sábado, 29 de marzo de 2014

EL SOLDADO DE INVIERNO.

EL SOLDADO DE INVIERNO.

A propósito del estreno de la secuela de la película del Capitán América protagonizada por Chris Evans, Scarlett Johansson y Samuel L. Jackson, cabe recordar algo que siempre hemos dicho, que si quieres conocer la historia real de un personaje del comic, debes buscarla precisamente en los comics. Esto, por cuanto las películas nos presentan adaptaciones de los personajes, que no siempre son fieles a la continuidad de los comics, por varias razones.

Así que no está por demás recordar algo acerca de la génesis del llamado Soldado de Invierno.

Habiendo fracasado la contraofensiva de Las Ardenas hacia fines de 1944, el final del conflicto en el frente europeo se vislumbraba cercano y a pesar de estar virtualmente vencidos, los nazis aún tenían planes para intentar cambiar el curso de los hechos, o como mínimo causarle una herida profunda al enemigo.

Era 1945 y el Capitán América y su compañero de aventuras James Buchanan Barnes, nombre de batalla “Bucky”, intentaban evitar el sabotaje que un espía nazi intentaba realizar en un avión teledirigido lleno de explosivos. El Capitán y Bucky saltaron, aunque solo Bucky alcanzó a llegar hasta el artefacto, que explotó en ese instante, matando a Bucky y lanzando inconsciente al Capitán a las gélidas aguas debajo de él, donde su particular constitución, mejorada por el suero del supersoldado, hizo que no muriera, sino que quedara en estado de animación suspendida dentro de un bloque de hielo. Así fue como se contó la historia en Avengers # 4 USA (Marzo de 1964).

Muchos años después, poco tiempo antes de que se desatara la llamada Guerra Civil (Civil War) entre la comunidad superheroica, se hizo cada vez más persistente la posible existencia de algo que había sido poco más que un rumor en la Guerra Fría entre las agencias internacionales de contraespionaje: la existencia del llamado “Soldado de Invierno”, un asesino que aparecía de repente, para acabar con la vida de algún prominente líder, para después desaparecer sin dejar rastro; y así, una y otra vez, a lo largo de varios años.

Cuál no sería la sorpresa del Capitán América al enterarse de que este Soldado de Invierno no era otro que su antiguo compañero Bucky, quien había sido rescatado por un submarino ruso justo después de su muerte, luego revivido, curadas su heridas y provisto de una prótesis para compensar el brazo perdido en la explosión, para ser sometido también por la KGB a un lavado de cerebro que lo convirtió en un asesino fiel a los designios de este ente y que era “liberado” para cumplir las misiones asignadas, generalmente asesinar a un líder que la KGB considerara un obstáculo para los fines de los soviets y al concluir, puesto en estado de hibernación, por lo cual no había envejecido con el paso de los años.

Al caer la Unión Soviética y por ende la KGB, el Soldado de Invierno quedó a cargo de un General corrupto exagente de la KGB y que empezó a usarlo para sus propios fines y que terminó aliándose con Red Skull.

Solo el nexo de amistad que unía a Bucky con el Capitán América, permitió que este se impusiera al lavado de cerebro y se reconciliara con este e incluso lo reemplazara en el lapso en que a Steve Rogers se lo dio por muerto.

¿Y el resto? El resto es historia.


¡EL COMIC ES CULTURA Y EDUCACIÓN!

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