lunes, 11 de abril de 2011

Francisco Pincay ‘Quería ser normal, no un artista loco’

Por Michelle Martillo Correa

Tomado del Diario Expreso

Este caricaturista guayaquileño acaba de ser invitado por la Feria Internacional del Libro de Bogotá, para que ilustre una edición conmemorativa de “Cien años de soledad”

De niño, soñaba con convertirse en médico o bombero. De adulto, su sueño se ha transformado en grandes cenas y charlas con ilustradores de revistas de cómics reconocidas como la MAD y la Marvel.

Francisco Pincay, Paco como lo llaman a nivel internacional, será el encargado, el próximo 4 de mayo durante la Feria del Libro de Bogotá, de ilustrar la obra cumbre del Nobel colombiano Gabriel García Márquez, “Cien años de soledad”.

Su historia como ilustrador viene casi del vientre: cuando Pincay apenas tenía 3 años, su madre, Amparo Teredo, le llevaba grandes hojas que encontraba en su trabajo. Entonces lo sentaban frente al televisor para que se distrajera, pero en lugar de eso se ponía a dibujar lo que veía. Lo hacía con tizas y garabateaba las paredes, garabatos que fueron tomando forma.

“La verdad creo que todo nació del aburrimiento. No me acuerdo bien”, sostiene Pincay.

A sus 36 años, y aún sin saber ni cómo ni por qué, el rostro de Paco aparece en un libro sobre los mejores ilustradores de Latinoamérica que realizó Raúl de la Nuez, un famoso director de arte, autor de la caricatura de Michael Jackson que le dio la vuelta al mundo.

Ha sido profesor de la Espol en más de seis materias. Pintó y diseñó los murales de la universidad. Ha representado al país en tres eventos internacionales de cómics y trabajado para siete empresas de publicidad. Sin embargo, confiesa que aún no quiere ser artista.

“Quería tener una vida normal. Jamás me imaginé que me iba a dedicar al dibujo”.

Entre su portafolio de anécdotas, guarda la de una invitación a dar un taller en una cárcel colombiana.

Estaba dando la charla cuando uno de los reos, del que se decía estaba allí por haber matado, se le acercó a conversar. Al ver sus dibujos, los ojos le brillaban. Entonces le dijo: “Me gusta eso, ¿puedes hacer algo para mi hija?”.

Ante el miedo que sentía, le hubiera hecho un cerro de dibujos. De hecho, cuando menos se dio cuenta estaba dibujando para un montón de personas con ficha criminal, que hablaban de sus hijas, de sus novias y de sus sueños.

Este artista guayaquileño puede dibujar con las dos manos al mismo tiempo, además sufre de dislexia, por lo que las matemáticas y la lectura han sido su tormento. Pero como se empecinaba en ser “normal” y anhelaba convertirse en médico, escogió la especialidad de Químico Biólogo.

Un día sus profesores se acercaron a él para decirle que no debería estar ahí. Pincay les replicó diciéndoles que quería ser médico, pero lo último que escuchó fue: “Tú no sabes lo que quieres... vamos hacer una cosa: o te vas o te botamos”.

Botado, a sus 18 años, en 1991, salió de la Unidad Educativa Salesiana Domingo Comín y pasó al Colegio de Bellas Artes de Guayaquil. Como estar allí tampoco fue de su agrado, se distraía con todo hasta que sentía que la tiza de uno de sus profesores, Marco Alvarado o Javier Patiño, caía en su cabeza y le decían que preste atención.

Fue parte de la primera promoción de diseño gráfico de la Espol. En esta universidad entró gracias a su amiga Wendy Pincay. Ya que Paco creía que no iba a poder ingresar por su problema de dislexia, ella lo amenazó con dejarle de hablar si no lo intentaba.

“El pre era impresionante”, cuenta. “Éramos más de 300 y quedamos solo 25. Entre estos, dos genios del arte: Marco Alvarado y Javier Patiño, y yo”.

Sin darse cuenta se fue involucrando en publicidad. Entró a trabajar en varias agencias reconocidas. Y en el 2009 representó a Ecuador en el Salón Internacional de Historietas y Caricaturas Calicomix que se realiza en Cali.

Así fue como de pronto estaba dibujando junto a grandes personalidades de la ilustración. Conoció a Tom Richmond, uno de los caricaturistas principales de MAD Magazine, una revista de parodia y humor en EE.UU.; a David Mack, uno de los ilustradores de Marvel; y a Arturo Kemch, ilustrador, escritor y caricaturista mexicano con 33 libros de su autoría. “Yo era el único ecuatoriano. Ni siquiera sabía qué hacía entre tantos genios”, comenta aún impresionado. “Me decía para mis adentros: pero a mí ni en mi país me conocen”.

Luego recibió una nueva invitación; esta vez para formar parte del jurado del evento cartoonrendón. Al año siguiente regresó al Calicomix.

Allí conoció al director del Calicomix, José Campo, y a Jorge Restrepo, uno de los más grandes caricaturistas de Colombia.

Ahora, junto a los directivos del Cómic Club Guayaquil, prepara uno de los eventos culturales más grandes a realizarse este año en la ciudad: el encuentro de grandes ilustradores, entre quienes estarán los de MAD y Marvel. Este se realizará entre el 4 y 5 de agosto próximos, en la plaza Colón.

Después de todo Pincay sigue sin querer ser artista. “Una vez vi a Patch Adams y creí que podía empezar tarde”. Seguía pensando en ser médico.

La bala que le cambió la vida a los 28 años

Por impedir que le robaran un celular, recibió de los delincuentes un disparo en la cabeza. “Me dieron por muerto”. Entonces contaba 28 años.

La bala era calibre 38, y milagrosamente se desvió hacia abajo. Como no tenía seguro médico, su padre consiguió que lo operaran: fue en una sala de rayos X y sin anestesia general.
“Me pasaron una toalla y me dijeron: ‘Bueno, muerde duro, como en las películas’”.

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