demás y que si bien sea visto como un símbolo de vida y heroísmo; pero, que para aquellos que perdieron a alguien en aquella ocasión… ¡es un símbolo de muerte! ¿Alguna vez se detuvo Superman a considerar esto?

Duffy deja tras de sí a un Superman cabizbajo y no deja de sentirse satisfecho por haber podido quitarse este peso de encima que lo consumía desde hace algún tiempo. Por ello, no se había sentido motivado con este reportaje. De pronto, una sombra espectral se lo lleva y cuando Duffy reacciona poco después, se encuentra en algún lugar en el sistema de alcantarillado de Metrópolis, ante un ser espectral que se hace llamar así mismo “Despojo” y que afirma ser un recuerdo de las tragedias y el caos que Superman ha traído al mundo, a pesar de que muchos lo ven como un héroe, el Hombre de Acero representa para algunos el “eterno abrazo de la muerte”. Ha sido el “Despojo” quien ha causado las últimas tragedias, para revelar al mundo la verdad sobre Superman y se congratula de saber que Duffy es uno de los pocos que se ha atrevido a cuestionar al héroe. Cuando la tragedia ocurrió años atrás, todo el mundo lloró a los muertos, aunque jamás se comprendió la totalidad de la tragedia, pues se lamentaba la muerte de “un dios”; pero, cuando Superman regresó a la vida, las demás víctimas quedaron en el olvido.

Mientras tanto, Superman llega apesadumbrado al Daily Planet y ya como Clark, busca referencias en las noticias sobre la batalla con Doomsday, buscando una pista que lo lleve a deducir quién está causando los desastres. En eso, llega Perry White que se encuentra preocupado porque Duffy no aparece y Clark le dice que puede que el reportaje sea demasiado para él. Cuando Perry se va y recordando lo que Duffy le dijo, empieza a buscar referencias acerca de las víctimas que dejó el paso de Doomsday y al ver la cantidad de personas que murieron, el reportero queda impactado.

Poco después, cuando Lois llega a su departamento luego de la jornada de trabajo, encuentra a su esposo sentado en medio de la oscuridad. Clark le dice que nunca imaginó la magnitud de la tragedia, de lo que pasó en la batalla con Doomsday y después, durante su ausencia, cuando Coast City fue destruida y se culpa a si mismo por no haber prestado atención a los demás. Clark se cuestiona por no haberse detenido a ayudar a la gente en el camino y así evitar su muerte.

Lois le dice que él hizo lo que pudo por contener a la bestia, aún ofrendando su vida y que era imposible que pudiese salvar a todos y que el hecho de que él regresara a la vida, fue solo un hecho fortuito y que lo que debe hacer ahora es encontrar a quien está causando los desastres y pensando en la ruta que estos han seguido, ambos deducen que la última parada será el Daily Planet.

Cuando Superman llega al Daily Planet, ve un camión estacionado en un sitio prohibido y su visión de rayos X no puede escudriñar el interior, así que asume que allí puede haber una bomba. A lo que toca el camión, se ve inmediatamente transportado a un cementerio, donde el “Despojo” se presenta ante él para mostrarle a las víctimas de sus actos; para enseñarle el caos que ha producido en el mundo y su indolencia ante el sufrimiento de los demás, pues él bien pudo llevar a Doomsday a un lugar apartado, donde no causara víctimas mortales, pero no lo hizo. Superman alega que no había forma de asegurar que Doomsday permaneciera apartado de los sitios poblados y que en cierta forma, era casi como una fuerza de la naturaleza, totalmente incontrolable. “Despojo” lo culpa por las muertes de todos los que yacen en ese cementerio y afirma que todo lo que ha hecho, ha sido por ellos, pues es como “el viento que oye los lamentos de los olvidados”, luego de lo cuál desaparece.

Superman se ve nuevamente junto al camión y al revisarlo, no encuentra nada. En eso, escucha la voz de “Despojo” que viene de lo alto del Daily Planet, donde ha dejado una caja forrada de plomo, en cuyo interior está Perry White junto a una bomba. Superman cuestiona a “Despojo” por pretender matar a una persona inocente para justificar sus fines; pero, este le responde que Perry no es inocente, pues junto al Daily Planet, le viven cantando loas al Hombre de Acero. Luego, “Despojo” desaparece, diciéndole a Superman que no podrá detenerlo.

Superman levanta la caja y alza el vuelo, para luego arrancar una de sus paredes y sacar a Perry, alejándose a toda velocidad para evitar los efectos de la explosión, que para sorpresa de ambos, deja caer miles de papeles con el artículo escrito por Duffy y su opinión sobre el héroe. En cierto sentido, “Despojo” tenía la razón al decir que Superman no podría detenerlo.

Superman revisa el área con sus poderes de visión y no encuentra rastros de “Despojo”; pero, sí alcanza a ver a Duffy y lo rescata. Perry le dice a Duffy que espera que ya no vea a Superman como un ogro. El Hombre de Acero responde que quizás no sea un ogro pero que quizás sí haya sido insensible, pues sus actos tienen efectos sobre los demás y que cuando luchó con Doomsday, lo hizo con miedo ante la posibilidad de que el monstruo ganara y destruyera la ciudad y matara a mucha más gente; pero, que consiguió detenerlo.

Superman le dice a Duffy que no tema hacer las preguntas difíciles y que reflexione en el hecho de que “Despojo”  no dudó en matar gente para sus fines y en qué sería mejor, ¿un mundo con Superman o uno sin él? Y se cuestiona si acaso dejara de existir, ¿habría menos Doomsdays o más Coast City? Porque esa es la duda con la que el Hombre de Acero debe vivir y cuestionarse y nunca estará de más, escuchar opiniones como las de Duffy.

Este comic fue publicado en español en formato de 2 comics dobles por Editorial Vid. Imagen cortesía de colección privada.

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